Luego de la
detención del Dr. Abimael Guzmán Reinoso (Presidente Gonzalo)
y la profesora Elena Iparraguirre Revoredo y otros miembros del PCP
- 12 de setiembre del 92 – fueron recluidos a diversos penales en
condiciones ignominiosas y degradantes de la condición humana,
sometidos a aislamiento absoluto como aplicación de un plan de
reducción y aniquilamiento sistemático y sofisticado contra los
revolucionarios, principalmente contra los comunistas.
I.- PRIMER JUICIO
EN LOS TRIBUNALES MILITARES El Dr. Abimael Guzmán
Reinoso y la profesora Elena Iparraguirre fueron conducidos a
la Estación Naval Isla San Lorenzo, Bases Militares del Ejército o
la fuerza Aérea, en donde se le impuso un juzgamiento super
sumarísimo en el “teatro de operaciones en tiempos de guerra”,
acusados por un inexistente delito de “traición a la patria”, y el 7
de octubre de 1992 (Aniversario del PCP y en menos de un mes después
de su detención), fueron condenados por un Tribunal Militar a cadena
perpetua. El juicio se realizó con presencia exclusiva de personal
militar, los acusados enjaulados y enmarrocados, violándose todo
principio y normas de un debido proceso y los derechos fundamentales
de la persona.
II.-SEGUNDO JUICIO, EN TRIBUNAL CIVIL
QUEBRADO POR EL ESTADO. El 10 de julio del 2002, más de
5000 ciudadanos agrupados en el Movimiento Popular de Control
Constitucional presentaron ante el Tribunal Constitucional una
Acción de Inconstitucionalidad contra los Decretos Leyes
Antisubversivos inconstitucionales, demanda que fue resuelta por el
Tribunal en la sentencia emitida el 3 de enero del 2003, con
lo que se anularon los juicios que se realizaron en tribunales
militares y por jueces sin rostro, esto dio origen a nuevos
juicios. El Dr. Abimael Guzmán y sus coacusados, fueron
llevados a un segundo juicio, esta vez ante un Tribunal Civil, en la
Sala Nacional de Terrorismo, un fuero de excepción creada
exclusivamente para juzgar a los acusados por el llamado delito de
terrorismo. El 5 de noviembre del 2004 se inicia el nuevo juicio
luego de que se desenvolviera una campaña contra los procesados, con
el objetivo de desprestigiar, apuntando contra el Dr. Abimael Guzmán
quien por más de 12 años estuvo encerrado, aislado e incomunicado en
flagrante violación de sus derechos.
La acusación se centro en torno a la
supuesta creación de la academia pre-universitaria “Cesar
Vallejo” como fuente de financiamiento y de adoctrinamiento
político. Fue notoria las presiones del Ejecutivo contra el Poder
Judicial y las contradicciones entre ellos, que se agudizó en la
segunda audiencia y llevó a quebrar el juicio porque supuestamente
los jueces no garantizaban una sentencia condenatoria ejemplar, la
mas severa posible. Tomando como pretexto las vivas que
realizaron los procesados a sus concepciones ideológicas, un hecho
que de ninguna manera significó desafió o provocación, más sí una
reafirmación necesaria de personas que por muchos años están siendo
impedidos de expresar o difundir sus ideas, el gobierno a través del
Presidente de la República en un mensaje a la nación dictó más
medidas restrictivas contra los procesados y exigió al Poder
Judicial las más drásticas sanciones, evidenciando una vez más la
abierta injerencia y el carácter eminentemente político del
juicio.
III.-INICIO Y
DESENVOLVIMIENTO DEL LLAMADO MEGAPROCESO
El 26 de setiembre
del 2005 se inicio el tercer juicio. Están comprendidos 24
personas entre habidos y no habidos, se han acumulado varios
casos y por primera vez en la historia del derecho penal
peruano, se introduce en la acusación fiscal la teoría de la autoría
mediata para que se juzgue a los implicados como responsables de
“todos los hechos” por ser miembros de la “cúpula
dirigencial”, se pide sentencias de cadena perpetua a 11
acusados y 25 años a los
restantes.
En el juicio el Estado a
través del Ministerio Publico y la Procuraduría violentan
sistemáticamente la legalidad, cuando presenta a los acusados como
“terroristas” o enemigos a quienes hay que destruir, pretendiendo
negar en esencia su condición de personas con derechos y
dignidad. Así mismo es evidente que no se respetan los
principios de un debido proceso, siendo que la cuestión está en el
carácter excepcional de la Sala llamada hoy “Sala Penal
Nacional” y las leyes inconstitucionales que se aplican. De los
enjuiciados 12 están presentes, once de los cuales han rechazado la
acusación fiscal y vienen guardando silencio.
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