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Lima, mayo del 2001
TESTIMONIOS (1)
"...que mala suerte hemos tenido, por qué nos han quitado así
a mi papá, si hubiera muerto, siquiera a su tumba hubiéramos
ido...hasta cuándo vamos a sufrir nosotros así..."
I. U. M.
He nacido en Quinua, Ayacucho en el año 1956. Yo no he estudiado.
Trabajo en las ferias, he agarrado la sección de comida arriba, a
eso me estoy dedicando ahora. Tengo tres hijos.
Circunstancias de la detención
Mi esposo ha sido ayacuchano, ha nacido en 1949. A él lo detuvieron
acá en el cuartel de Ayacucho, así me han dicho, han detenido
a tres personas el 1 de octubre de 1990 a las 10 de la mañana. Hace
10 años ha desaparecido. El era ingeniero agrónomo, ha desaparecido
y no puedo hacer nada. En Lima he andado, por acá, por allá
buscándolo.
El día lunes primero de octubre ha ido arribita a una oficina de Corpac,
fue a solicitar un tractor, tenía un terreno allá. Entre tres
han ido, los han detenido, no han salido. Yo he estado esperando en la chacra
a mi esposo, nada sabía. Luego vengo a las 5 de la tarde acá,
le he preguntado a mi hijo: "tu papá no ha venido?
No, mamá, ha ido al cuartel de Ayacucho a solicitar un tractor, seguramente
se han cruzado en el camino".
La búsqueda en centros de detención
He ido a la oficina a preguntar pero ya estaba cerrada, ya no he podido preguntar
a nadie. Nuevamente he ido donde esas personas a su casa, he preguntado a
su familia, hemos ido a la comandancia, de repente lo han agarrado en una
batida, qué cosa ha pasado". Varias personas nos hemos reunido, hemos
buscado por acá, por allá, nadie daba razón. Hasta las
11 de la noche hemos buscado y no ha aparecido. Al día siguiente yo
nuevamente he ido a Corpac y le he preguntado al ingeniero: "ingeniero, habrá
venido ayer acá mi esposo?". "Sí ha venido, nueve de la mañana
de acá se ha salido, porque faltaba la firma del presidente de su
comunidad, eso hemos pedido por eso ha salido pero no ha regresado". Después,
yo he preguntado donde el señor que preparaba comida, me dice, sí
de acá tres personas estaban saliendo de la oficina y ahí estaba
el carro del servicio de inteligencia, arribita nomás le han seguido
y le han hecho subir al carro, el señor era de pantalón beige
y zapatilla ploma y su casaca, todo sobre como estaba mi esposo, "con folder
negro", era mi esposo.
Testigos de la detención
Me he regresado a pie al fiscal y he presentando una queja, cuando hemos
correteado, esa misma noche han soltado a dos. Uno de ellos era ex policía,
debajo de Totorillas, ahí lo habían soltado y habían
amenazado: "no le vas a decir, si pregunta esa señora por su familia,
tú le vas a decir: no, yo no sé, yo estaba en un compromiso,
he tomado, por eso no he regresado, no le vas a decir nada, si tu vas a avisar,
yo te voy a matar a ti y a tu familia, a todititos"
Al carro hicieron subir a los tres, su chompa se había sacado y con
eso lo amarraron. El carro era del ejército, todos sus documentos
le habían pedido dentro del cuartel. A mi esposo sus documentos habían
pedido y de sus zapatillas habían sacado su pasador y su plata que
tenía para que alquile su tractor, toditito habían quitado,
después a mi esposo habían llevado a otro cuarto. En tres cuartos
los habían separado, toda la noche los torturaron a los tres.
Cuando han salido los dos vinieron a mi casa y me han dicho, "sabe qué
señora? nos ha pasado esta desgracia, tu esposo está en el
cuartel, hemos dejado con vida, a nosotros nos han soltado, a ver si puedes
hacer algo pero no le digas que nosotros te estamos avisando, le están
pegando a tu esposo".
Maltrato a familiares
Yo he ido a Lima a ver a varios doctores que mi esposo conocía para
que me ayuden, me han ayudado pero nada de resultado me han dado. Mi esposo
está en el cuartel. "Y cómo sabes?", "Tal persona me ha contado".
"Entonces trae a esa persona para que a mí también me avise",
me dice el Fiscal. Entonces yo le he dicho: "No, usted tiene derecho, tiene
que acompañarme, ayúdeme, por favor". Hemos ido al cuartel
con el Fiscal, él ha entrado como dos horas adentro y a mí
no me ha hecho pasar, yo estaba sentada ahí, esperando. Sale y dice:
"sabes qué? A tu esposo dicen que lo han soltado seguro lo han llevado
terrucos, no sé, seguro ya va a llegar tu esposo, aquí en el
cuartel no está". He regresado a mi casa y nuevamente he ido así
a avisar a mis familiares.
He ido al cuartel, yo solita me he enfrentado. El general me decía:
"y qué cosa quieres?". Llorando le he dicho: "General, aquí
ha estado mi esposo, qué cosa ha cometido mi esposo, general, yo quiero
saber. Por qué le han detenido?", "y por qué no han soltado
a mi esposo? A dos muchachos han soltado ustedes y por qué han detenido
a mi esposo?". Me dice: "y por qué me estás diciendo tú
eso? Con qué derecho tú me estás denunciando con esas
palabras, mucho cuidado conmigo. Como me vas a decir, acaso tú has
visto? Tu esposo era una gallina qué cosa es? Yo si lo agarro a tu
gallina a los tres, a los tres me los tengo que comer, yo no puedo soltar
dos, a esos dos, muchas cosas puedo hacer, me dijo". Le dije: "no General,
acá está mi esposo, sí está, si mi esposo hubiera
sido verdaderamente terruco, ustedes tienen su límite, pásenlo
a investigación a los 15 días". "No, si tú me estás
denunciando con esas palabras que tú me estás diciendo, mucho
cuidado conmigo, trae a los dos, como tú me estás diciendo
en mi cara, esas personas también que me lo digan en mi cara. De donde
sea tú tienes que traer a esas personas". No podía porque esas
personas se han ido a Lima, por todo Trujillo los he buscado he encontrado
a esos muchachos. Los he llevado a la Fiscalía en Lima, como testigos,
ese muchacho ha dicho, nos han torturado (…), dónde lo has dejado?
En un cuarto le he dejado, porque a mí me han amenazado que me iban
a matar, por eso me he venido a Lima.
Con ese papel he regresado al cuartel, me dicen, "qué quieres?". "Ahí
está, me ha pedido ese papel, todo, documento, me ha pedido, por eso
yo he ido a Lima y he encontrado, con ese papel estoy regresando porque el
general quería una prueba", le dije. "Por eso estoy trayendo eso".
Me dice: "esa prueba has traído, esa prueba no es suficiente". Entonces
le digo: "cómo no va a ser esa prueba suficiente, general. En ese
caso, a mí también que me mate, con todos mis hijos, como me
voy a quedar así, sin nada, porque mi esposo de toda forma lo han
sacado y se lo han llevado y no ha salido (…)"
Entonces me dijo: "no me gusta que vengas con Fiscal, tú me vienes
con Fiscal y con alguien estás viniendo acompañada, no me gusta
que vengas así, mejor ven tú sola. Mañana vas a volver
a las 5 de la tarde o a las 3 de la tarde, solita ven, vamos a conversar,
tú me estás defendiendo en mi cara, entonces contigo los dos
vamos a conversar para avisarte de tu esposo pero yo quiero que vengas sola.
Entonces solos vamos a conversar y tú me tienes que avisar con qué
amigos andaba tu esposo, con quien caminaba, quién era su amigo, sus
amigos quienes eran. Y también yo te voy a colaborar". Le he contado
al fiscal: "así me ha dicho, señor como puedo hacer" y él
me ha dicho: "no, no vayas ya. El señor te está diciendo para
que te mate a ti también, mejor no vayas", me dijo. Entonces me he
quedado ahí, ya no he ido.
Amenazas a familiares
Continué buscando aquí en Ayacucho y del servicio de inteligencia
me han ido a buscar a mi casa para que me maten. Mi hijo me decía,
mamá aunque sea que nos maten a los tres. Como vamos a vivir sin mi
papá me dice mi hijo mayor. Fuimos arriba, buscando por allá,
correteando en esos sitios. Cuando yo había regresado mi cuñada
me dice: un hombre ha venido a tu cuarto. Con tu nombre te está buscando.
Es del servicio de inteligencia, lo he seguido hasta abajo. Me he ido a Lima
inmediatamente, hay días que sólo tomaba gaseosa, con agua
nomás pasamos porque nunca tenía nada, yo no trabajaba y no
había dinero. Entonces mi hijos me esperaban. Y cuando he estado en
Lima me he enfermado, he estado internada en el Hospital Loayza. Siempre
venía, regresaba, venía, siempre estaba en ese plan.
Yo hasta ahorita sigo haciendo trámites. Aquella vez he hecho durante
dos años, he correteado, por acá, por allá pero nada,
no me han dado razón. Yo quería saber si a mi esposo de verdad
lo han matado, aunque sea que su cadáver me entreguen. Lo habrán
matado por su plata no sé pues, por qué habrá sido.
Parecía que el mundo se ha perdido, yo caminaba por mi esposo. Hasta
ahorita, igualito yo sigo, hay unas noches que sueño que él
está regresando, "voy a volver, yo estoy detenido", así me
dice. Por eso pienso que él está detenido.
Durante un año me han amenazado, me he ido a Lima, un día me
he venido acá porque sin mis hijos yo sufría en Lima. Acá
nuevamente me habían buscado del servicio de inteligencia. En mi cuarto
no me han encontrado y la señora había preguntado, "a quién
busca?". "Yo estoy buscando a la señora M", le han dicho. "La señora
no vive acá, señor. Cómo puede usted entrar acá
sin tocar la puerta?".
Yo estaba adentro temblando, nerviosa me he puesto, ahí entonces la
señora me dijo, te han buscado de nuevo. Ya no quiero que vengas,
cualquier cosa te puede pasar, a tus hijos mejor llévate allá.
Llorando he llegado a Lima y al congresista le he dicho, me están
buscando en Ayacucho, yo no puedo estar ahí, entonces él se
ha molestado y me ha dicho "siéntate ahí, voy a llamar al cuartel
de Ayacucho, porque él me ha dicho que a ti no te van a tocar, ni
a tu familia no la van a fastidiar. Entonces por qué te están
haciendo eso?". Entonces me ha hecho sentar en la silla de su oficina en
el congreso y ha llamado al cuartel y diciendo, "si usted me ha prometido
que no va a fastidiar a ella ni a su familia. Entonces por qué está
fastidiando?". Entonces el general le ha contestado, que de hoy día
en adelante no le va a pasar nada. "Ella que regrese acá, que viva
acá con su familia, y no le va a pasar nada". Él me ha dicho
"no te va a pasar nada, ya no te preocupes". Desde esas fechas no me han
buscado.
La permanente incertidumbre
Hace 2 años, me avisaron que me ha llamado mi esposo. Yo estaba trabajando
en mi casa y una chica viene y me dice: está llamando tu esposo. "De
donde está llamando?". "No, por teléfono te está llamando".
"Quien? mi esposo?", le dije. "Estoy llamando a mi esposa de Huancavelica,
estoy llamando, yo me encuentro en Huancavelica". Ahí también
he corrido como loca al teléfono. Cuando fui al teléfono, ya
no estaban y no me ha vuelto a llamar.
Cuando han secuestrado a mi esposo, también he ido a Accomarca, donde
han matado a bastante gente, ahí también he ido, de repente
ahí está, he pensado. A todo sitio he ido, pero no lo he encontrado.
A Infiernillo también he entrado, ahí he encontrado bastantes
cadáveres pero no era mi esposo, a todo sitio he ido pero hasta ahora
no encuentro. Por esas llamadas que me hacen también, yo pienso que
de repente sigue detenido.
Secuelas de la violencia
Mi hijo mayor estudiaba economía cuando secuestraron a su papá.
Pero como ya nos ha pasado ese problema él también ha dejado
la Universidad.
Todos en la familia seguimos afectados. Yo permanente estoy caminando. Yo
pensaba que iba a aparecer, o de repente me van a avisar qué le ha
pasado. Eso es lo que yo quiero saber, de una vez que nos avisen, que nos
digan qué cosa ha pasado con esas personas. Ahora yo prácticamente
estoy bien resentida con militares, con el gobierno, porque él no
reconoce si él sabe, él es ingeniero agrónomo, igualito
es su colega también mi esposo, como no va a saber él. Mi hijo
mayor, a veces para tomando, reclamando por su papá. Todos sus hermanos,
mis cuñados, toditos son ingenieros agrónomos, son nueve hermanos.
Por eso mis hijos me dicen: "si no hubiera perdido a mi papá nosotros
esa carrera hubiéramos seguido, pero nosotros qué mala suerte,
nos han quitado a mi papá". El me dice: "si estuviera mi papá,
no hubiéramos sufrido así pero nosotros tanto por qué
sufrimos". A sus tíos los mira, a sus primos, tienen su papá,
hay días cuando llega Navidad para sus hijos todos compran. Dicen
"qué mala suerte hemos tenido, por qué nos han quitado así
a mi papá, si hubiera, siquiera a su tumba hubiéramos ido,
mamá. Estaríamos conforme, no estaríamos sufriendo".
Me hace sufrir cuando miro su foto.
Pedido a las autoridades
Yo le pediría al gobierno que nos reconozca, que nos diga donde está
él, que diga qué cosa ha pasado con él. Por qué
él se va a callar, señorita, no es cualquier animal para que
se calle. Pero el señor Fujimori, sabe donde está mi esposo
porque con él se ha perdido mi esposo, él sabe, él es
el que está mintiendo. Hasta cuándo vamos a sufrir nosotros
así. Hay algunos señores que desde esa vez han caminado, ya
son ancianos están sufriendo, ya algunos no tienen habla, así
enfermos en sus casas están, han sufrido mucho, de sus familias, de
sus hijos, han hecho perder. Con ellos hemos caminado, por acá por
allá, llorando, todo eso nos ha afectado, ya son enfermos. Que nos
entreguen sus cadáveres siquiera si le han matado.
Julio del 2000
"...ojalá podamos saber siquiera si está muerto o vivo,
eso es lo que nosotros queremos, eso no más queremos. Hasta morir
voy a andar, junto con mis hijos, ellos me ayudan a buscarlo..."
N. A. N.
Circunstancias de la detención
Vivía con mi esposo y mis ocho hijos. En 1983 ocho militares ingresaron
a mi domicilio aproximadamente a las 6 de la tarde. Mi hijo Gilberto llegó
de su clase, se había sacado su camisa, estaba comiendo y cuando terminó
de comer llegaron los militares y se lo llevaron. Hasta ahora no lo hemos
encontrado. Gilberto de 28 años de edad estudiaba agronomía
en la Universidad de Ayacucho, sólo le faltaba 5 meses para concluir
sus estudios universitarios. Cuando ingresaron le dijeron: "usted es terrorista",
pero él no es terrorista. Mi hijo trabajaba en tejidos, era artesano,
ayudaba a mis hijos pequeños, quienes estaban chicos. Después
de la detención de Gilberto, a los 5 meses otra vez han venido a mi
casa, buscaban a mi otro hijo. No se lo llevaron porque estaba trabajando,
pero se han llevado mis cositas hasta han llevado frazadas, todas mis cositas,
hasta mis platos, todo, me han calateado, me han cargado y me han pegado
me han dicho: "tus hijos son terroristas".
A la fiscalía hemos presentado papeles, con abogados pero nada, no
nos respondieron nada. Hasta ahora no sabemos nada, si está vivo o
si está muerto. También presenté papeles al cuartel
de la zona y el general me dijo: "vamos a averiguar, lo vamos a buscar, no
me puedes buscar una empleada para llevarme a Lima?". Hasta eso he hecho
y le he dado a mi hija menor que trabaje para ellos y quizás pueda
regresar tu hermanito, le he dicho.
La búsqueda en el campo y hallazgo de cadáveres
Dicen que se lo han llevado al cuartel. Yo fui al cuartel pero no me han
dejado entrar, me dijeron: "no está, a qué vas a entrar?".
No está. Donde habrá ido?, me han insultado. Donde habrá
ido?. "Donde tus familiares", me han dicho. Hemos buscado en el lugar llamado
Infiernillo, por todas partes hemos andado a pie. Más arriba del Infiernillo,
por todo esos lugares hemos encontrado, jóvenes, sus ropas, sus lentecitos,
sus papelitos, sus zapatillitas, también hemos encontrado.
De mi hijo ni su ropita, nadita hemos encontrado. Ojalá yo lo hubiera
encontrado así muerto para enterrarlo, pero hasta ahora no puedo olvidar.
También hemos buscado en Lima, primero hemos ido donde el Presidente
Alan, a ellos también le hemos contado pero nada.
Hasta ahora sigo buscándolo, siempre estamos averiguando. No los estamos
dejando, no podemos dejarlos. Diecisiete años ya que hemos andado,
después hemos dejado y después hemos vuelto a buscarlo. Siempre
estamos averiguando, buscando información, pero la gente nos dice,
que está vivo en las montañas. Sabiendo podríamos ir
aunque sea pidiendo limosnas, para llegar a verlos pero sin saber cómo
vamos a ir?
Secuelas de la violencia
Mi esposo antes trabajaba en la universidad, por eso mi hijo estudió
allí. Ahora ya no trabaja. Cuando se llevaron a mi hijo él
lloraba, todos estábamos llorando, sus hermanitos. Y por eso mis hijitos
no han acabado sus estudios, se han ido a Lima a buscar trabajo. Mis hijitos
están bien felizmente, tengo cinco hijos, dos mujercitas, tres hombres,
aquí, dos hombres y una mujer, está invalidita. Han llorado,
hasta ahora se acuerdan. Cómo no se van a recordar de su hermano Gilberto,
él me decía :"mamá, yo voy a terminar de estudiar, yo
te voy a ayudar", y yo le decía "acaso tu papá gana mucho?
No nos alcanza y él me daba un poquito", con eso hemos mantenido para
su comida. Mi esposo ganaba poco, cómo vamos a hacer, no hay plata.
"Mamá yo voy a conseguir trabajo, yo te voy a ayudar", así
era. "Yo te voy a criar mamá", así me decía.
Ojalá podamos saber si está muerto o vivo, eso es lo que nosotros
queremos, eso no más queremos. Hasta morir voy a andar, junto con
mis hijos, ellos me ayudan a buscarlo.
Pedido a las autoridades
La autoridades que nos digan si ha muerto o si está vivo, eso queremos.
Queremos saber eso. Y queremos justicia pues. Eso queremos nosotros: justicia
queremos. Justicia, cómo vamos a andar sin saber nada? Pero siempre
estamos andando nosotros, cómo nos vamos a quedar.
Julio del 2000
"Yo quisiera saber dónde estará, como dicen, ¿estará
vivo?, ¿dónde está preso?, si estaría preso iría
o si está muerto me dirían y estaría conforme. Ahora
día y noche pienso, ya estará viniendo, ya estará llegando,
ya habrá salido. Una desesperación es, favor de Dios, pidiendo
al señor nomás, creo que él me ha dado valor y fuerza
para sostener a mis hijos, sino como día a día, pido a él
nomás día y noche por mis hijos nomás. Si él
estaría preso, yo iría a verlo, y tú ya estás
conforme, y tus hijos ya están conformes."
D. Y. V.
Tengo 48 años, me casé a los 28 años, tengo cinco hijos,
tres mujercitas y dos varoncitos. Su papá me los ha dejado, la mayorcita
de 9 años, toditos eran chiquitos, chiquitos eran.
Circunstancias de la detención
(...) El 18 de julio de 1990 salió de la casa. Él era comerciante
y cocinero. Iba a Huanta y después ya no regresó. En Huanta
dice que ha tomado y borracho le han llevado en batida, y de ahí es
que no aparece. Un muchacho, le contó a mi cuñado que mi esposo
estaba en la cárcel, en la PIP, "lo hemos llevado durante la batida,
yo lo siento mucho porque lo hemos llevado, me han obligado los militares.
A varios hemos llevado, ahí esta tu hermano", le dijo, "yo lo he visto,
hemos conversado". Justamente me habían mandado una carta, (…) él
me escribió, ese muchacho me la trajo. La leímos y le ha recomendado
a la familia, diciendo: "por favor, ya no tengo vida, ya me han destinado
y a mi señora un montón de cosas le había mandado",
diciendo "mis hijos, por mis hijos es lo que lloro, mi hogar", diciendo había
mandado. Yo conozco su letra, supe con certeza que era él. Entonces
dije "lo voy a buscar", pero ya no he podido encontrarlo. Hasta el 20 de
agosto creo que caminé. De ahí ya no pude, no tenía
plata, tenía que dar de comer a mis hijos. Ya no tenía posibilidad
para caminar, justamente las señoras que también tenían
problemas, para apoyarme me dijeron: "tienen que sacar papel de donde ha
desaparecido. De ahí tienes que sacar papel" y no he podido. A ellas
las he visto, antes que desapareciera mi esposo, las he visto como han caminado,
caminaban bastante, cargando esa cruz que tienen, "pobrecitas, pobrecitas",
decía yo y justo yo también he terminado así.
La búsqueda en centros de detención
He ido a buscarlo a Huanta, a la Fiscalía, a la PIP, en Huanta en
la cárcel, un soldado me dijo: "un cocinero que está preso,
pero está cocinando" y otro le dijo: "carajo, qué estás
diciendo tú?". Y se ha callado y ya no me ha podido decir nada. En
la PIP, ahí dice que estaba. Ahora ese muchacho me contó, "seguro
de ahí lo han pasado al cuartel, ahí hay un cocinero", y cuando
me empezaba a decir lo han mandado callar. Le he preguntado a los jefes y
me contestaron feas palabras, como ya no respetaban a las señoras,
feas palabras contestaban, entonces con esas palabras yo me he quedado humillada.
Llorando me he regresado a mi casa, y mis hijitos, la mayor casi se ha vuelto
loca por su papá. Ahora tiene 19 años, ella ya se daba cuenta.
Pero dos no lo conocen "quien será mi papá", me dicen.
(…) sola viajaba, me levantaba de noche, cocinando los dejaba, desesperada
regresaba, así los dejaba siempre a mis hijos, solitos. Y qué
más iba a hacer, yo nomás trabajaba.
Denuncia ante las autoridades
(…) en Huanta he denunciado. Me dijeron en Huanta: "ahora es feriado, regresa
mañana", yo les digo "yo no soy de acá, soy de Ayacucho". "Y
por qué lo han traído hasta acá! Por qué no lo
han liquidado allá!". Y buscando a la secretaria me dijo desde la
ventana: "él era comerciante venía acá y por eso lo
han hecho desaparecer". Entonces ella me dijo: "ese doctor sabe de eso. Dile
algo porque nosotros vamos a salir ya". Entonces le dije: "yo no tengo plata
ni medio sol, justo sin almorzar estoy con mi niño, solo tengo para
mi pasaje". "Entonces mañana, pasado, después de las fiestas
regresas!!". Yo le decía: "por favor!!". Y un señor que estaba
ahí atrás le dijo: "apunta pues, nomás, ¿no ves
que la señora viene de lejos? La pobre que va a poder venir, ¿no
dice que a su esposo está buscando?". Recién allí ha
empezado a apuntar en el cuaderno, eso nomás ha sido (…) así
he hecho apuntar en Huanta.
He caminado, he buscado, por la ciudad de Huanta, más allá
no he ido a buscar, porque no tenía tiempo. Por ejemplo, esos tres
primeros días no he ido a trabajar. Vendo comida en San Juan, entonces
si un día no trabajo, no tengo dinero. Esos tres días que no
fui a trabajar mis hijos me decían, "mamá, ¿no vas a
trabajar?, no tenemos".
Hemos sufrido. No teníamos que comer, los vecinos me decían:
"toma pan para tu perro", y ese pan era para mis hijos. Porque no sabía
de dónde sacar, de dónde hacer comer a mis hijos. Eso es lo
que más dolor me da. Ahora ¿qué voy a hacer?, antes
teníamos nuestra tienda, teníamos nuestra mercadería.
Ahora para eso no hay, si hubiera dejado esto, trabajando hubiera sostenido
a mis hijos, pero no. A mi me ha dejado sola, todas mis cosas, buscando hemos
terminado la plata.
Mi hija casi se ha vuelto loca, la mayor; mirando la puerta salía,
cada rato miraba: "mami, ¿mi papi va a venir ya?". El menorcito: "mami
¿qué le has hecho a mi papi? Seguro le has pegado". "No es
que le haya pegado a tu papi", le decía, "no es eso", le decía.
Una tristeza era mi vida. Y de remate suben las cosas y no alcanza la plata,
no sabíamos qué comer.
La permanente incertidumbre
Yo quisiera saber dónde estará, como dicen, ¿estará
vivo?, ¿dónde está preso?, si estaría preso iría
o si está muerto me dirían y estaría conforme. Ahora
día y noche pienso, ya estará viniendo, ya estará llegando,
ya habrá salido. Una desesperación es, favor de Dios, pidiendo
al señor nomás, creo que él me ha dado valor y fuerza
para sostener a mis hijos, sino como día a día, pido a él
nomás día y noche por mis hijos nomás. Si él
estaría preso, yo iría a verlo, y tú ya estás
conforme, y tus hijos ya están conformes. Ahora con esa idea ni piensan
en estudiar, de remate, no tenemos plata, de remate, lo de su papá.
Yo les digo: "ya olvídense ya pues, ya estará muerto, pues
ya son 10 años. Ustedes tienen pena pero yo no tengo pena".
Y en la calle a veces dicen "papi" y yo siento pena y tiemblo cuando alguien
dice "papi", así me dicen mis hijos. Una desesperación es.
Hasta el chiquito viene, dice que todos los años vaya a Lima, "anda
corre mamá, anda a Lima, de repente ahí está, yendo
a Lima de repente lo vamos a encontrar, vamos vamos". "No, quédate
con tus hermanos mejor". "No mamá, vamos vamos". Cuando hemos ido
a Lima, él ha sido el que ha llorado. En Palacio de Justicia ha llorado
mi hijo: "quiero ver a mi papá, suéltalo a mi papá que
está preso" lloraba mi hijito, yo he llorado, todos hemos llorado
cuando hemos ido a Palacio el año pasado. Dos veces ya he ido.
Por estas épocas, con favor de Dios, ya me estoy conformando pero
yo quisiera saber dónde está, por mi mente no sale, por la
mente de mis hijos tampoco. "¿Dónde estará, dónde
estará?, ¿estará muerto?, ¿estará vivo?",
siempre uno piensa. Yo creo que estará vivo, estará preso digo,
estará preso. Quisiera verlo nomás aunque sea saber si estará
vivo. Yo no pienso que estará muerto, si estuviera muerto ya me hubiera
olvidado, yo pienso que estará vivo, yo pienso que sí.
Secuelas de la violencia
No tengo día de descanso, yo nomás cargo con mi familia. Porque
hay familias cuando tienes, cuando no tienes no hay. A ver, yo tengo mis
hermanos, uno es profesor allá en Santa Elena, mi hermano el otro
no le importa como estamos viviendo. Cualquier compromiso que hacen para
que cocine, ahí sí me están llamando. Pero capaz de
venir a decir a mis hijos unas cuantas palabras, siquiera para que diga:
"ese es mi tío me ha contado, eso mi tío me ha ayudado". La
que sí me ha ayudado es la madre Covadonga, ella sí me ha ayudado
muchísimo. Hasta sus ropas me ha dado. Cuando eran chiquitos yo iba
a trabajar a lavar, a cocinar donde sea también pero sanamente trabajaba
y mis hijos tranquilos se quedaban aunque sea cochinitos en la casa. Ahora
que están grandes a veces yo detrás de ellos, detrás
de ellos, ya no tengo ni tiempo.
No hay plata, yo sostengo a mis hijos, no he podido, no he podido. (…) Mi
hijo ya tiene 18 años, primaria nomás tiene, ni sabe ni escribir
ni leer, eso me tiene preocupada. Yo lo he puesto en el colegio, pero él
no ha sabido responder, no sabía aprovechar, es que no había
quien le dijera, yo me iba a mi trabajo, ya no hay quien controle. Y ahora
no tienen educación porque no puedo, no tengo, solamente vendo comida
y no me alcanza a diario gano 5 soles, 6 soles, no me alcanza ni para el
desayuno. Por eso no los he podido educar y no ha habido quien les diga,
a los chicos. Si viviría su papá (era bien aplicado), les enseñaría
a sus hijos. Hasta ahora mi hija llora porque su papá ya no está,
ya estaría estudiando algo, "donde estará mi papá?",
llorando, todos hemos llorado allá en la casa. Bien triste es cuando
no tienes un esposo, y los niños sobretodo, se han quedado traumatizados.
A veces entienden, a veces me hacen caso, a veces desesperadamente me contestan,
chuscamente me contestan y yo chuscamente les contesto. Lo único que
me da pena, es que no tienen educación.
El último de mis hijos ha sufrido porque yo lo he llevado a buscar
a su papá, será de eso, de repente de eso es. A veces lloraba,
lloraba, miraba, sentía. El chico de eso seguro, su estudio no aprovechaba.
No ha aprendido. A veces se olvida y él se humilla ya. No estudia,
no es amiguero. No es como los demás, no va a las calles, pero gracias
a Dios está en la casa. Y me echo a llorar pero yo no le he dejado
ver que de noche lloro (...)
Julio del 2000
"...habían momentos en que gritando uno tenía que
llorar, recordándole y así poco a poco, conforme pasan los
años, estamos pues olvidando, pero no podemos olvidar del todo, así
es."
C. J. S. A.
Mi hijo Juan, cuando desapareció tenía 19 años, era
soltero, nació en Huamanga, era estudiante del último año
de educación secundaria.
Circunstancias de la detención
El fue detenido el 12 de marzo de 1984, en su colegio, estaba con su hermano
menor que ahora es ingeniero. Ese día fue a rendir su examen de aplazado
para subsanar el curso de Educación Artística.
No sabemos si fueron de la Guardia Civil o fueron de la PIP; estaban vestidos
de civil en el interior del colegio, parecía un Sinchi. Se lo llevaron
al Cuartel en Pampa, ahora en la Urbanización Jardín. Nadie
se dio cuenta, estaban presentes algunos profesores, inclusive mi otro hijo,
por que el Policía se acercó simulando ser amigo de mi hijo,
no se identificó como policía le dijo "yo también voy
a estudiar, acá hay que suplicar", y lo sacó del colegio.
No volvió, no volvió, comencé a buscarlo; ya para eso,
ya se lo habían llevado a la estación de los Sinchis en la
Urbanización Jardín, ahí estaba preso. Parece que le
preguntaron: "tu papá donde trabaja", y dijo que yo trabajaba en el
Juzgado. Al Juzgado se presentó un joven, estuvo sentado en el corredor
varias horas; yo seguía trabajando y él seguía ahí
sentado. El joven se me acercó y me dijo: "usted se llama Víctor?".
Sí, le dije, a usted le han desaparecido a su hijo?, si le dije, "y
sabe que su hijo está vivo y sano".
Denuncia ante las autoridades
En la esquina de la PIP, había un restaurante de un familiar mío,
ahí comían varios de la PIP, ellos le dijeron a mi familiar:
"está ahí, bueno si usted es su familiar avísele a su
padre".
Entonces un descuido mío, una negligencia mía, pensando en
que podían soltarle, porque yo había suplicado, a miembros
de la policía, confiado yo, porque mi hijo no estaba en estos movimientos,
no participaba, pensaba "ya lo soltaran, ya lo soltaran" desde esa fecha
no sé nada más.
He presentado denuncias, durante muchos años, durante quince años,
a la Fiscalía y al Juzgado, después de tres días de
la desaparición, más de un mes lo busqué en las bases.
Presenté denuncia también a la Fiscalía de derechos
humanos. Acudí también al alcalde, a la alcaldesa, después
a ella también la mataron, después al Obispado, pero el Obispado
de Ayacucho, nada quiso saber nada con los desaparecidos; no solamente con
mi caso, sino con los desaparecidos de todos en general, no nos atendieron.
Secuelas de la violencia
Mi señora y yo lo buscamos, sólo nosotros, nada más.
Con una desesperación, pasamos llorando, llorando intensamente, sufrimos,
habían momentos en que gritando uno tenía que llorar, recordándole
y así poco a poco, conforme los años pasan, estamos pues olvidando,
pero no podemos olvidar del todo, así es. Hace algo de diecisiete
años, que lo buscamos desde 1984, diecisiete años ya, diecisiete
años.
Mis hijos, mi esposa y yo recordamos a Juan, bueno, ellos recuerdan hay veces,
hay momentos que nos ponemos a recordarle, se ponen tristes, su mamá
se pone a llorar.
Julio del 2000
"Como locos estamos hasta ahora, porque donde duerme, está vacío,
donde come, sitio vacío, lo que come, plato vacío, lo que llama,
lo que pide, no hay...; casi me vuelvo loca (…), no soy gente desde esa fecha…"
A. C. S. A.
Tengo 71 años, soy casada, trabajo en mi casa nada más, no
tengo estudios. Estoy viviendo en Huamanga. Vivo con mi esposo, con una hija
abogada, también tengo una nietecita, con ella vivimos. Tengo cinco
hijos, eran ocho hijos, pero tres hijos hemos perdido ya, uno ha desaparecido,
ha desaparecido mi hijo Oscar.
Circunstancias de la detención
(…) 2 de julio 1983, más o menos a las doce y treinta de la noche,
tocan mi puerta, "¿que cosa …quién está tocando Dios
mío?", así yo digo, por esa fecha habían allanamientos
seguidos, entonces abrí la puerta… toditos han entrado, como treinta
encapuchados; en la puerta de la calle dos camiones del ejército estaban
parados, lo demás ejército, lo demás ropa corriente,
pero eran combinados, entonces han entrado y buscando. Nosotros dormimos
en un cuarto, de ahí han sacado a todos, nosotros en la pared estábamos
parados, estaban mis hijos, mis hijas, todos estábamos. Entonces han
sacado a mi hijo, dormido seguro no ha escuchado; entonces buscaron todas
mis cosas, no han encontrado ni prueba ni nada. No hay nada pues, entonces,
a mi hijo han hecho levantar, jalándolo por el cabellito, entonces
lo han sacado afuera; a mi ladito estaba parado mi hijo, mi hija dice: "por
qué a mi hermano así presionan ustedes, que cosa ha encontrado",
"carajo", vulgarmente dicen: "gran puta cuidado carajo, no hables", así,
y a mi me apuntan, a mis hijas también, con bala, a mi esposo también;
entonces a mi hijo, con su ropa de dormir no más, sin calzado lo han
sacado. Eso es triste, entonces, a mi lado paradito mi hijo dice: "mamá,
no llores, no llores, mamacita yo soy hombre, no tengo culpa, para que me
golpean, para que me hacen nada"; entonces a mi esposo yo le digo: "por favor,
suéltenle a mi esposo, para que le alcance su zapatito, su frazada",
así le he dicho; entonces mi esposo alcanza sus zapatos y la frazadita.
Entonces han dicho: "lo vamos a llevar". "No, ¿por qué?", yo
le digo, "no pueden llevarse a mi hijo, no pueden". Por la fuerza lo agarré
y me jaló, agarré a mi hijo; "junto con él me llevas,
me matas, cosas haces, pero conmigo". Entonces en la puerta de la calle,
me pisotean, me han quitado a mi hijo, se lo han llevado a mi hijo hasta
hoy día.
La búsqueda en los centros de detención
Después de eso, lo han puesto en el carro y me gritaban: "vieja no
llores, mañana lo voy a entregar en el ejército, en la puerta
me esperas" así me han dicho. Entonces, viernes en la noche para amanecer
sábado, no se como he ido, al Ejército, nada, a la Guardia
Civil nada, a la Republicana nada, Investigación nada; ninguno me
ha dado explicación. "No hay, no hay, no, no lo han traído
donde nosotros, seguramente al Ejército". Al Ejército cuando
iba, me decían: "no, no, nosotros no lo hemos traído, seguramente
lo han llevado a Investigación"; así me decían. Entonces
a Investigación he ido, Investigación también, también
Republicano, también Guardia Civil; así no me daban bola, "no,
yo no, yo no", todo "yo no".
Denuncia ante las autoridades
Día sábado, domingo, lunes ya, fui por acá, por allá,
nada no sabían, nada, "cómo voy a hacer, que cosa voy a hacer",
no puedo pensar cómo. Voy al centro correteando, "¿a dónde
voy a entrar?, ¿cómo es?". Entonces yo fui a presentarme al
Fiscal, el jueves ya presenté papel a Fiscalía: ¿Fiscal
irá que será?…me ha dicho: "no hay, dicen que no han llegado".
Entonces exigimos con el abogado casi semanalmente presenté papel,
donde Fiscal, después ya le he presentado al Ejército, también
he presentado donde Investigación, Guardia Civil, Guardia Republicana,
a todos he presentado, pero en ningún sitio me contestan. Entonces
a los quince días, mi hijo me ha mandado una papeleta, que dice: "mamacita,
estoy acá, completamente quiero salir ya, pero no se puede, buscas
plata y buscas abogado para que me saquen". Los que salían presos,
me han avisado así, junto con él estaba, esto me ha mandado,
ya se está borrando este papelito, … con su mano, con su pulso ha
estado escribiendo así… Del Ejército pues me ha mandado ese
papelito, en los Cabitos, ahí estaba, cuanto hemos correteado pero
no le he encontrado, hasta hoy día no sabemos nada.
Testigos de la detención y maltratos al detenido
(…) un señor ha salido, y me ha dicho: "…ahí está su
hijo, mi amigo, él está aguantando esa tortura, está
aguantando, no como otros, gritan, lloran; lo que golpean, entonces dicen:
'cállese cobarde, caramba por que gritas'". Así me dicen. "Pero
un día para que salgan, una mujercita ha entrado, ella ha culpado,
a su hijo por eso han hecho quedar, y un día han hecho subir en el
helicóptero, ' vamos a llevar a Paras - Totos', diciendo han llevado,
señora". Así me ha dicho, así está, han quedado
ahí, entonces desde ahí denunciamos por acá, por allá,
nunca sabemos ya, dice que está en Paras - Totos, me dicen: "derepente
por ahí han matado", que cosa harán pues, así me ha
sucedido…
La búsqueda en el campo y hallazgo de cadáveres
Yo lo busqué por todo sitio, todo el campo, "de repente por acá
han matado, voy a encontrar", diciendo, pero no lo he encontrado. Por ejemplo
por Puracuti, ahí están bastantes muertos, está comiendo
chancho, perro, llegué… y volteando su carita, "de repente es mi hijo"
diciendo, no tengo miedo, no tengo hambre en esa fecha. Yo he vivido esa
fecha con agua, donde sea yo tomo agua, entonces volteé nada, dientecito
de oro el otro, el otro sin diente así, no está mi hijo, así
todo sitio he buscado; gritando en el huayco, "de repente han votado al huaico
desahuciado", entonces por ahí de repente me contestan y gritaba:
"Oscaaar" diciendo así, llamando busqué pues, pero nadie contesta,
no le he encontrado a mi hijo (…).
Otra vez también a Quinua he ido, entonces me han avisado: "arriba
hay bastantes cadáveres … en el huayco", tardecito ya, más
o menos a las tres, las cuatro por ahí, (hace un mes había
desaparecido mi hijo); entonces me avisan: "señora , por ahí
hay cadáveres, de repente uno de ellos es su hijo", a esa hora lejos
es; "¿cómo iré?", dije. He ido para Tambo, es el camino;
entonces llegué pues a un huayco, se llama: Paycochallocc, en ese
huayco, ahí estaban los cadáveres, todos amarrados con soga,
por todo el cuerpo baleados, así, ancianos, jóvenes, criaturas,
así, entonces volteando, volteando, se hizo tarde ya. Como loca regresé,
a qué hora regresaría pues a Quinua. Llegué a Quinua
donde el alcalde, entonces yo le he dicho: "por favor ahí están
los cadáveres en el huayco del agüita me están remojando,
por favor tráiganlo ustedes, seguramente esta noche van ha terminar
los perros", yo le he dicho. En octubre he encontrado, 12 de octubre, entonces,
el alcalde ha hecho recoger a esa hora con lamparín todo han recogido,
diez cadáveres (…). Entonces me llevaron ellos ya en el cementerio
de Quinua, uno por uno sacaron: "¿su hijo es?", "¿su hijo es?";
el otro me agarró, no quería acercarme, entonces estoy llorando
yo, no está mi hijo(…); así pues encontré, cuando busqué
a mi hijo, muchas cosas he encontrado; ahorita en el cementerio mismo está
en fosa común, el pobre de los cadáveres.
Secuelas de la violencia
Después ya con las señoras ya encontré bastantes sitios,
cadáveres ya empecé a reunirme, recién andamos juntas
unas cuantas señoras, familiares de desaparecidos. Los primeros días
andaba sola, por donde sea sola, no tengo miedo a nada, me matan, me hacen
(…), hasta mi juicio casi perdí, donde he ido, a veces choqué
poste o alguna pared, recién desperté, así he andado.
(…) mi esposo en la casa, con los mayorcitos está cocinando, ahí
está, cuando regresé a la casa, para mi comida hay o no hay,
no me gusta, no me gusta, "mamá come", no, agüita si tomo, donde
sea, como sea, con agua no más yo vivo desde esa fecha.
Como locos estamos hasta ahora, porque donde duerme está vacío,
donde come, sitio vacío, lo que come, plato vacío, lo que llama,
lo que pide, no hay; casi me vuelvo loca, es difícil, es difícil,
no era gente en esa fecha. Más bien recién el año pasado,
anteaño pasado ya estoy como despertando de un sueño; pero
en esa fecha, no tenía ganas para nada, ni mi casa, como sea, a mí
no me interesaba se habrá caído, estará caído,
estará sucia, que será, no sé, a mí no me interesaba.
Difícilmente hemos recuperado nuestra vida.
La permanente incertidumbre
17 años ando buscando, desde 1983, (…) yo no puedo pensar que: "él
ha muerto", ó si ha muerto donde están sus restos, y pensamos
todavía cuando toca alguien la puerta , yo le digo: "de repente mi
hijo regresa o alguna noticia están trayendo", así siempre
paso mi día; por eso yo quiero justicia, queremos saber que ha pasado,
que le ha sucedido a mi hijo, inocente. Si de repente en el campo alguna
cosa agarran como reclamaría, no se puede. Pero a mi hijo es inocente
en su casa lo que dormía han sacado, ¿por qué han hecho
eso?.
Pedido a las autoridades
Yo quiero justicia, queremos saber de mi hijo y tantos desaparecidos, yo
quiero saber, yo quiero que se reconozca lo que han hecho, como han amnistiado
a los culpables, así igualito a nosotros que nos reconozcan, que se
de indemnización, pero después que nos entreguen su resto,
eso queremos nosotros. Yo pido directamente eso. Ellos dicen: "esa mujer
terrorista", me dicen, hasta me denuncian, hasta presionan, hasta investigación
me llevan, tres años me han amenazado con requisitoriado, entonces
he salido felizmente limpia porque no he hecho nada.
Julio del 2000
"... cuando han entrado los sinchis, con miedo me he puesto, temblando,
no podía hablar, nada. De ahí me he quedado nerviosa..." "...Nos
hemos quedado triste, así hemos crecido, llorando, sufriendo, qué
vamos a hacer, y no aparece, no aparece. Tanto pensar también la cabeza
ya mal ha quedado"
E. P. D.
Tengo 39 años, cuatro hijos, el menorcito es guaguita, el mayor tiene
10, después 7 y después 5 años. Yo me dedico a la casa.
A mi mamá se la han llevado, a mi tía, y a sus dos hermanos,
de mi casa han sacado.
Circunstancias de la detención
El 1983, primerito han matado los senderos a la gente, han venido en esa
fecha los sinchis, a la medianoche en tropa. Nosotros estábamos durmiendo
en la casa, con mi mamá, con mi abuelita, bastantes familiares en
la casa. Entraron bastantes, disfrazados con ropa civil de campesinos, con
sombrero, con su poncho. Se llevaron a mi mamá, "vamos, me vas a acompañar
a declarar con Jueza, vamos a declarar, mañana ya te voy a soltar
a las diez de la mañana". Yo me he quedado en esa fecha, con 24 años
de edad, mi hermana se ha quedado menor de edad 11 años, otra mi hermanita
de 14 años, otra mi hermanita se ha quedado de 18 años. Nosotros
nos hemos quedado con pena pues, llorando con mis hermanos.
Testigos de la detención y maltrato a los familiares A mi madre se
han llevado diciendo: "tú eres terruca, si no eres terruca vas a ir
a declarar. Acompáñame".
No nos maltrataron, a mi mamá nomás la llevaron, la sacaron
de su cama, a mi mamá le dijeron: "a la pared, arrodíllate!
Arrodíllate de ahí!". Y se ha arrodillado mi mamá, nosotros
hemos, dicho, nos va a matar acá. Felizmente no nos han matado, se
han llevado esa noche a dos hermanas. Mi tía ha dejado, a su hijito
de dos añitos, chibolitos mamando, su bebe también se ha quedado
llorando.
Entonces llevamos la comida a donde la Jueza, con una olla llevamos entonces
cuando hemos ido, mi mamá estaba en tanqueta llorando, claramente
hemos visto. "A qué han venido ustedes!". "No, es que a mi mamá
hemos traído comida". "Ah ya! Tu mamá está yendo a Ayacucho
al cuartel a declarar, tu mamá va a regresar de Ayacucho".
Volviendo a Ayacucho buscamos en el cuartel, la han denunciado en comisaría,
después ha salido en el periódico lo de mi mamá, ahí
supimos que ha desaparecido. Hasta hoy día no encontramos a mi mamá.
Mi papá ha venido vendiendo toro para que saquen de cuartel, pero
ya no hay ya. Nosotros hemos gastado para sacarla. Mi papá era joven
en esa época, ahora ha fallecido. Él estaba triste.
Secuelas de la violencia
Nos hemos quedado tristes, así hemos crecido, llorando, sufriendo,
qué vamos a hacer, y no aparece, no aparece. Tanto pensar también
la cabeza ya mal se ha quedado.
Tanto he llorado … mi cabeza he sentido, hasta ahorita me duele mi cabeza,
mi corazón, hasta mi hígado he sentido con pena. Nerviosa he
quedado, cuando han entrado los sinchis, con miedo me he puesto, temblando,
no podía hablar, nada. De ahí me he quedado nerviosa.
He buscado a mi mamá por allá, no aparece ni su ropa. Nadita
hemos visto, pensamos, de repente mi mamá estará de cocinera
por allá trabajando por Cangallo. Pero qué hace hasta ahora?
Debe venir ya, pues le decimos, cuando pensamiento cuando llega a la cabeza.
Julio del 2000
"Hasta mi hija también dijo: "yo también hasta encontrarlo
y saber su paradero, los restos de mi padre vamos a buscar. Yo también
cuando voy a tener mi edad voy a buscar también".
D. A. M.
Tengo 36 años. Soy viuda, tengo un compromiso pero todavía
no vivo con él. Tengo dos hijos, la mayor de 16 años, la otrita
de 6 años, la de 16 era de mi esposo. Vivo con mis hijitos y mi mamá.
He estudiado hasta secundaria completa. He nacido en Vilcashuamán,
en un pueblo más chiquito, Huarcas. Yo me he venido hace 18 años
para estudiar. A Huamanga hemos venido con mi hermano mayor. Acá ya
me he casado.
Circunstancias de la detención
A las 12 de la noche, 1 de diciembre del 83, han entrado y a él lo
han inculpado que era terruco, pero en realidad él no era así.
Si fuera así, no estaría durmiendo en su casa, seguro estaría
por ahí ocultándose, haciendo alguna cosa. Ese tiempo sólo
cuando tenía enemigos, enemistad, entonces ellos decían él
es terruco y lo echaban a él, inculpaban y por gusto lo llevaban.
Esa vez él tenía 28 años, yo tenía 18 años.
Esa noche, estábamos durmiendo, teníamos un cuartito alquilado,
mi esposo era cerrajero, teníamos un local, ese también era
alquilado. Yo no había quedado totalmente dormida. Entonces en eso,
mi esposo estaba durmiendo, me decía: "creo que han entrado", yo pensaba
que eran rateros pero no eran, de noche han allanado. La puerta de calamina
ha pateado. Eran de la policía. El día siguiente cuando he
ido me han dicho en la Comisaría: "anoche han salido en la patrulla,
el ejército, la guardia republicana, el servicio de inteligencia,
todo mezclado han salido". Cuando entraron dijo así: "Nos tienes que
acompañar". No querían que prendamos la luz tampoco. Entonces
en ese momento, a mi esposo empezaron a hacer levantar del cabello. En eso
yo me he desesperado, me he agarrado de mi esposo, de su chompa. Querían
llevar así con su ropita con la que estaba dormido, descalzo querían
llevar, entonces yo me he levantado, mi bebito llorando, el chiquito desesperado,
"Por qué vas a llevar a mi esposo, mi esposo qué culpa tiene?",
"Terruca, cállate! Ahorita te vamos a volar los sesos!", me dijo.
"Por qué? Qué cosa hemos hecho? Estamos en nuestra casa, en
donde ustedes han encontrado a mi esposo, mi esposo trabaja acá".
Entonces nada, nada le ha soltado. En eso, mi esposo, les ha dicho: "me voy
a poner mi ropa. Cómo me van a llevar así descalzo?". Pero
como así, yo le he agarrado así de su ropa, mi esposo rapidito
se ha puesto chompa, sus zapatos y su casaca. Entonces en eso empezaron a
jalar del cabello, delante de mi estaban golpeando, "terruco" le decían,
tratando de lisuras, conchasumadre… yo me he prendido: "¿por qué
lo van a llevar?". En eso me han puesto arma en la cabeza, nada yo no tenía
miedo en ese rato. "Aunque sea mátame, yo no lo voy a soltar, no lo
van a llevar". Entonces dos me han agarrado, me han quitado mi mano, mi dedo
me había torcido, yo me había caído, casi 15 encapuchados
en un cuartito, llenecito, en el ropero ahí nomás toditito
nuestras cosas empezaron a buscar, las ropas en el suelo, la cama que han
levantado, hasta a mi chiquita, a mi bebita me han hecho caer al suelo. Empezaron
a golpear el colchón, todo, empezaron a buscar, pero no han encontrado,
"qué cosa van a encontrar, nada". Yo me había quedado desmayada,
me han tirado como trapo al suelo no sé con qué me he chancado
y así parece que dormido me he quedado. Entonces me he despertado
y ya no estaban. Entonces veo la puerta de afuera nos habían amarrado.
Mi bebita estaba a mi lado, llorando, cuando me he despertado, ella estaba
ahí, todas mis cosas en el suelo, teníamos nuestra platita
que hemos guardado, porque no pudimos guardar en el banco porque era para
cancelar nuestro terreno, todo eso, nuestra plata se lo han llevado. La plata
se lo había llevado. El de 4 años también estaba llorando,
desesperado.
Búsqueda en centros de detención
Entonces al día siguiente cuando amaneció, yo no sentía
nada, yo apenas que amaneció me he ido al cuartel, entonces ahí
primerito le pregunto: "¿dónde van a llevar?, dónde
voy a ir a buscar?, ¿Por qué van a llevar así?"; "vas
a ir cuartel", así me dijo, y de ahí al día siguiente
me he ido al cuartel, me dijo: "Cómo vas a llorar de un terruco?,
tú eres joven, búscate otro hombre, un terruco no vale la pena",
y me insultaron. Después he venido a la comandancia, fui a buscar
desde ese día, nada. Al fiscal desde ese día he llevado denuncia,
todo. Todo eso hice al día siguiente.
Después ya una señora me ha dicho "con ese coronel puedes sacar".
Pero ya no tenía, porque ya habíamos gastado nuestra platita
que habíamos guardado, todito he terminado, por gusto me pedían
plata. Pero pasando 4 o 5 días, un capitán, un tal Llerena
había sacado su nombre del cuartel. Lo habían torturado me
dice, si aguanta los golpes, va a salir en 15 días.
Para presentar documentos nos juntábamos con otras señoras.
Esa vez no sólo a mi esposo habían traído sino a varios
habían traído. Entonces con una señora nos hemos conocido
con el señor también, con ellos fuimos los primeritos que estábamos
presentando documentos.
Búsqueda en el campo y hallazgo de cadáveres
De vuelta he escuchado que habían 9 cadáveres en Infiernillo,
hay un huaico, ahí también he ido, cargando a mi bebito pero
hemos encontrado cinco cadáveres nomás, con unas señoras
más hemos ido, tres hemos ido, de ahí he bajado, no sé
cómo he bajado, he llegado y ahí también me parecía
que estaba vivo, que estaba respirando, pero por la espalda había
cortado con cuchillo y entonces por ahí, como estaba agusanado, estaba
saliendo sangre, toditito le habían calateado, bien calatitos estaban,
dos chicas y tres varones. Entonces yo para reconocer su cara le he volteado,
toditita la cara le habían cortado con cuchillo. Y su ojo le habían
sacado, le habían puesto pintura. Y así, más abajo,
estaban todos. En eso el taxista que nos ayudaba nos dice, cuando lo matan
en el cuartel, lo traen, así lo botan, cuidado les alcanzan y les
va a matar a todos. Entonces mirando eso nomás he buscado en su pie
tenía cicatriz que manejaba moto él, se ha quemado, tenía
una cicatriz grande. Entonces en eso empecé a buscar a todos pero
no había. Entonces me he regresado, entonces justo como ha dicho el
taxista, vinimos, como media cuadrita y ya los militares con su carro ya
estaban buscando, por aquí, por allá. Hasta estos años
he buscado. En Lima también he ido a la cárcel, he ido a buscar,
pero nada. De los que han salido no me han dicho nada, no le he encontrado,
solamente el capitán mismo, él capitán Llerena, ese
capitán era del ejército, él me dijo que mi esposo estaba
adentro pero pasando 3, 4 días, nomás todavía. De ahí
otro capitán, Blanco (qué habrá sido su sobrenombre),
él también me dijo, yo lloraba entonces me dijo: "me da pena,
mucha pena me da porque de atrás del cementerio conmigo más
hemos sacado, si nos hubiéramos conocido más antes, no hubiéramos
hecho nada. Pero el muchacho no ha aguantado la tortura, estaba muy grave
pero de ahí no ha aguantado", de frente me dijo. Como medio mareado
nosotros hemos invitado, con una chica que trabajaba en el cuartel me he
conocido, y entonces como se conocían, amigos eran, con la chica se
ha juntado. Entonces ahí me dijo: "si va a resistir todos los golpes,
todas la torturas, va a salir del cuartel en 15 días, ahí puedes
ya sacarlo".
Secuelas de la violencia
Y después ya con mi hermana, nuevamente he regresado con mis familias,
con mi hermana, con mi mamá. Siete años he estado, llorando,
yo no me he olvidado (…) me he enfermado, casi medio año así
estaba enferma, como 6 o 7 meses. Me ha dicho que tenía mucha pena,
y siempre mi corazón sentía; así "no solamente tú
estás complicada con todo esto nada más", me decía el
doctor.
De ahí cuando me he enfermado, no he trabajado y no tenía para
comer. Porque mi mamá era del campo, no trabajaba en nada, mi hermano
era estudiante. Entonces de ahí cuando me he sanado ya empecé
a trabajar, pero siempre buscando. Hay veces se enfermaba mi hijita, no era
totalmente sana.
La permanente incertidumbre
¿Y dónde está?, hasta ahora no sabemos, hasta cuando
yo me muera siempre voy a estar diciendo que era totalmente inocente, por
qué va a desaparecer por gusto, por nada.
Hasta mi hija, también dijo: "yo también hasta encontrarlo
y saber su paradero los restos de mi padre vamos a buscar, yo también
cuando voy a tener mi edad voy a buscar también". Ella ya tiene 16
años, a veces le piden libros, entonces como yo no tengo trabajo ella
dice: "si hubiera estado mi papá". Ni siquiera las familias de mi
esposo nunca nos han ayudado, ni un pedazo de alimento, nada. Entonces ella
dice, "si es que hubiera estado mi papá". Un año yo le he hecho
quedar, por eso recién está terminando este año. Ahora
para que entre a la universidad, ella quiere prepararse para derecho, entonces
como yo no tengo dinero le digo: "aunque sea en instituto puedes estudiar",
"no mamá, yo voy a ingresar a la universidad".
Pedido a las autoridades
Le pediría que nos ayuden que hagan justicia porque nosotros personas
inocentes que han hecho desaparecer, nos duele a sus familias, siempre nos
recordamos. De repente si hubiera trabajado en otro sitio, pero él
trabajaba en mi casa nada más y hasta íbamos a comprar materiales
juntos, así nomás solo no salía. Si era inocente porque
van a hacer desaparecer. Ni siquiera el resto nos ha entregado, si hubiera
estado en la cárcel siquiera nosotros hubiéramos ido a visitarlo,
a verlo. Pero ahora totalmente le han quitado la vida de un inocente, eso
no vamos a olvidar. Siempre queremos nosotros la justicia. Al gobierno nosotros
queremos que nos escuche. Hace mucho tiempo que hemos presentado para diálogo,
nada, ni diálogo no nos recibe. Eso siempre vamos a estar exigiendo,
no nos vamos a callar, hasta saber lo que ha pasado con ellos.
Julio del 2000
Fuente: Defensoría del Pueblo del Perú
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