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I. INTRODUCCIÓN.
1. CITAS.
"La segunda etapa puede ser denominada de equilibrio estratégico. Al final de la primera etapa, debido a su escasez de tropas y a nuestra firme resistencia, el enemigo se verá obligado a poner término hasta cierto punto a su ofensiva estratégica. Llegado a este término, detendrá su ofensiva estratégica y entrará en la etapa de consolidación de los territorios ocupados. En esta segunda etapa, el enemigo tratará de consolidar los territorios ocupados y de apropiarse de ellos por medio del fraudulento método de establecer gobiernos títeres, para saquear hasta el máximo al pueblo chino; pero, entonces tendrá que enfrentar una tenaz guerra de guerrillas. Aprovechando el que a la retaguardia del enemigo quedan regiones sin ocupar, nuestra guerra de guerrillas experimentará un amplio desarrollo en la primera etapa, y se crearán muchas bases de apoyo, lo que constituirá una seria amenaza para el enemigo en su tentativa de consolidar los territorios ocupados; así, durante la segunda etapa, aún seguirán estableciéndose vastas operaciones militares. En dicha etapa, nuestra forma de lucha será principalmente la guerra de guerrillas, y la guerra de movimientos jugará un papel complementario. Para entonces, China habrá podido conservar un gran ejército regular, pero todavía le será difícil lanzar de inmediato la contraofensiva estratégica, porque, por una parte, el enemigo adoptará una posición estratégicamente defensiva en las grandes ciudades y a lo largo de las principales vías de comunicación ocupadas por él, y, por otra parte, China no estará aún equipada técnicamente en forma adecuada. Aparte de las tropas dedicadas a defender los frentes, gran cantidad de nuestras fuerzas se trasladarán a la retaguardia enemiga en formaciones relativamente dispersas, y, apoyándose en todas las zonas que el enemigo aún no haya ocupado y en coordinación con las fuerzas armadas creadas por la población local, desencadenarán una vasta y violenta guerra de guerrillas contra los lugares ocupados por el enemigo y, hasta donde sea posible, le obligarán a trasladarse a fin de destruirlo en una guerra de movimientos, como se hace actualmente en la provincia de Shansí. En esta etapa, la guerra será cruel y las regiones de operaciones militares sufrirán una grave devastación. Pero la guerra de guerrillas tendrá éxito y, si es bien dirigida, hará que el enemigo sólo pueda conservar aproximadamente una tercera parte del territorio que haya ocupado, mientras que alrededor de dos terceras partes se encuentren aún en nuestras manos. Esto será una gran derrota para el enemigo y una gran victoria para China. Para entonces, todo el territorio ocupado por el enemigo estará dividido en tres categorías: bases enemigas, bases de apoyo de la guerra de guerrillas y zonas de guerrillas disputadas por ambas partes. La duración de esta etapa dependerá del grado en que cambien la correlación de fuerzas entre el enemigo y nosotros y la situación internacional. Hablando en términos generales, sepamos que nos espera una etapa relativamente larga, y habremos de recorrer un camino penoso. Será un período muy doloroso para China. El país se encontrará ante dos graves problemas: las dificultades económicas y las actividades de zapa de los traidores a la patria. El enemigo desplegará desenfrenadamente sus actividades para socavar el frente único de China, y las organizaciones de los traidores a la patria en todas las zonas ocupadas por el enemigo se fusionarán para formar un llamado "gobierno unificado". Dentro de nuestras filas, debido a la pérdida de las grandes ciudades y a las dificultades causadas por la guerra, los elementos vacilantes abogarán a voz en cuello por las ideas de compromiso, y el estado de ánimo pesimista alcanzará serias proporciones. Nuestras tareas entonces consistirán en movilizar a las masas populares de todo el país para que se unan como un solo hombre y perseveren con inquebrantable firmeza en la guerra, ampliar y consolidar el frente único, barrer todo pesimismo y toda idea de compromiso, promover el espíritu de lucha dura y poner en práctica una nueva política para los tiempos de guerra, a fin de salir airosos de esta difícil prueba. En esta segunda etapa tendremos que llamar a todo el país a que mantenga con decisión un gobierno unificado y se oponga a la división; será necesario mejorar sistemáticamente nuestra técnica de combate, reformar el ejército, movilizar a todo el pueblo y prepararse para la contraofensiva. En esta etapa, la situación internacional se tornará aún más desfavorable para el Japón, y las principales fuerzas internacionales pasarán a brindar mayor ayuda a China ... La vasta guerra de guerrillas y el movimiento popular antijaponés fustigarán a esta enorme fuerza japonesa, desgastándola en gran medida, por una parte, y, por la otra, quebrantando su moral al estimular el crecimiento de la nostalgia y su sentimiento de aversión, e incluso de hostilidad, hacia la guerra. Aunque no puede decirse que el Japón no logrará absolutamente nada en su pillaje de China, sin embargo, como carece de capital y es hostigado por la guerra de guerrillas, le será imposible obtener resultados rápidos y substanciales. Esta segunda etapa será la etapa de transición de toda la guerra, y también el período más duro, pero marcará, al mismo tiempo, el punto de viraje de toda la guerra. El que China se convierta en un país independiente o se reduzca a una colonia, no estará determinado por la conservación o la pérdida de las grandes ciudades en la primera etapa, sino por el grado del esfuerzo de toda la nación en la segunda. Si podemos perseverar en la Guerra de Resistencia, en el frente único y en la guerra prolongada, China adquirirá en esta etapa las fuerzas suficientes para convertirse de un país débil en uno fuerte." (Presidente Mao en "Sobre la guerra prolongada"; pág. 235 a 237, Escritos Militares).
"En la segunda etapa, continuarán desarrollándose en ambos bandos los cambios antes mencionados; y, aunque no se puede predecir con detalle la situación, en términos generales, el Japón continuará en descenso y China en ascenso. Por ejemplo, los recursos militares y financieros del Japón resultarán desgastados en enormes cantidades por la guerra de guerrillas de China, crecerá el descontento de la población del Japón, declinará aun más la moral de sus tropas y será aún más aislada su posición internacional. En cuanto a China, habrá progresos aún mayores en lo político, militar y cultural y en la movilización del pueblo; se desarrollará aún más la guerra de guerrillas; su economía experimentará un cierto desarrollo nuevo sobre la base de las pequeñas industrias y la agricultura de vastas zonas, en el interior del país; la ayuda internacional aumentará en forma gradual y tendrá un aspecto muy distinto de lo que es ahora. La segunda etapa probablemente durará un tiempo bastante largo, durante el cual se producirá una gran inversión en la correlación de fuerzas entre el enemigo y nosotros: China se elevará poco a poco y el Japón declinará más y más. China saldrá de su inferioridad y el Japón perderá su superioridad; de forma que, tras un período de equilibrio, la correlación de fuerzas entre los dos países quedará invertida. Entonces China habrá completado en lo fundamental sus preparativos para la contraofensiva estratégica y entrará en la etapa de la contraofensiva y de la expulsión del enemigo del país. Es necesario subrayar una vez más que el llamado cambio de inferioridad en superioridad y la conclusión de los preparativos para la contraofensiva, implican el aumento de la fuerza propia de China, el de las dificultades del Japón y el de la ayuda internacional que recibamos. La combinación de estos factores producirá la superioridad de China y dará cima a sus preparativos para la contraofensiva." (Ibídem, pág. 239 a 240).
"China pasará de la inferioridad al equilibrio de fuerzas, y luego a la superioridad; y el Japón pasará de la superioridad al equilibrio, y luego a la inferioridad."
"En este punto, los partidarios de la teoría de la subyugación nacional y del compromiso se presentarán nuevamente a decir: Para pasar de la inferioridad al equilibrio, China necesita una potencia militar y económica igual a la del Japón; y, para pasar del equilibrio a la superioridad, necesitará una potencia militar y económica superior a la del Japón. Pero esto es imposible, y por consiguiente, las conclusiones precedentes son incorrectas."... Esta es la llamada teoría de `las armas lo deciden todo', teoría mecanicista en el problema de la guerra, reflejo de una forma subjetiva y unilateral de abordar este problema. Nuestro punto de vista es opuesto a esta teoría; no sólo consideramos las armas, sino también a los hombres. Las armas son un factor importante en la guerra, pero no el decisivo. El factor decisivo es el hombre, y no las cosas. Determinan la correlación de fuerzas no sólo la potencia militar y económica sino también los recursos humanos y la moral. La potencia militar y económica es manejada por el hombre." (Ibídem, pág. 241).
"Guerra popular. Guerra de masas dirigida por el Partido. Campo centro de la guerra popular y su desplazamiento a la ciudad para conquistar el Poder en todo el país. Gran salto en la incorporación de las masas a la guerra popular. Incorporar amplia y organizadamente a las masas, al pueblo, a la Guerra popular; clave para la Conquista del Poder en todo el país, especialmente para la insurrección, y para la defensa de la República Popular, Futuro Gran Plan de Conquistar".
"La Guerra prolongada y sus tres etapas. Las tres etapas especificas de la guerra popular prolongada en el Perú. El equilibrio estratégico y preparación de la contraofensiva; el enemigo, recuperar posiciones para mantener su sistema; nosotros, preparar ofensiva estratégica a través de Construir la Conquista del Poder. Por ello a la reacción se le plantea la necesidad de aniquilar la guerra popular y al Partido y el pueblo construir la conquista del Poder".
"Las tres etapas de la guerra civil revolucionaria tienen características diferentes a las de la guerra de resistencia antiimperialista; en aquélla, la defensiva estratégica es más prolongada, y va de guerra de guerrillas a guerra de movimientos que es principal".
"Carácter prolongado derivado de la correlación de tres situaciones: 1) la nuestra; 2) la del enemigo; y 3) la internacional. Esta última es la que hoy y en perspectiva inmediata presenta problemas, pero aparte de que la revolución expresara más concretamente su condición de tendencia principal acicateada por la propia contrarrevolución, lo principal es apoyarse en las propias fuerzas y conquistando el Poder, servir al desarrollo de la revolución mundial, para a su vez seguir desarrollando nuestra propia revolución socialista construyendo socialismo y dictadura del proletariado."
"Campañas de cerco y aniquilamiento y contracampañas, forma principal. A través de ellas, ampliándolas y desarrollándolas, principalmente manteniendo la iniciativa hemos llegado al equilibrio estratégico. No hemos tenido ninguna gran derrota, prepararnos para que tal no se dé, pero si se diera (lo que requeriría acción mayor directa o indirecta del imperialismo yanqui), solo seria una derrota parcial y relativa dentro de una perspectiva de desarrollo de la guerra popular apuntando contra el imperialismo yanqui y sus títeres, dentro de polarización nacional y hacia la Conquista del Poder. Además la situación internacional y sobre todo el internacionalismo proletario y el apoyo de los pueblos del mundo se expresarán más amplia y decididamente." (Presidente Gonzalo en II Pleno: Consideraciones).
2. SITUACIÓN POLÍTICA EN QUE SE DESARROLLO LA III CAMPAÑA.
La lucha de clases internacional ha confirmado los planteamientos acordados en el II Pleno del Comité Central. La nueva ofensiva convergente del imperialismo y el revisionismo se ha desenvuelto y hemos entrado a la ofensiva contrarrevolucionaria general a nivel mundial comandada por el imperialismo yanqui. El revisionismo ha pasado de su descomposición general a su bancarrota total; muestra fehaciente es el fallido "putsch" de la facción fascista contra la facción demoburguesa en la URSS. La política del imperialismo sigue desenvolviendo áreas de dominio y nuevo reparto del mundo como lo prueban la guerra del Golfo, la situación de Europa Oriental, la guerra en Yugoslavia y la aparente solución de viejos puntos a través de la ONU como Kampuchea, Medio Oriente y El Salvador. Y, la revolución como tendencia principal en el mundo se vive con mayor fuerza en la antorcha en la guerra popular del Perú, marxista-leninista-maoísta, pensamiento Gonzalo, demostrando la vigencia del marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo.
La lucha de clases en el país se caracterizó por la coyuntura de un año de nuevo gobierno reaccionario dirigido por el cínico y taimado Fujimori, el gobernante más descaradamente pro imperialista yanqui hasta hoy. Gobierno que nació altamente desprestigiado ante el pueblo y que en su primer año de gestión actuó en el marco de la aplicación de las tres tareas que se le presentaban como necesidades a la reacción peruana y al imperialismo: reimpulsar el capitalismo burocrático, aniquilar la guerra popular y reestructurar el Viejo Estado.
En la primera tarea ha revelado falsos éxitos, pues, la inflación, pese al shock del 8/VIII/90 y de las medidas de diciembre 90 y enero 91, con la correspondiente muda de ministros de economía, no ha sido conjurada; la recesión se ha mantenido por tercer año consecutivo y particularmente este año se ha acentuado más; se ha mantenido un precio "bajo", ficticio del dólar para aparentar una baja inflación. La tónica ha sido ajustarse a todas las exigencias del FMI, aplicando un plan que internacionalmente se considera uno de los más duros del mundo. El costo social, reconocido por los propios economistas del imperialismo norteamericano, ha sido gravísimo y, si ayer hubo 12'0 de peruanos en situación de pobreza, hoy son más y la mayoría en nivel de pobreza crítica. Su plan de estabilización ha fracasado, y necesitan uno nuevo, su "reinserción" se ha reducido a ser declarados elegibles por sus amos imperialistas yanquis; la deuda no fue condonada ni en mínima parte, sino refinanciada para incrementar los pagos. Así, el 92 será un año difícil; la situación de las masas será peor, las exigencias del imperialismo mayores. Esto aparte de que el año 91 no significó dejar de pagar ni recibir el cacareado dinero fresco; pues, a los pocos dólares que entran se tienen que sumar más de donde no hay para pagar la parte de deuda que corresponde: y, más aún, el 93 asumirán los fuertes pagos contraídos. En buena cuenta, no conjuraron la inflación, la recesión prosigue y se ahonda y no han culminado la "reinserción"; entonces, no han logrado la ansiada estabilización y posponen más la reactivación económica. En consecuencia, en la tarea de reimpulsar el capitalismo burocrático no han alcanzado los objetivos que se trazaron, y se cumple la ley del capitalismo burocrático de madurar las condiciones para la revolución; así, en nuestro caso, maduran las condiciones para la conquista de Poder en todo el país.
La tarea de aniquilar la guerra popular tampoco ha logrado éxitos ni grandes ni pequeños. Mientras que la III Campaña se ha cumplido como expresión grande, estremecedora y contundente; muestra de ello ha sido que la simple difusión del saludo al proletariado y el pueblo por el gran triunfo de haber entrado al equilibrio estratégico genero inmediata y gran repercusión en la reacción peruana y mundial, como lo prueban los debates en el Congreso del propio imperialismo yanqui, la carátula sobre la guerra popular en una de sus revistas con un artículo de 6 páginas, los desmentidos y afirmaciones del hambreador mercenario del imperialismo yanqui Fujimori y sus compinches, los ministros de Defensa, del interior y del presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas genocidas y los improperios del revisionismo armado del MRTA y de los adoradores del cretinismo parlamentario como el PUM; además del creciente basurero de lacayos y plumíferos "violentólogos", "senderólogos", etc. También los editoriales y columnas de los diversos periódicos y revistar reaccionarios, y de los revisionistas impenitentes como Patria Roja. Repercusión que en el proletariado y el pueblo ha sido de júbilo y satisfacción por tan trascendental triunfo popular que demanda su indeclinable decisión de seguir combatiendo por la conquista del Poder a través de la guerra popular.
Finalmente, en cuanto a la tercera tarea, el Viejo Estado marcha a su mayor reaccionarización, se dan violaciones sistemáticas de su Constitución, normas y leyes; se recortan derechos y conquistas del proletariado y del pueblo. Fujimori, calificado de "autoritario", ha seguido avasallando al Legislativo, rebasando las facultades otorgadas para legislar en materias especificas como en la reciente dación de 126 decretos legislativos, 23 de ellos contra la guerra popular y la mayoría para traspasar el monopolio estatal al no estatal, restringir las funciones del Estado y despedir empleados públicos; además estos decretos legislativos, como disposiciones anteriores son parte de la reestructuración estatal. También Fujimori ha introducido el sarcasmo jurídico de la enmienda de leyes a través de fe de erratas. Su tónica es el menosprecio olímpico al Parlamento y al Poder Judicial; pero la respuesta del primero ha sido mediatizada expresando profundos intereses de grupo, abdicando más en el ejercicio de sus funciones de legislar, fiscalizar, especialmente en lo referente al presupuesto y cuentas nacionales, demostrando la podredumbre del Viejo Estado. Sus elecciones municipales complementarías han sido un rotundo fracaso Fujimori continúa apoyándose más en la fuerza armada (FF.AA.), en elementos de la gran burguesía compradora y en sirvientes directos del imperialismo yanqui como Hernando de Soto director del Instituto Libertad y Democracia (ILD); y prosigue genocidio y siniestra, política de quemar todo, robar todo, y matar a todos. Signos todos que revelan la creciente reaccionarización del Viejo Estado peruano; su democracia burguesa cruje y se tambalea, se comprueba más la fragilidad del Estado peruano y de sus instituciones. Lo que no está definido aún es que grupo o facción de la gran burguesía se impondrá en la reestructuración estatal, observándose avances en la burguesía compradora y posiciones fascistas en Fujimori quien marcha más hacia la centralización absoluta y concreto absolutismo del Ejecutivo, más específicamente absolutismo presidencialista.
En cuanto a la situación de las masas, la contradicción masas-gobierno se ha agudizado; aprendiendo de la guerra popular, potencian y elevan sus luchas y siguen desenvolviéndose dentro de la tendencia hacia crisis revolucionaria, incorporándose ampliamente a la guerra popular.