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Presente:
Un abrazo afectuoso de combativos luchadores desde la prisión de Marcos Paz. Somos los paraguayos presos políticos de Duarte Frutos y hoy de Kirchner. Queremos explicarles en breves y sencillas palabras por qué estamos presos:
Primeramente, tenemos que situarnos en la realidad paraguaya. Podemos decir que Paraguay se encuentra desde hace sesenta años bajo el gobierno de un solo partido: el partido Colorado, que ha hegemonizado el poder político, militar y económico, sometiendo al pueblo a una de las dictaduras más crueles que ha conocido la historia de América Latina: la de Alfredo Stroessner, dictadura militar que duró treinta y cinco años, en el transcurso de los cuales se ha instalado una estructura represiva en el marco de la lucha contra el comunismo en la sociedad paraguaya mediante la práctica de torturas, asesinatos, desapariciones y detenciones ilegales, enmarcadas en la aplicación del Operativo Cóndor. Se generaron así miles de detenidos por razones políticas, cientos de desaparecidos y exiliados, prácticas que constituyeron una estructura ideológica en la sociedad paraguaya que ha ido extendiéndose en el tiempo, porque hasta hoy en Paraguay se sigue torturando, asesinando líderes de los movimientos campesinos por su accionar político y continúan las detenciones ilegales y las desapariciones, como el caso del periodista Enrique Galeano, desaparecido hace diez meses por haber denunciado hechos de corrupción.
En el país se ha profundizado la militarización tanto en el campo como en la ciudad, ya que hoy cuenta con el apoyo directo de soldados yanquis. Los escuadrones de la muerte siguen funcionando organizados ahora por el Poder Ejecutivo a través del Ministerio del Interior, tal como lo aconseja la vieja práctica de la contrainsurgencia de la escuela norteamericana.
Parecería que no se fue el dictador, porque sus allegados se adueñaron del país con la colaboración de las mafias con las que financian las campañas del partido Colorado.
Esta es la realidad que vive Paraguay hoy, contexto en el que tenemos que ubicarnos para entender nuestra situación: integramos el sector que históricamente ha enfrentado a la dictadura desde el campesinado, perteneciendo al sector popular que ha sumado más de doscientos nuevos mártires desde la salida del poder del dictador, atacados en los cortes de rutas y ocupaciones de latifundios y cuyas muertes aún están impunes.
Estas injusticias nos han obligado a organizarnos para luchar por días mejores para nuestra Patria, siguiendo el ejemplo de todos aquellos que perdieron sus vidas en las garras de la dictadura. Como orgullosos herederos de sus banderas, nos hemos organizado para luchar contra el hambre y la represión y nos hemos atrevido a construir una herramienta política desde la perspectiva de la historia de nuestro pueblo como expresión de la rebeldía producto de la indignación ante las injusticias contra los desposeídos y para luchar contra las políticas del FMI, el BM y los soldados yanquis adueñados de nuestro país.
Nuestra organización política de izquierda, Patria Libre, ha sufrido con mayor fuerza la represión desde el año 2002, cuando se produjo el secuestro y posterior tortura durante catorce días de los principales referentes de nuestra organización: Juan Arrom y Anuncio Martí.
En estos hechos estuvieron involucrados el Fiscal General del Estado (Latorre), el Ministro de Justicia (Ferreira), el Ministro del Interior (Fanego) y algunos policías. Si bien algunos de ellos fueron destituidos de sus cargos debido a la repercusión pública que tomó el caso, nunca fueron investigados ni procesados por la justicia del Paraguay. Y nuestros compañeros tuvieron que pedir refugio en Brasil además de achacarle un secuestro extorsivo, como hoy nos hacen a nosotros.
No fueron éstas acciones salvajes fuera de planificación, sino dirigidas a servir de pretexto para instalar en el Congreso el estudio de la Ley Antiterrorista, Ley que había sido rechazada por los sectores populares organizados en todo el país, rechazo que se expresó con prolongados cortes de rutas, que contaron con nuestra activa participación. Esta lucha produjo un contexto de mayor unidad entre los sectores populares, que se plasmó en la constitución de la Izquierda Unida para las elecciones generales del año 2003.
Con el acceso al poder del fascista Duarte Frutos se inició una oleada represiva contra los miembros de Patria Libre: se acusó falazmente a los miembros del partido de ser responsables del secuestro de la hija del ex presidente Cubas, hecho que en realidad fue reflejo de un ajuste de cuentas entre distintos grupos mafiosos enquistados en el gobierno.
Somos perseguidos acusados de un delito que no hemos cometido en el marco de la criminalización de las luchas populares en el Paraguay, ya que es preciso aclarar que no somos los únicos en esta situación: hay más de dos mil compañeros de distintas organizaciones procesados por delitos comunes, de los cuales son inocentes y de los que se los acusa como forma de neutralizar su accionar político.
Desde una administración de justicia amañada, con jueces corruptos y con una fiscalía sometida al partido de gobierno y en el marco de la aplicación de la vieja práctica stronista de eliminar enemigos políticos, se nos ha imputado por haber participado de la reunión de la conducción de nuestro partido, lo que pone en claro la intención de descabezar nuestra organización y satanizar a la izquierda en el Paraguay, por lo que está acusado junto a nosotros el compañero Roque Rodríguez, el que no es miembro de nuestro partido, pero es un conocido dirigente del Movimiento Agrario y Popular. Pagando a un testigo que nos involucró dieron rienda suelta a tamaña mentira.
Parte de la prueba de la veracidad de nuestras afirmaciones la ha producido el Presidente de la República, quien ha manifestado públicamente su amenaza de aniquilar hasta el último residuo de Patria Libre de la sociedad paraguaya y, en una entrevista televisiva hecha en un canal de cobertura nacional, manifestó que ya había conversado con los miembros de la Corte Suprema de Justicia para ordenar detener a todos los dirigentes de Patria Libre. Por eso tuvimos que pedir refugio en Argentina aún sin estar perseguidos en la causa por el secuestro de Cecilia Cubas. A los pocos días de ingresar cambian la carátula en Paraguay sin ser oídos y nos piden la extradición.
A pesar de las flagrantes violaciones de los derechos ciudadanos y humanos en nuestro país, el CEPARE de Argentina nos ha negado el refugio político, a sólo 3 días de solicitado y deteniendo a varios de nosotros dentro de ese organismo que nos debía proteger, alegando la existencia de Estado de derecho en el Paraguay; en los mismos términos se expidió el Juez Ariel Lijo para considerar procedente la extradición, con el agravante de que ha convalidado en sus argumentaciones la práctica de la tortura en las cárceles argentinas y del resto del continente, al decir que las torturas suceden en toda Latinoamérica, incluso en este país.
Erróneamente, por cierto, llegamos a la Argentina confiados en las instituciones de este país, alertados por la prédica supuestamente derecho-humanística del Presidente Kirchner y terminamos presos en la cárcel de la injusticia. Hoy nos damos cuenta que los acuerdos internacionales del MERCOSUR están por encima o merman los derechos de las personas que habitan los países del mercorsur.
Tantas veces nos hemos preguntado: ¿Será que no hay justicia para los pobres?
Les escribimos estas líneas para compartir nuestro dolor y para pedir solidaridad ante esta situación que como luchadores nos toca enfrentar y para que nos ayuden a encontrar mecanismos que eviten que seamos entregados a manos de la oligarquía paraguaya, lo que representaría una derrota más para todo el campo popular y los organismos de derechos humanos de América Latina, así como una victoria para la derecha fascista y el dominador yanqui. Por último, queremos decirles que estamos presos por pensar, por querer ser libres, por luchar por nuestra Patria, por denunciar injusticias y por repudiar a los yanquis.
A la espera de que sea bien recibido nuestro pedido de solidaridad, les dejamos nuestro cariño, nuestro abrazo revolucionario y toda nuestra ternura, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE VENCEREMOS…
Agustín Acosta Gonzales
Roque Rodríguez Torales
Simeón Bordón Salinas
Basiliano Cardozo Jiménez
Arístides Vera Silguero
Gustavo Lezcano Espinola
Fuente: Publicado en Indymedia Ecuador con motivo del 17 de abril, dia mundial de los presos políticos