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FABIO RAIMUNDO TORRADO
Algunos vecinos y compaņeros de labor, conociendo mi condición de jurista me han preguntado sobre los argumentos en los cuales se puede fundamentar esa aseveración. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aceptada y firmada en 1948 por el Gobierno de los Estados Unidos, cuando resultó aprobada por la ONU, y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, aprobado por la ONU en 1966, firmado y posteriormente ratificado varios aņos después por ese estado, aunque con multitud de reservas y excepciones, han sido incumplidos durante el juicio.
En esas violaciones han tenido parte, de una u otra manera, tanto el tribunal de justicia, como el gobierno de los Estados Unidos a través de las agencias gubernamentales que actuaron en la investigación, o sea, el FBI, la oficina de la Fiscalía y otras oficinas, entre ellas la de la Policía.
Agréguense a ello las falsas afirmaciones de personeros de la Mafia, particularmente miembros de la llamada Fundación Nacional Cubano Americana, de la asociación delictiva Hermanos al Rescate, y del llamado Movimiento Democracia; en entrevistas concedidas a la prensa y televisión trataron de hacer creer que esos cinco patriotas habían puesto en peligro la seguridad del país.
Entre los artículos de los documentos internacionales antes mencionados, se pueden citar, como claros ejemplos de lo expresado en párrafos precedentes, los de la Declaración Universal siguientes: el 5, que entre otras cosas, dice que nadie puede ser sometido a penas o tratos crueles inhumanos o degradantes; el 9, que dice que nadie puede ser arbitrariamente preso; el 10, que consigna que toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia, por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
También el 11, que declara que toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley, y en juicio público, en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa. En el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos arriba referido, también existen artículos de contenido similar que recogen y desarrollan esos principios de forma más particularizada.
Lejos de ajustarse a esos pronunciamientos de obligatorio cumplimiento para ese país, en el caso de los patriotas cubanos, nos encontramos con una situación donde se incumplen groseramente dichos principios internacionales en materia de derechos humanos, al comprobarse la existencia de numerosas inmoralidades, ilegalidades y violaciones tales como:
- Un jurado amaņado, prejuiciado, desinformado, y bajo colosal presión por parte de las autoridades, los medios de información masiva y la atmósfera venenosa y pestilente de Miami, los declaró culpables de groseros y mentirosos cargos que nunca fueron probados.
- Contra ellos se cometieron todo tipo de humillaciones y vejaciones, entre otras, incomunicarlos en celdas solitarias de castigos por largo tiempo y tres de ellos, durante 17 meses, sin contacto alguno con familiares.
- Los cinco patriotas fueron juzgados y declarados culpables por un jurado, después de un largo, escandaloso y cínico proceso mediante procedimientos, métodos y objetivos de carácter absolutamente políticos y bajo un verdadero diluvio de propaganda malintencionada y fraudulenta.
- Desde sus mismos inicios, con el proceso de selección del jurado ya se puso de manifiesto que el juicio estaría amaņado, sería hipócrita, y la decisión ya estaba tomada antes de que ellos entraran en la sala de justicia.
- Se les acusó de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, imputándoles numerosos cargos, e incluso delitos, los cuales por su incuestionable falsedad no fueron ni podrían ser probados. Ellos no habían cometido delito alguno, pues Cuba tiene todo el derecho de conocer sobre el accionar de las numerosas organizaciones terroristas de la mafia de Miami que, desde territorio norteamericano, actúan impunemente con la complicidad, apoyo y financiamiento de autoridades norteamericanas, y ellos lo hicieron por salvar al pueblo cubano y también al norteamericano de muertes criminales y del accionar vandálico y terrorista de la mafia.
- Antes de que se iniciara el juicio, el periódico El Nuevo Herald, de Miami, que es un libelo contrarrevolucionario al servicio de la mafia de esa ciudad, los acuņó de espías e intentó fabricar pruebas en contra de ellos.
- Los abogados defensores trataron de trasladar el juicio desde Miami, para la ciudad de Fort Lauderdale, para evitar esa animosidad y sus mociones y solicitudes en ese sentido no prosperaron. Tampoco prosperaron las que presentaron para que cambiaran las inhumanas y humillantes condiciones de encierro en que los tenían en el lugar conocido por "El Hueco" de la prisión en que estaban.
- En ningún momento desde su detención y durante la celebración del juicio, se les permitió recibir asesoramiento o tener contactos con los representantes consulares del Gobierno Cubano, pese a las obligaciones internacionales asumidas por el Gobierno Federal, al suscribir y aceptar la Convención de Viena relativa a las misiones diplomáticas, sus derechos y aseguramiento de sus funciones.
Casos como el de estos cinco heroicos cubanos ponen de manifiesto, una vez más, las falacias de la propaganda imperialista contra Cuba, al que acusan de violar los derechos humanos, cuando ellos son los principales violadores de estos en todo el mundo. Nuestros heroicos compatriotas no serán abandonados jamás y ellos y sus familiares tendrán siempre el apoyo de todo nuestro pueblo.
Fuente: Periódico Granma. Reeditado en Indymedia Ecuador con motivo del 17 de abril, día mundial de los presos políticos