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"Mientras José Luis Chávez Velásquez, alias Centauro, continúa en función y presta servicio en el cuartel de Quicapata (Ayacucho), el pueblo de Huancapi espera que les devuelvan a sus familiares detenidos el 19 de abril de 1991", sostuvo Gloria Cano, abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH).
La abogada demandó al Ministerio del Interior y al Ministerio de Defensa, la poca celeridad en efectuar la detención de Chávez Velásquez quien tiene una orden pendiente desde octubre pasado. "No entendemos por qué la Policía Judicial tiene que enviar un oficio al Ministerio de Defensa informando sobre la orden de detención en curso, en lugar de proceder a hacerla. Toda esta situación no hace más que confirmar los permanentes obstáculos por parte del propio Estado para sancionar a los responsables de crímenes de lesa humanidad", seņaló.
"Desde APRODEH denunciamos la falta de voluntad de las autoridades del Estado y de sus representantes para hacer efectiva la captura y la sanción respectiva a los responsables de violaciones a los derechos humanos. Esta situación no es nueva, se repite y se mantiene tanto en el caso Huancapi como en el caso Chuschi, en el cual, el fuero militar no entrega, hasta el momento, el expediente, ni pone a disposición del fuero común a Collins Collantes Guerra, sindicado como uno de los responsables", sostuvo.
"Ambos casos se encuentran en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y como tal, el Estado Peruano se comprometió a sancionar a los responsables y reparar a las víctimas", afirmó.
El 19 de abril de 1991, Zenón Huamani Chuchón, Eleuterio Fernández Quispe, Napoleón Quispe Ortega, Onofredo Huamani Quispe, Luis Amaru Quispe y Julio Arotoma celebraban su inscripción como candidatos a las elecciones complementarias municipales por la lista de Izquierda Unida Socialista. Al retornar a sus domicilios ubicados en Huancapi, capital de la provincia de Víctor Fajardo (Ayacucho) fueron detenidos, salvo Arotoma quien ingresaba a su casa mientras se producía la detención. Al escuchar los gritos de sus compaņeros y salir en su ayuda, también fue interceptado, al igual que su esposa, Honorata Oré, quien tenía ocho meses de gestación. Algunos de los testigos lograron ver a los detenidos ingresar a la Base Militar de Huancapi y al entonces sub teniente "Centauro". Nunca más se supo de ellos.
Maņana, 19 de abril, los familiares de las víctimas realizarán en Huancapi un acto simbólico conmemorando catorce aņos de la desaparición de sus seres queridos.
Lima, 18 de abril de 2005
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