Poemas de la camarada Miriam
No. 16
"Abatida hasta el polvo está mi alma" Salmo 119, 25
Mi sangre comunista hierve enardecida mi furia no puede detenerse. Vuelco mi ira al opresor pero hoy, no me urge su opresión. Maldigo la perfidia traidora de falsos dirigentes renunciando a su alma. Hipocresía muda, roca negra en el camino abierto por el jefe ausente, ¡Traición! Ofrenda siniestra derrota de la guerra; pretensión siniestra destruir fortaleza del Partido. Maldigo cambio de alma del combate por negra ambición personal en su contienda y fantasmas que bullen en su mente. Los muelo en carne viva, desentraño su negrura. Sean carroña, polvo esparcido al viento. Llueva encima condena recia del proletariado puño de hierro, del pueblo, del Partido. Desátese la maldición. Maldigamos. Maldigo yo, maldice mi alma la sorda traición que pudre en calma.
No. 17
Nos persiguen Es que nuestras obras queman al bloque escisionista y asustan al tibio de corazón mientras encienden el rumbo del Partido. Nos enmudecen. Es que nuestros cantos causan mil heridas mortales con notas de acero luminoso y conjugan rebeliones de la izquierda. Nos sepultan. Es que nuestras ideas son riquísimas armas creadoras de firmes raíces en esta tierra fértil del repliegue. Desde dentro y por el frente convergen en su ataque pero nuestra palabra está viva y nuestro libre corazón combate. Es que las olas por más que intenten lamer el cielo jamás podrán lograrlo camaradas.
No 36
Persigo en sus ojos cuando lo veo la soledad, el llanto, porque yo creo que es mi dolor el suyo y ... ¡ni un lamento! No llora cuando la pena golpea, quema, cuando el canto es duro y embarga. Navega su alma en el actuar acerado de sus fuerzas y dice: 'Así es, sea así, otro será el mañana'. Y sigue haciendo sin reír tampoco, viendo sin ver la aurora en la penumbra de su celda quieta y es un luchar sin fin por su Partido lo que en él percibo.
P.M.B.N. Callao, 1°/XII/97
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