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El Gobierno aprista al asumir la conducción del Estado desconoció el Acta de Acuerdos del 16 de julio de 1985 suscrita entre representantes del Estado Peruano y de los presos-especiales (procesados y sentenciados por delito de terrorismo) llevando adelante su plan de genocidio.
Para ello procedieron a concentrar la mayor cantidad posible de internos especiales en el Pabellón Británico del E.P. Lurigancho, tal es así que el 3 de octubre del mismo aņo, Manuel Aquézolo Castro dispuso el traslado de 5 prisioneros de la Carceleta Judicial de Lima a dicho pabellón, el mismo que fue impedido por orden judicial. Al día siguiente el gobierno ejecutó su siniestro plan contra los internos, asesinando con sevicia, alevosía y ensaņamiento a 30, hiriendo de gravedad a 34 masacraron a los sobrevivientes, llegando incluso a cebarse con los cadáveres -que fueron quemados a fin de ocultar los proyectiles causantes de la muerte- no recogiendo todos los restos que fueron entregados posteriormente parte de ellos al Senador Jorge del Prado Chávez, a los miembros de la Comisión de Paz y a otros. Por orden del Ministro de Justicia Luis Gonzáles Posada no se entregaron los cadáveres a sus familiares y fueron enterrados clandestinamente y sin identificación -aparecen en los nichos los números de los Protocolos de Necropsia- en cuartel Primero del Cementerio "Presbítero Maestro".
El 31 de octubre del mismo aņo, el gobierno aprista suscribió con los representantes de los presos-especiales un Acta en la que reconoció el Acta del 16 de julio de 1985, comprometiéndose a dar cumplimiento y ratificando el no traslado al Penal de Canto Grande.
Después de este hecho, desde el mes de noviembre último, puso en marcha un nuevo plan genocida, pretendió utilizar a los internos comunes para un supuesto enfrentamiento y trasladó a 300 de ellos a El Frontón negándoles agua, Luz y alimentos, incitándolos de este modo a enfrentarse a los prisioneros políticos en el Pabellón Azul de dicho centro penitenciario.
Parte de este plan es la campaņa mediante los medios de difusión hablada, escrita y audio visual, a excepción del "Nuevo Diario" y la revista "X", sobre supuestos enfrentamientos, amotinamientos y planes de fuga, lo que fue desmentido por sus abogados, familiares y por los propios internos.
El Gobierno a través de las FF.AA.. y FF.PP.. desató la represión, detención y persecución de los familiares, llegando hasta el abaleamiento, pereciendo uno de ellos, Mercedes Chávez Basauri, hiriendo a 20 el 15 de enero del aņo en curso en la inauguración del siniestro Campo de Concentración de Canto Grande.
El 6 de febrero del presente aņo, la Marina de Guerra del Perú y las FF.PP procedieron a la detención de todos los familiares varones de los prisioneros del Frontón en el muelle de Guerra Dársena sometiéndolos a revisiones humillantes, pasando varios de ellos en calidad de detenidos a la DIRCOTE por supuestos actos de terrorismo.
El 18 de mayo del aņo en curso efectivos de la Marina de Guerra del Perú interceptaron la lancha que conducía a los familiares de los prisioneros a la isla El Frontón, secuestrándolos y llevándolos a un muelle desconocido en donde fueron desnudados, revisados, fichados y fotografiados para después de 2 ó 3 horas dejarlos en libertad; se denunció el hecho ante la fiscalía de turno del Callao.
Durante los meses de marzo a junio del aņo en curso, la provocación a los prisioneros por parte de las autoridades civiles, policiales y militares se intensificaron, lo que se traducía en: la demora o suspensión del socorro alimenticio, recorte de luz y agua, golpizas como el caso de Carlos Ayala Aguilar, Justo Eduardo Montoya Valderrama y otros en el Frontón, amenazas de muerte contra Laura Zambrano Padilla, Rosita Limaco Huayascachi, Delia Taquiri Yanqui y otras, tentativa de aplicarles la ley de fuga cuando eran conducidos a sus diligencias judiciales (intencionalmente no se les colocaban las esposas de seguridad a los varones, como en el caso del preso Cesar Augusto Leandro Mendoza, y otro), patrullaje de El Frontón por buques guardacostas de la Marina de Guerra del Perú, llegando los días 13 y 14 del mes de junio último a permanecer toda la noche con el faro encendido enfocando al Pabellón Azul y sólo fue retirado por que el diario ''El Nuevo Diario" el día domingo 15 de dicho mes denunció en primera página este hecho bajo el titulo "Marina prepara genocidio contra el Frontón", helicópteros de las FF.AA. sobrevolaban el Pabellón Azul a baja altura.
El 22 de abril del aņo en curso el gobierno aprista promulgó la ley No. 24449 disponiendo el retorno de los presos por delito de terrorismo a sus lugares de origen, lo que significaba el aniquilamiento de los presos individualmente. Los prisioneros se negaron al traslado.
Nuevamente los medios de prensa intensificaron su campaņa contra los presos políticos demandando su traslado al Penal de Canto Grande, todo esto con una clara intención de preparar a la opinión pública para un nuevo genocidio.
El día 6 del mes de mayo último el Ministro de Marina públicamente amenazó a los presos manifestando "...sepan los subversivos que han herido profundamente a la institución y al país entero y sepan también que han despertado al león... .. ("La República", L. 7.5. 1986, pág 4) y en efecto, ésta descargó su odio contra los prisioneros del Pabellón Azul de El Frontón los días 18 y 19 de junio.
Asimismo, Alan García Pérez en la localidad de Trujillo, por esos días, manifestó que ya se le acabó la paciencia.
Todo esto demuestra la premeditación y preparación sistemática del genocidio, lo que queda demostrado por la forma como fueron ejecutados los hechos.