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Carlos Marx
Libro tercero
CAPITULO XLIV
LA RENTA DIFERENCIAL TAMBIEN
EN EL SUELO PEOR CULTIVADO
[a] Supongamos que la demanda de granos sea creciente y que la oferta sólo pueda satisfacerse en virtud de sucesivas inversiones de capital con subproductividad en tierras que devengan renta o por inversión adicional de capital, así mismo con productividad decreciente, en suelo A, o por inversión de capital, en tierras nuevas de calidad inferior a la de A.
Tomemos el suelo B como representante de las tierras que devengan renta.
La inversión suplementaria de capital exige un aumento del precio de mercado por encima del precio de producción regulador en vigencia hasta este momento, de £ 3 por quarter, para posibilitar la plusproducción de 1 quarter (que en este caso puede representar un millón de quarters, del mismo modo que un acre un millón de acres) en B.
En C y D, etc., los tipos de suelo de renta máxima, puede producirse entonces también plusproducto, pero sólo con plusproductividad decreciente; sin embargo se presupone que ese quarter de B es necesario para cubrir la demanda.
Si ese quarter puede ser producido a menor precio por agregado de capital en B que por igual agregado de capital en A o por descenso hacia el suelo A-1 que, por ejemplo, sólo puede producir el quarter a £ 4, mientras que el capital suplementario en A ya podría producir a £ 3 3/4 por quarter, el capital adicional en B regularía el precio de mercado.
Supongamos que A haya producido, como hasta el presente, 1 quarter a £ 3.
B, al igual que hasta ahora, un total de 3 1/2 quarters al precio de producción individual de £ 6 en total.
Si ahora se requiere en B un suplemento de £ 4 de costos de producción (inclusive ganancia) para producir otro quarter, mientras que en A se lo podría producir a £ 3 3/4, obviamente se lo produciría en A y no en B.
Supongamos, entonces, que se lo podría producir en B con un costo de producción suplementario de £ 3 1/2.
En ese caso, £ 3 1/2 se convertiría en el precio regulador para toda la producción.
B vendería ahora su producto actualmente de 4 1/2 quarter , a £ 15 3/4.
De ella se deducirían los costos de producción de los primeros 3 1/2 quarters con £ 6, y del último quarter con £ 3 1/2, con un total de £ 9 1/2.
Entonces queda una plusganancia para renta = £ 6 1/4, contra sólo £ 4 1/2 anteriores.
En este caso el acre A arrojaría igualmente una renta de £ 1/2; pero no el suelo peor A, sino el suelo mejor B regularía el precio de producción de £ 3 1/2.
Se supone, naturalmente, que el nuevo suelo de calidad A, de la misma ubicación favorable que el cultivado hasta el presente, no resulta accesible, sino que sería necesaria una segunda inversión de capital en la porción A ya cultivada, aunque con mayores costos de producción, o bien habría que acudir a un suelo A-1, de calidad aun inferior.
En cuanto la renta diferencial II entra en vigor mediante sucesivas inversiones de capital, los límites del precio de producción creciente pueden ser regulados por suelo mejor, y el peor de los suelos, base de la renta diferencial I, también podrá entonces devengar renta.
En tal caso, con la mera renta diferencial todas las tierras cultivadas devengarían renta.
Tendríamos entonces los dos cuadros siguientes, en los que se entiende por costos de producción la suma del capital adelantado más el 20% de ganancia, es decir, £ 1/2 de ganancia por cada £ 2 1/2 de capital, vale decir un total de £ 3.
Clase de tierra | Acres | Costo de producción Libras esterl. | Producto Quarters | Precio de venta Libras esterl. | Rendimiento en dinero Libras esterl. | Renta en trigo Quarters | Renta en dinero Libras esterl. |
A | 1 | 3 | 1 | 3 | 3 | 0 | 0 |
B | 1 | 6 | 3 ½ | 3 | 10 ½ | 1 ½ | 4 ½ |
C | 1 | 6 | 5 ½ | 3 | 16 ½ | 3 ½ | 10 ½ |
D | 1 | 6 | 7 ½ | 3 | 22 ½ | 5 ½ | 16 ½ |
Total | 4 | 21 | 17 ½ | 3 | 52 ½ | 10 ½ | 31 ½ |
Tal el estado de cosas antes de la nueva inversión de capital de £ 3 1/2 en B, que sólo rinde 1 quarter. Luego de esta inversión de capital, las cosas se presentan de la siguiente manera:
Clases de tierra | Acres | Costo de producción Libras esterl. | Producto Quarters | Precio de venta Libras esterl. | Rendimien-to en dinero | Renta en trigo Quarters | Renta en dinero Libras esterl. |
A | 1 | 3 | 1 | 3 ½ | 3 ½ | 1/7 | ½ |
B | 1 | 9 ½ | 4 ½ | 3 ½ | 15 ¾ | 1 11/14 | 6 ¼ |
C | 1 | 6 | 5 ½ | 3 ½ | 19 ¼ | 3 11/14 | 13 ¼ |
D | 1 | 6 | 7 ½ | 3 ½ | 26 ¼ | 5 11/14 | 20 ¼ |
Total | 4 | 24 ½ | 18 ½ | 3 ½ | 64 ¾ | 11 ½ | 40 ¼ |
Una vez más, este cálculo no es del todo exacto.
Al arrendatario de B, los 4 1/2 quarters le cuestan, en primera instancia, £ 9 1/2 en materia de costos de producción y, en segundo término, £ 4 1/2 en materia de renta, con un total de £ 14; el término medio por quarter = 3 1/9.
De este modo, este precio medio de su producción global se convierte en el precio regulador de mercado.
Según esto, la renta A ascendería a £ 1/9, en lugar de ascender a £ 1/2, y la renta en B permanecería en £ 4 1/2, como hasta el presente:
4 1/2 quarters a £ 3 1/9 = £ 14; deduciendo de ellas £ 9 1/2 de costos de producción quedan £ 4 1/2 para plusganancia.
Vemos que a pesar de los guarismos que deben modificarse, el ejemplo demuestra cómo, por intermedio de la renta diferencial II, el suelo mejor, que ya devenga renta, puede regular el precio y de ese modo hacer que den renta todos los suelos, inclusive aquellos que hasta el presente no arrojaban renta alguna.}
La renta en grano debe aumentar en cuanto aumenta el precio regulador de producción del grano, es decir en cuanto aumenta el quarter de grano en el suelo regulador o la inversión de capital rguladora en uno de los tipos de suelo.
Es lo mismo que si todos los tipos de suelo se hubiesen tornado menos fértiles y sólo produjesen, por ejemplo con £ 2 1/2 de nueva inversión de capital, 5/7 de quarter en lugar de 1 quarter.
Lo que producen de más, en materia de granos, con la misma inversión de capital, se transforma en plusproducto, en el cual se presenta la plusganancia y, por consiguiente, la renta.
Suponiendo que la tasa de ganancia permaneciese constante, el arrendatario puede comprar menos grano con su ganancia.
La tasa de ganancia puede permanecer constante si no aumenta el salario, sea porque ha sido deprimido hasta el mínimo físico, es decir por debajo del valor normal de la fuerza de trabajo, o porque los otros objetos del consumo obrero, suministrados por la manufactura, se han abaratado relativamente; o bien porque la jornada laboral se ha prolongado o vuelto más intensa, y por ello la tasa de ganancia en los ramos no agrícolas de la producción tasa que sin embargo regula la ganancia agrícola ha permanecido constante, si no ha aumentado; o bien porque se ha desembolsado en la agricultura el mismo capital, es cierto, pero mayor cantidad de capital constante y menor cantidad de capital variable.
Hemos considerado ahora el primer modo en el que puede originarse renta en el suelo A, que era el peor hasta el presente, sin que se incorpore al cultivo un suelo peor aun; es decir, mediante la diferencia entre un precio de producción individual, que ejercía hacia el presente la función reguladora, y el nuevo precio de producción, más elevada, al cual el último capital suplementario, con subproductividad y en un suelo mejor, suministra el producto adicional necesario.
Si el producto suplementario hubiese debido ser suministrado por el suelo A-1, que sólo puede producir el quarter a £ 4, la renta por acre en A hubiese ascendido a £ 1.
Pero en tal caso A-1 hubiese ingresado en la serie de los tipos de suelo que devengan renta, en su carácter de suelo peor cultivado, en lugar de A y como miembro inferior de esa serie.
La renta diferencial I se hubiese modificado.
Por lo tanto, este caso de halla situado fuera de la consideración de la renta diferencial II, que emana de la diferente productividad de sucesivas inversiones de capital en la misma porción de tierra.
Hay además otras dos maneras en las que puede producirse renta diferencial en el suelo A.
Con precio constante un precio dado cualquiera, que incluso puede ser un precio reducido, en comparación con precios anteriores , si la inversión adicional de capital genera plusproductividad, lo cual, prima facie y hasta cierto punto, siempre debe ocurrir en el caso del suelo peor.
En segundo lugar, en cambio, cuando la productividad de las inversiones sucesivas de capital en el suelo A disminuye.
En ambos casos se presupone que el aumento de la producción ha sido requerido por el estado de la demanda.
Pero, desde el punto de vista de la renta diferencial, se presenta aquí una curiosa dificultad acerca de la ley anteriormente desarrollada, en el sentido de que siempre es el precio de producción medio individual del quarter en la producción global (o el desembolso global de capital) lo que decide.
Pero en el suelo A no está dado, como en los tipos de suelo mejores, un precio de producción fuera de él que limite, para nuevas inversiones de capital, la nivelación del precio de producción individual con el general.
Pues el precio de producción individual de A es precisamente el precio de producción general que regula el precio de mercado.
1) En caso de fuerza productiva creciente de las sucesivas inversiones de capital pueden producirse en un acre de A con £ 5 de adelanto de capital y, correspondientemente, £ 6 de costos de producción, 3 quarters en lugar de 2.
La primera inversión de capital de £ 2 1/2 rinde 1 quarter, y la segunda, 2 quarters.
En ese caso, £ 6 de costos de poducción rinden 3 quarters, y por consiguiente el quarter costará, término medio, £ 2; es decir, que si los 3 quarters se venden a £ 2, A seguirá sin arrojar renta, sino que sólo se habrá modificado la base de la renta diferencial II.
£ 2 es el nuevo precio de producción regulador, en lugar de £ 3; un capital de £ 2 1/2 produce ahora, término medio, en el suelo peor 1 1/2 quarter en lugar de 1, y ésta es ahora la fertilidad oficial para todos los tipos superiores de suelo al invertirse £ 2 1/2.
Una parte del plusproducto que daban hasta el presente ingresa, a partir de ahora, en la formación de su producto necesario, tal como una parte de su plusganancia entra en la formación de la ganancia media.
Si en cambio se calcula como en los tipos de suelo mejores, en los que el cálculo medio en nada altera el excedente absoluto, ya que éste se halla dado para el precio de producción general como límite de la inversión de capital, el quarter de la primera inversión de capital costará £ 3, y los 2 quarters de la segunda sólo costarán £ 1 1/2 cada uno.
Por consiguiente se originaría en A una renta en grano de 1 quarter y una renta dineraria de £ 3, pero los 3 quarter se venderían a su precio viejo y, en conjunto, a £ 9.
Si se produjese una tercera inversión de capital de £ 2 1/2 con fertilidad constante como la segunda, sólo se producirían en total 5 quarters con £ 9 de costos de producción.
Si el precio de producción medio individual de A siguiera siendo el regulador, el quarter sólo debería venderse ahora a £ 1 4/5.
El precio medio habría vuelto a descender, no por un nuevo aumento de la productividad de la tercera inversión de capital, sino sólo por agregados de una nueva inversión de capital con la misma productividad suplementaria que la segunda.
En lugar de elevar la renta, como en los tipos de suelo que la devengan, las sucesivas inversiones de capital de productividad superior pero constante en el suelo A reducirían el precio de producción, y con ello, bajo circunstancias en lo demás constantes, la renta diferencial en todos los restantes tipos de suelos, en forma proporcional.
Si en cambio la primera inversión que rinde 1 quarter con un costo de producción de £ 3 - siguiese siendo decisiva de por sí, los 5 quarter se venderían a £ 15, y la renta diferencial de la inversiones posteriores de capital en el suelo A ascendería a £ 6.
El agregado de pluscapital al acre de A, cualquiera que sea la forma en la que se lo aplique, constituiría aquí una mejora, y el capital adicional también hubiese tornado más productiva la parte de capital originaria.
Sería una necedad afirmar que 1/3 del capital habría producido 1 quarter, y que los 2/3 restantes habrían producido 4 quarters.
£ 9 por acre siempre producirían 5 quarter, mientras que £ 3 sólo producirían 1 quarter.
El que en este caso de originase o no una renta, una plusganancia, dependería por completo de las circunstancias.
Normalmente debería disminuir el precio de producción regulador.
Ése será el caso si este cultivo mejorado aunque ligado a mayores costos del suelo A, sólo se efectúa porque también se lo aplica en los tipos de suelo mejores, o sea en virtud de una revolución general en la agricultura; de modo que ahora cuando se habl de la fertilidad natural del suelo A, se supone que se lo cultiva con £ 6 o en su caso con £ 9, en lugar de con £ 3.
Esto tendría especial validez si la mayor parte de los acres cultivados del suelo A, que suministran el grueso de la oferta de ese país, fuesen sometidos a ese método nuevo.
Pero si la mejora sólo abarcase por lo pronto una parte reducida de la superficie de A, esta parte mejor cultivada rendiría una plusganancia que el terrateniente estaría pronto en condiciones de convertir, total o parcialmente, en renta, de fijarla como tal.
De este modo, si la demanda se mantuviese a la par del crecimiento de la oferta, en la medida en que el suelo A fuese paulatinamente sometido al nuevo método en toda su superficie, se formaría poco a poco renta en todo el suelo de la calidad A, y la plusproductividad resultaría total o parcialmente confiscada, según las condiciones del mercado.
La nivelación del precio de producción de A para formar el precio medio de su producto en caso de aumento del desembolso de capital podría verse impedida así por la fijación de la plusganancia de este desembolso aumentado de capital en forma de renta.
En este caso sería nuevamente tal como lo veíamos en el caso de fuerza productiva decreciente de los capitales adicionales en las tierras mejores la transformación de la plusganancia en renta del suelo, es decir la intervención de la propiedad de la tierra, lo que elevaría el precio de producción, en lugar de que la renta diferencial fuese solamente consecuencia de las diferencias entre el precio de producción individual y el general.
En el caso del suelo A, impediría la coincidencia de ambos precios, porque impediría la regulación del precio de producción por el precio de producción medio de A; por lo tanto, mantendría un precio de producción más elevado que el necesario, y de ese modo crearía renta.
Inclusive en caso de libre importación de granos desde el exterior podría producirse o mantenerse el mismo resultado al obligar al arrendatario a que diera undestino diferente por ejemplo, pasturas para el ganado al suelo que, dado el precio de producción determinado desde el exterior, podría competir en el cultivo de granos sin devengar renta, por lo cual sólo se someterían al cultivo de granos las tierras que dan renta, es decir aquellas tierras cuyo precio de producción medio individual por quarter fuese menor que el precio de producción determinado desde el exterior.
En general se debe suponer que, en el caso dado, el precio de producción descenderá, pero no hasta su precio medio, sino que estará situado por encima de éste, aunque por debajo del precio de producción del suelo peor cultivado A, de modo que quedará restringida la competencia de nuevas tierras de A.
2) En caso de fuerza productiva decreciente de los capitales adicionales.
Supongamos que el suelo A-1, pueda producir el quarter adicional sólo a £ 4, pero que el suelo A pueda hacerlo a £ 3 3/4, es decir, más barato, pero en £ 3/4 más caro que el quarter producido en virtud de su primera inversión de capital.
En ese caso, el precio global de los dos quarters producidos en A sería = £ 6 3/4; es decir, que el precio medio por quarter sería = £ 3 3/8.
El precio de producción se habría elevado, pero sólo en £ 3/8, mientras que aumentaría en otros £ 3/8, hasta £ 3 3/4, si el capital adicional se invirtiese en nuevas tierras que produjeran a £ 3 3/4 y con ello se provocaría una elevación proporcional de todas las demás rentas diferenciales.
El precio de producción de £ 3 3/8 por quarter de A quedaría nivelado así a su precio de producción medio con inversión de capital acrecentada, y sería el regulador; por lo tanto no arrojaría renta alguna, porque no arrojaría plusganancia.
Pero si este quarter producido por la segunda inversión de capital se vendiese a £ 3 3/4 , el suelo A arrojaría ahora una renta de £ 3/4, más exactamente también en todos los acres de A en los que no se ha efectuado inversión suplementaria de capital alguna, los que, por consiguiente, siguen produciendo el quarter a £ 3.
Mientras existan aún extensiones de A sin cultivar, el precio sólo podría elevarse temporariamente a £ 3 3/4.
La incorporación de nuevas porciones de A mantendría el precio de producción en £ 3, hasta tanto estuviese agotado todo el suelo de A cuya ubicación favorable le permitiera producir el quarter a menor precio que a £ 3 3/4.
Tal lo que habría que suponer, aunque el terrateniente, si un acre de tierra da renta, no le cederá otro acre a un arrendatario sin renta alguna.
Nuevamente dependería de la mayor o menor generalización de la segunda inversión de capital en el suelo existente A el que el precio de producción se haya nivelado para convertirse en precio medio o que el precio de producción individual de la segunda inversión de capital se vuelva, con £ 3 3/4, el precio regulador.
ste último caso sólo se da cuando el terrateniente gana tiempo, hasta la satisfacción de la demanda, como para fijar en calidad de renta la plusganancia obtenida al precio de £ 3 3/4 por quarter.
Acerca de la productividad decreciente del suelo en sucesivas inversiones de capital debe consultarse a Liebig [1].
Hemos visto que la sucesiva disminución de la plusproductividad de las inversiones de capital incrementa siempre la renta por acre en caso de precio de producción constante, y que inclusive puede hacerlo en caso de precio de producción decreciente.
Pero en general hemos de observar lo siguiente:
Desde el punto de vista del modo capitalista de producción siempre se produce un encarecimiento relativo de los productos si, con el fin de conservar el mismo producto, se debe efectuar un desembolso, pagar algo que no se abonaba anteriormente.
Pues por reposición del capital consumido en la producción sólo debe entenderse la reposición de valores que se representan en determinados medios de producción.
Elementos naturales que entran en la producción como agentes sin costar nada, cualquiera que sea el papel que puedan desempeñar en la producción, no ingresan en esta como componentes del capital, sino como fuerza natural gratuita del capital, es decir como fuerza productiva natural gratuita del trabajo, pero que sobre la base del modo capitalista de producción, se presenta, al igual que toda fuerza productiva, como fuerza productiva del capital.
Por consiguiente, si una de tales fuerzas naturales, que nada cuesta originariamente, entra en la producción, no cuenta en la determinación del precio mientras el producto obtenido con su ayuda baste para cubrir las necesidades.
Pero si en el curso de la evolución se debe suministrar mayor cantidad de producto que la que pueda producirse con ayuda de esa fuerza natural, es decir que si ese producto adicional debe fabricarse sin la ayuda de esa fuerza natural o con asistencia de la intervención humana, de trabajo humano, un nuevo elemento adicional ingresará al capital.
Por lo tanto tendrá lugar un desembolso de capital relativamente mayor para mantener el mismo producto.
De permanecer inalteradas todas las demás circunstancias, se producirá un encarecimiento de la producción.
{[F.
E.] De un cuaderno "comenzado a mediados de febrero de 1876".}
Renta diferencial y renta como mero interés del capital incorporado al suelo.
Las así denominadas mejoras permanentes que modifican las propiedades físicas, y en parte también las propiedades químicas del suelo, en virtud de operaciones que cuestan un desembolso de capital y que pueden considerarse como una incorporación del capital al suelo desembocan casi todas en conferir a una extensión de terreno determinada, al suelo de un lugar determinado y restringido, características que otros suelos, situados en otro lugar y a veces en las inmediaciones más próximas, poseen por naturaleza.
Un suelo está nivelado por naturaleza, mientras que otro debe ser nivelado, uno posee un desagüe natural, mientras que el otro requiere drenaje artificial; uno posee, por naturaleza, un grueso mantillo, mientras que en el otro se debe engrosar artificialmente esa capa superior fértil; un suelo arcilloso se halla mezclado, por naturaleza, con la cantidad conveniente de arena, mientras que en otro debe establecerse aún esa proporción; una pradera resulta regada o cubierta por limo naturalmente, mientras que en otra ello se logra con el concurso del trabajo o, para expresarlo en el lenguaje de la eonomía burguesa, del capital.
Resulta entonces una teoría verdaderamente regocijante la que sostiene que aquí, en el caso del suelo cuyas ventajas comparativas han sido adquiridas, la renta es interés, mientras que en el otro, que posee dichas ventajas por naturaleza, no lo es.
(Pero en los hechos, esta cuestión se tergiversa en la práctica, en el sentido de que, puesto que en un caso la renta coincide realmente con el interés, en los otros casos, en los que esto positivamente no sucede así, hay que denominarla interés, es forzoso convertirla falazmente en interés.) Pero el suelo da renta con arreglo a la inversión de capital efectuada, no porque en él se haya invertido capital, sino porque la inversión de capital ha convertido el suelo en un campo de inversión más productivo que antes.
Suponiendo que todo el suelo de un país requiriese esta inversión de capital, cualquier extensión de terreno que no la hubiese recibido aún debería atravesar primeramente esta fase, y la renta (el interés que arroja, en el caso dado) que devenga el suelo al cual ya se le ha dispensado una inversión de capital, es una renta diferencial, exactamente de la misma manera que si poseyese esta ventaja por naturaleza y que el otro suelo hubiese tenido que adquirirla en forma artificial.
También esta renta que puede resolverse en interés se convierte en una renta diferencial apenas esté amortizado el capital desembolsado.
De otro modo, el mismo capital debería tener una doble existencia en cuanto capital.
Uno de los fenómenos más graciosos es que todos los adversarios de Ricardo que combaten la determinación del valor en forma exclusiva por el trabajo, puestos frente a la renta diferencial emanada de las diferencias entre los suelos, hacen valer la circunstancia de que en este caso es la naturaleza, en lugar del trabajo, la que determina el valor; pero al mismo tiempo reivindican esta determinación de la ubicación o también, y en mayor proporción aun, el interés del capital invertido en la labranza del suelo.
El mismo trabajo produce el mismo valor para el producto creado en un lapso dado; pero la magnitud o la cantidad de ese producto, y en consecuencia también la parte de valor que corresponde a una parte alícuota de ese producto, depende únicamente, para una cantidad de trabajo dada, de la cantidad del producto y éste, a su vez, de la productividad de la cantidad de trabajo dada, y no de la magnitud de esa cantidad.
Da exactamente lo mismo que esta productividad se deba a la naturaleza o a la sociedad.
Solamente en el caso en que la propia productividad insuma trabajo y, por lo tanto, capital acrecienta los costos de producción en una nueva parte constitutiva, caso éste que no se produce en la mera naturaleza.
NOTAS:
[a]
Esta subdivisión del texto lleva en el manuscrito el título:
"Inversiones sucesivas en el suelo peor, A".
(Véase R 1355/2.).
[1] Justus von Liebig, "Die Chemie in ihrer Anwendung auf Agricultur und Physiologie".
7a.
ed., Brunswick, 1862.
947.