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(Documentos para entregarlo a la Sala Penal Nacional como parte de la Defensa Judicial en el "Megaproceso")
"Una gran revolución no puede evitar pasar por una guerra civil. Esta es una ley. Si no se ve más que el lado negativo de la guerra y no su lado positivo no se tiene más que una visión parcial de la guerra."
Presidente Mao Tsetung
"Nuestra revolución es de los más pobres de los pobres, de los que no tienen un mundo, de los que tienen que hacer ese mundo, porque éste los ha expulsado, los ha marginado, los aniquila todos los días. Nosotros representamos al proletariado y nos unimos con el campesinado pobre, del levantamiento de ellos depende el destino de la revolución" "Nuestro problema es unir a los pobres, los pobres nunca contra los pobres, el pueblo nunca contra el pueblo"
Presidente Gonzalo
(II Sesión Plenaria del Comité Central Ampliado. Enero, 1983)
".......debemos buscar que la verdad se abra paso y que los hechos queden históricamente registrados tal cual han sido; como a nadie escapa, los episodios vividos son ya parte imborrable de nuestra historia, sirvamos pues, a que a las generaciones futuras lleguen nítidos e imperecederos."
Presidente Gonzalo (Desarrollar la Guerra Popular sirviendo a la Revolución Mundial.Agosto, 1986)
La Guerra Popular dirigida por el Partido Comunista del Perú, bajo
la Jefatura del Presidente Gonzalo, e iniciada el 17 de mayo de 1980,
es el más grande movimiento social revolucionario de la historia
peruana, abarcó casi todo el país, constituyendo la mayor movilización
y acción armada de las masas populares, principalmente campesina
pobres, que registra nuestra historia. Sin embargo, ha sido y es negada
en su verdadero carácter, se monta sucesivas campañas negras para
desprestigiarla y alimentar opinión pública en contra imputándola de
"terrorismo", siguiendo los dictados del imperialismo yanqui; los
hechos ocurridos en su proceso son deliberadamente tergiversados, con
los propósitos de desprestigiarla, aislarla, encubrir con un manto de
impunidad la política genocida del Estado peruano en su guerra
contrarrevolucionaria, lo mismo que a las Fuerzas Armadas, Policiales y
complementarias. Pero además usar dichos torcimientos y falsificaciones
en procesos judiciales para justificar penas draconianas como la cadena
perpetua, teniendo su punta de lanza contra el Presidente Gonzalo,
camarada Miriam y Comité Central del Partido Comunista del Perú.
Los enfrentamientos armados de Lucanamarca y lugares aledaños, el 3 de
abril de 1983, son uno de lo hechos y que han sido burda y
reiteradamente tergiversadas para fabricar un supuesto "paradigma" de
"masacre de una población inerme", empezando por presentarlo como un
hecho al margen de l proceso de la guerra o desligarlo del plan de la
Fuerza Armada de utilizar masas contra masas, siguiendo la vieja norma
imperialista de contraponer nativos contra nativos, conformando
mesnadas para destruir el Nuevo Poder surgido y reestablecer su viejo
poder. Este documento busca servir a que los hechos se registren tal
cual realmente han sido.
I. INICIO Y DESARROLLO DE LA GUERRA
POPULAR EN AYACUCHO
1) Las décadas 60 y 70 del siglo XX significaron la ardua y fragorosa
brega del Presidente Gonzalo y la Fracción Roja, fundada, forjada y
guiada por él, para concretar y rematar la reconstitución del Partido
Comunista del Perú como un Partido de nuevo tipo,
marxista-leninista-maoísta, pensamiento Gonzalo, y preparar el inicio
de la lucha armada. Fracción cuyo desarrollo se inició en el Comité
Regional de Ayacucho, y que como Lenin enseñara: "En el partido la
fracción es un grupo de hombres unidos por la comunidad de ideas,
creado con el objetivo primordial de influir sobre el partido en
determinada dirección, con el objetivo de aplicar en el partido sus
propios principios en la forma más pura posible. Para eso es necesaria
una auténtica comunidad de ideas". (1)
Plantearon el Presidente Gonzalo y camarada Miriam: "Desde comienzos de
los años sesenta trabajamos por preparar el inicio de la lucha armada
en una sociedad como la peruana semifeudal, semicolonial y de
capitalismo burocrático, con un sistema estatal de seudo democracia
burguesa y de caducos partidos políticos parasitarios: una sociedad
cuya opresión y explotación, desde siglos atrás, sume al pueblo en el
hambre, la miseria, la ignorancia y el atraso que constriñe sus fuerzas
productivas impidiendo el desarrollo y la democracia que la masas
demandan y necesitan. Nuestra acción se desenvolvió deslindado con la
llamada izquierda y especialmente combatiendo al revisionismo, cuyos
partidos no son sino socios menores de los otros y sostén del viejo
sistema". (2)
En el curso de dichas décadas y como se registra en la profusa
documentación publicada y ampliamente difundida, el Partido Comunista
del Perú partiendo de su ideología, el marxismo-leninismo-maoísmo,
pensamiento Gonzalo, fundamentó solidamente la necesidad de transformar
la sociedad peruana en crisis general, a través de una Revolución
Democrática, desarrollando la Guerra Popular, teoría militar más alta
del proletariado establecida por el Presidente Mao Tsetung, aplicada y
desarrollada de manera creadora a las condiciones especificas de la
revolución peruana por el Presidente Gonzalo, Guerra Popular que
"...siguiendo el camino de cercar las ciudades desde el campo cree
bases de apoyo revolucionarias destruyendo el viejo Estado reaccionario
terrateniente-burocrático a fin de crear una Republica de Nueva
Democracia". (3)
Para el Partido Comunista del Perú, el análisis de la situación del
país debe partir de tres problemas fundamentales, que son en síntesis:
"1) El Estado peruano es terrateniente burocrático, una dictadura de
terratenientes feudales y grandes burgueses bajo control del
imperialismo norteamericano: contra éste, el pueblo lucha por la
construcción de un Estado de Nueva Democracia que requiere la
destrucción del viejo orden existente. ") El Estado peruano como todo
Estado, se sustenta, defiende y desarrolla utilizando la violencia:
frente a ésta el pueblo necesita de la violencia revolucionaria
siguiendo el camino de cercar las ciudades desde el campo. 3) Las
elecciones son un medio de dominación de terratenientes y grandes
burgueses: no son para el pueblo instrumento de transformación ni
medios parta derrocar el poder de los dominantes, de ahí la justa
orientación de usarla sólo con fines de agitación y propaganda". (4)
Se analiza y demuestra que el pueblo peruano se hallaba soportando
profunda crisis, hundido en creciente pauperización, hambre, miseria
ausencia de derechos, ultrajes, haciendo que la situación sea
insostenible, todo lo que hacia evidente la existencia de una situación
revolucionaria en desarrollo, expresada en que los de abajo ya no
podían ni querían seguir viviendo como lo venían haciendo por siglos, y
que los de arriba no podían seguir administrando y gobernado como hasta
entonces, condiciones que generaron en las masas una creciente protesta
popular expresada en movilizaciones y luchas como el infatigable
movimiento huelguístico del proletariado del movimiento popular en
general, produciéndose una crisis política en bases y cimentos mismos
del Estado. Solo cabía una salida revolucionaria. En esta coyuntura
muchos plateaban la necesidad de la revolución, sólo el Presidente
Gonzalo y el Partido Comunista del Perú asumieron la decisión de
concretarla y lo hicieron.
Señalamos que "...el Presidente Gonzalo establece que la revolución
peruana en su curso histórico ha de ser primero democrática, luego
revolución socialista y tendrá que desenvolver revoluciones culturales
a fin de pasar al Comunismo, todo en un proceso interrumpido aplicando
la guerra popular y especificándola". (5)
Se define el carácter de la sociedad peruana semifeudal,
semicolonial sobre la cual se desenvuelve un capitalismo burocrático;
se ha fijado los "blancos de la revolución democrática, el
imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad, siendo
uno de ellos principal según el momento por el que atraviesa la
revolución: Hoy en el periodo de la guerra agraria el blanco principal
es la semifeudadlida2. (6) Se especifica las tareas a cumplir en esta
etapa: 1) Destruir el dominio imperialista, principalmente yanqui; 2)
Destruir el capitalismo burocrático, confiscando el gran capital
monopolista estatal y no estatal; 3) Destruir la propiedad
terrateniente feudal confiscando la gran propiedad asociativa "Tierra a
para quien la trabaja" a los campesinos pobres primero y
principalmente; 4) Apoyar el capital medio al que se le permitirá
trabajar imponiéndole condiciones. Así mismo se define las clases
sociales a las cuales unir el proletariado, el campesinado
principalmente pobre, la pequeña burguesía y la burguesía media,
considerando al proletariado clase dirigente y al campesinado fuerza
principal; plasmando una dictadura conjunta de obreros, campesinos y
pequeños burgueses bajo la hegemonía del proletariado, respetando los
intereses de la burguesía media. Y en el Nuevo Estado aplicar la
"Táctica agraria de combatir la evolución de la semifeudalidad
apuntando a la propiedad asociativa y conjurando la no asociativa,
neutralizar al campesinado rico, ganarse al campesinado medio y
apoyarse en el campesinado pobre". (7) Así mismo "Reafirmándose en el
marxismo-leninismo-maoísmo, el Presidente Gonzalo enarbola el principio
de que la reforma agraria es la destrucción de la propiedad
terrateniente feudal, entrega individual al campesinado bajo el lema de
"Tierra para quien la trabaja" y que se logra con guerra popular y
Nuevo Poder, dirigida por el Partido Comunista; igualmente la tesis e
Lenin de que existen dos caminos en el agro; el terrateniente que es
reaccionario, evoluciona la feudalidad y lleva a viejo Estado y el
campesino que es avanzado, destruye la feudalidad y lleva a nuevo
Estado".(8). Y aplicando la tesis de Marx sobre: "El campesinado
revolucionario está por destruir la feudalidad y reparto de tierras en
forma individual. Campesino reaccionario esta por el mantenimiento de
la propiedad feudal y del orden existente, a lo sumo por la evolución
no por su destrucción. El campesino revolucionario representa el
futuro, el campesino reaccionario representa el pasado".
Finalmente: "Esta tarea no es fácil pero Marx nos enseño: "Hacer la
historia sería evidentemente muy cómodo, si no se emprendiese la lucha
más que con las probabilidades absolutamente seguras de victoria".
Tengamos presente estas palabras de quien fundó el marxismo y partiendo
de la existencia de situación revolucionaria en desarrollo centremos en
preocuparnos por desarrollar las condiciones subjetivas a nuestra
revolución, en los instrumentos para llevarla adelante: Partido, frente
único y lucha armada principalmente en el primero pues es el "el
heroico combatiente" que maneja los otros dos, con el criterio de que
el frente único es para la lucha armada y que ésta es el crisol en que
se forja y desarrolla el frente único y el propio Partido; así pues la
clave de la cuestión es desarrollar la actividad política de las masas
principalmente campesinado pobre en función de iniciar la lucha armada,
no hay otro camino no hay otra perspectiva. El Presidente Mao Tsetung
escribió: "En China, la forma principal de lucha es la guerra y la
forma principal de organización es el ejercito. Todas las demás formas,
como las organizaciones y luchas de las masas son también muy
importantes absolutamente indispensables, y de ningún modo deben ser
dejadas de lado, pero el objetivo de todas ellas es servir a la guerra.
Antes del estallido de una guerra, todas las organizaciones y luchas
tienen por finalidad prepararla..." Estas sabias palabras, sin olvidar
nuestras condiciones específicas, son plenamente válidas para nosotros:
el problema del Perú es iniciar la lucha armada, será comenzar la forma
superior de lucha y la lucha definitiva por cumplir la revolución
democrática-nacional; el inicio de la lucha armada es el norte de la
acción política de los comunistas y los revolucionarios en la
actualidad. Nuestra tarea inmediata, hoy, es desarrollar la creciente
protesta popular en función de iniciar la lucha armada. ¡Desarrollemos
la creciente protesta popular"!. (10) Y tener la comprensión y
convencimiento de que "Así, debemos entender que la lucha
revolucionaria será dura, violenta cruelmente contestada por la
reacción y mandarán sus negras huestes a combatirnos, armados hasta los
dientes embestirán sus garras siniestras, sangrientas, así será: nos
tendera cargos, buscará aislarnos, aplastarnos, borrarnos, pero
nosotros somos el futuro, somos la fuerza, somos la historia.". (11).
2) Sobre el trabajo del Partido en Ayacucho en as décadas del 60 y 70,
digamos que "a mediados de 1950 se inicia la lucha por reactivar el
Partido que había quedado deshecho después de golpe de Estado de Odría.
Posteriormente en el Partido empieza a abrirse paso la lucha contra el
revisionismo: este proceso se da en medio de la repercusión de la
revolución cubana y principalmente porque empieza a desenvolverse a
nivel mundial la lucha entre marxismo y revisionismo. Comienza a
discutirse el camino de la revolución, se vuelve a hablar de la lucha
armada". (12) Entonces empieza a destacarse las posiciones políticas
del Presidente Gonzalo que sienta bases de la línea roja y adherirse a
las posiciones del Presidente Mao en la lucha entre marxismo y
revisionismo. A fines de los años 50 y comienzos de los 60 se
desenvuelve un gran movimiento campesino que moviliza de 300 a 500 mil
campesinos en la parte central y sur del país luchando por la tierra,
en los siguientes años crece un gran movimiento de la lucha
huelguística de la clase obrera y una lucha universitaria desarrollada
a más alto nivel. Todo este proceso repercute en el Partido. El
Presidente Gonzalo forja la Fracción Roja del Partido en Ayacucho, con
ideas claras de que el Partido Comunista del Perú es para tomar el
poder, asumiendo el marxismo, adhiriéndose al presidente Mao y el
Partido Comunista de China, prestando especialísima atención al trabajo
campesino, concibiendo que el camino es del campo a la ciudad. AsÍ,
Ayacucho es cuna de la Fracción Roja.
Desde el año 62 el Presidente Gonzalo se aboca a reconstruir el Partido
en el Comité Regional de Ayacucho, como un partido proletario,
clandestino, y ligado a las masas, teniendo como centro el trabajo
campesino y no el universitario o magisterial como en forma torcida e
interesada se imputa. Del año 63 al 69 el Presidente Gonzalo guió la
Fracción Roja bajo la política estratégica de seguir el "Camino de
cercar las ciudades desde el campo". En arduo proceso de lucha de dos
líneas se barrió al revisionismo y se paso a poyar las luchas del
campesinado pobre que en esos años se concretan como la invasión de
Pomacocha y la de Ccaccamarca. De ellas se saca la lección de que no
basta con tomar las tierras si no hay un movimiento revolucionario
armado que prosiga hacia la meta de culminar la Revolución Democrática,
pues el riesgo es que vuelvan a insertarse en el sistema imperante y
una camarilla de nuevos gamonalillos se imponga. Se realiza el I
Congreso de la Federación Provincial de Campesino de Huamanga, las
masas pobres de la cuidad de Ayacucho son organizadas en la Federación
de Barrios, se organiza el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) y se
conforma la Fracción Femenina del FER. Pero lo trascendental es que
pese a la oposición de la Nueva dirección Central del PCP, el
Presidente Gonzalo montó el "trabajo especial", esto es el trabajo
militar del Regional y le dio tres funciones: Política, militar y
logística, desarrollando la lucha contra el militarismo, mercenarismo y
foquismo. El año 65 el Presidente Gonzalo se opuso a que el partido se
disuelva y se ponga a la cola del MIR y el ELN en un supuesto Frente.
El trabajo campesino se desarrolló en la provincias de Huamanga,
Huanta, La Mar, Cangallo, Víctor Fajardo, al parte norte de Apurímac y
este de Huancavelica. En mayo del 69 el Presidente Gonzalo establece el
Programa Agrario del Partido y se concreta La I Convención Regional de
Campesinos de Ayacucho, en la que se reúnen representantes del
Campesinado pobre, por primera vez. Diversas organizaciones de masas
deciden dar un paso importante conformando el Frente de Defensa del
Pueblo de Ayacucho. Mas tarde la Fracción Femenina del FER devienen en
movimiento Femenino Popular y se vértebra en Frente Revolucionario de
Estudiantes Secundarios (FRES).
En junio del 69, los días 20, 21y 22, se desarrollan movilizaciones de
estudiantes y padres de familia en las ciudades de Ayacucho y Huanta
contra el decreto 006 dispuesto por el régimen fascista de Velasco, la
lucha en defensa de la Educación Popular fue apoyada resueltamente por
el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho, extendiéndose a otras
provincias. Frente a la represión que provocó decenas de muertos entre
estudiantes secundarios, universitarios y campesinos, la lucha popular
se amplía, y el régimen fascista de Velasco se ve obligado a derogar el
mencionado decreto, y recibe su primera derrota política.
Del 69 al 76 el Presidente Gonzalo guió a la Fracción Roja en la
aplicación de la política estratégica de "Reconstitución del Partido
para la Guerra Popular". En medio de la lucha contra el régimen
fascista de Velasco y contra el liquidacionismo de derecha surgido en
el Partido, que pretendía destruirlo legalizándolo, en febrero de 1970
se produjo la ruptura interna y en el II Pleno del Comité Central la
Fracción Roja asumió la conducción del Partido. El problema fundamental
de esa lucha fue el problema campesino, en esencia el asumir la
confiscación de la tierra como planteó el Presidente Gonzalo y no la
expropiación que planteaba el liquidacionismo de derecha.
El año 72 el Presidente Gonzalo establece el Plan Estratégico del
Comité Regional de Ayacucho, lo que significó de trascendencia para
impulsar el trabajo campesino en todo el ámbito de la región Ayacucho,
Apurímac y Huancavelica y fortalecerlo con el desplazamiento de
militantes. A partir del 74-75 se intensifica la movilización campesina
, se realizan convenciones campesinas importantes como la Convención
Regional de Mujeres Campesinas, se multiplica la organización de
Movimientos Campesinos Pobres, y un persistente trabajo de politización
a través de las Escuelas Populares tanto en campo como en ciudad,
prestándose atención prioritario al trabajo campesino en el Comité
Zonal Andahuaylas-Cangallo. En esos intensos años el Partido desarrolla
en forma inédita un trabajo con intelectuales Para orientarlos a
revolucionarios y hacerlos comunistas, concretándose el Centro de
Trabajo Intelectual Mariátegui (CTIM), Difunde las publicaciones de
Allpa (para el movimiento campesino), y se publica la revista
"Rimariyña Warmi, del Movimiento Femenino Popular, sienta la línea
especifica clasista del SUTEP y encabeza la lucha en Defensa de la
Universidad Peruana, impulsa el Congreso Nacional de Docentes de la
Universidad Peruana (FENDUP), y la previa concreción, en medio de
lucha, del Sindicato de Docentes de la Universidad San Cristóbal de
Huamanga.
La brega de la Fracción Roja guiada por el Presidente Gonzalo, permite
que el trabajo de Ayacucho sirva a la reconstitución del partido en
otros lugares del país, para aplastar el año 75 al liquidacionismo de
izquierda que pretendía destruir al Partido encerrándolo entre cuatro
paredes y negaba la importancia del trabajo campesino y el trabajo de
masas en general. Así, al establecerse el Plan de Construcción del
Partido en abril de 1977 y en 1978 el Esquema de la Lucha Armada, el
Comité Regional de Ayacucho entró a la reorganización general del
Partido para, poniéndose el centro de trabajo en el campo, pasar a
desarrollar la lucha armada como forma principal de lucha y las fuerzas
armadas revolucionarias como principal forma de organización, y
poniéndose base para la construcción de los tres instrumentos de la
revolución.
En este punto, y para concluirlo, nos interesa tratar sobre algunas
características de la región de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica,
particularmente lo referente al peso de la semifeudalidad en ella, más
aún cuando algunos organismos gubernamentales y personajes la han
negado expresamente.
Los tres departamentos de la región centro-sur del país conforman una
de la regiones más pobres, atrasadas y olvidadas durante toda la
historia republicana, que concentra una población básicamente campesina
de casi un millón y medio de habitantes, el 80% de ellos en pobreza y
el 65% en extrema pobreza, una agricultura atrasada y en crisis
sometida al control de gamonales y gamonalillos en medio de las más
densas relaciones serviles, y un poder local prepotente y despótico.
Región con los más altos índices de mortalidad infantil, desnutrición,
tuberculosis, analfabetismo. Todo lo que evidencia una semifeudalidad
en caducidad y un movimiento campesino latente y cada vez mayor. La
región además de constituir una unidad económica poseía una rica
tradición de lucha y constituye un agreste terreno montañoso por encima
de los 3,000 metros sobre el nivel del mar.
Nos sirve exactamente, para la región, lo que plantea: "El caduco
sistema semifeudal sigue subsistiendo y marcando al país desde sus
bases más profunda hasta sus más elaboradas ideas y, en esencia
manteniendo persistente el problema de la tierra, motor de la lucha de
clases del campesinado, especialmente pobre que es la inmensa mayoría",
y que la semifeudalidad, problema básico de la sociedad. se expresa en
tierra, servidumbre y gamonalismo, esto es la inmensa mayoría del
campesinado es campesinado pobre sin tierras o con muy pocas la que da
lugar al minifundio sometido a la voracidad del latifundio, un "sistema
de servidumbre que como dijera Lenin se presenta de una y mil formas
pero su esencia es la sujeción personal", y el gamonalismo que "no
designa sólo una categoría social y económica sino todo un fenómeno
representado no tan solo por los gamonales propiamente dichos sino
también comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios,
agentes, parásitos, etc. Y que el factor central del fenómeno es la
hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y en el
mecanismo del Estado sobre el cual se debe atacar en su raíz".
"Gamonalismo, manifestación política de la semifeudalidad sobre la cual
se sostiene este régimen de servidumbre en el que actúan mandones y
lacayos representantes del viejo Estado en los más recónditos pueblos
del país, aunque cambien de ropaje según el gobierno de turno; factor
contra el cual se dirige la punta de lanza en la revolución democrática
en cuanto guerra agraria". (13)
Hasta la década del 70 se guían subsistiendo en la región haciendas
donde se mantenían el sistema de presentación personal (diversas
modalidades del pongaje), el pago de la renta de la tierra seguía
realizándose en trabajo, productos y principalmente en dinero. La
inmensa mayoría de campesinos carecían de tierras o las tenían muy
poca; la aplicación de las leyes agrarias que no son sino de compra
venta de la tierra incrementaron la parcelación de los minifundios, con
la introducción de la hipoteca y la acción de los usureros se promovió
un nuevo proceso de concentración de la formas evolutivas de la
semifeudalidad, y el despojo y usurpación de tierras contaba con el
apoyo y respaldo del poder local. En las comunidades , los campesinos
ricos devenían en gamonalillos, despojando tierras e imponiendo
modalidades feudales en la explotación de los pastores, la iglesia
católica continuaba siendo la mayor propietaria de tierras a través de
sus haciendas sistema de "cofradías", haciendas como Cacha, en las
alturas de Huanta, o Aira bamba y Ayzarca en Cangallo, o de las SAIS y
Granjas Comunales en Huancavelica y Andahuaylas, son algunos ejemplos
de la propiedad terrateniente y la evolución de la semifeudalidad. Era
proverbial que en el caso de Huanta, por ejemplo, los campesinos no
hubieran logrado nunca una resolución favorable de los jueces para
impedir la usurpación de sus tierras y el desalojo violento, que como
en las alturas del Distrito de San José significó el ataque y agresión
policial contra los campesinos propietarios, el incendio de sus chozas,
robo de sus productos, obligándolos por años a vivir en cuevas.
Por otro lado, en su misión defender el sistema actual y su lógica
de ataque contra el Partido Comunista del Perú, la llamada Comisión de
la Verdad y Reconciliación, afirma en su " Informe Final" que al
ingresar el PCP a la zona (se refiere a la provincia de la Mar) el
sistema de haciendas había desaparecido por competo, y que su
desmembramiento se habría producido a raíz de la guerrilla del 65, de
la "reforma agraria" de los años 70 y la "toma de tierras" por
Vanguardia Revolucionaria en 1974, y que por tanto "el grupo subversivo
... emprendió una lucha armada injusta contra el Estado
democrático...". Esas son afirmaciones falsas, absurdas, incoherentes y
contradictorias, que apuntan a negar la base campesina de la Guerra
Popular y su acción de barrimiento de la semifeudalidad. La pretensión
idealista de que los viejos regímenes se caen por si solos, y no se
requiere de un proceso revolucionario para derribarlos, es simple
elucubración o argucias, de sus servidores para desviar el blanco de la
Revolución Democrática.
En el año 65, la acción del ELN de Bejar, y no el del MIR, en la
Provincia de la Mar, Ayacucho, fueron efímeros y se redujo al
aniquilamiento del hacendado Carrillo, propietario de la hacienda
Chapi. El ELN, inmediatamente después fue aniquilado casi totalmente
por el Ejército; si bien el ELN expresa la lucha de nuestro pueblo
desde un punto de vista pequeño burgués y mostró la factibilidad de la
lucha armada, tenia serios problemas de línea militarista burguesa, no
estaba ligada al campesinado por desconfianza y creerse redentores. Lo
que resulta expresivo es que en este caso sí la llamada CVR la elogia
como "gran movimiento", que "ha quedado grabado en la memoria de los
pobres", que "los libero de la opresión y del abuso gamonal" y utilice
eso para contraponerlo y atacar al Partido Comunista al que califica de
"acción criminal".
Sobre la aplicación de la ley agraria de Velasco Alvarado, en los años
70, digamos que primero probó totalmente la subsistencia de la
semifeudalidad, segundo fue otra ley más de compra-venta que mantuvo
las formas serviles de explotación, fomentó la gran propiedad
asociativa, implementó sistemas burocráticos de administración y
control directo del Estado sobre la renta de la tierra, a la vez
facilitó y promovió la penetración del capitalismo burocrático en el
campo y nuevas modalidades de concentración de tierras de los
campesinos pobres, lo que significa usurpación de tierras de los
campesinos pobres, su ruina y expulsión del campo. En Ayacucho no hubo
mayor variación, en Huancavelica significó la mayor concentración de
varios latifundios en uno solo de más de 60 mil hectáreas, la llamada
SAIS de Huancavelica, y en Apurímac, tras la "toma de tierras"
promovida por Vanguardia Revolucionaria el año 74 y la firma de las
Actas de Toxama y Huancachuacho entre Gobierno y VR, sirvieron de común
acuerdo a desaguar la masiva y pujante lucha campesina en la provincia
de Andahuaylas, esa "toma de tierras" no sirvió a liberal ni dale
tierra al campesinado, sino a aplicar los planes corporativos del
gobierno fascista de e evolucionar la semifeudalidad siguiendo el
camino terrateniente en el agro.
3) Todo el proceso de la Reconstitución, la brega de dos décadas bajo
la Jefatura y dirección personal del Presidente Gonzalo y de la
Fracción Roja, posibilitaron contar con un partido de nuevo tipo
preparado para iniciar la guerra popular y dirigirla hasta la conquista
del poder en todo el país, en ese proceso forjó un contingente
histórico armado con la ideología del proletariado y que con la
dirección del Presidente Gonzalo estaba presto a asumir la conquista
del Poder a través de la guerra popular.
Tomemos lo que se nos plantea sobre el tercer momento del Partido, que
inicia el 80 para adelante, en el documento fundamental sobre la Línea
Militar: "En el tercer momento del Partido...se plasma la "Aplicación
de desarrollo del camino; este tercer momento tiene cuatro hitos: 1)
Definición; 2) Preparación; 3) Inicio; 4) Desarrollo de la guerra de
guerrillas.
1) Definición. "En esencia, el Partido toma el acuerdo histórico y
trascendental de iniciar la guerra popular en el Perú, fue definido en
el IX Pleno Ampliado de junio del 79. Acuerdo que fuera logrado en
medio de tres intensas luchas: la primera, contra la línea oportunista
de derecha que se oponía a iniciar la lucha armada negando situación
revolucionaria, inexistencia de condiciones y que había "estabilidad";
se los expulsó y el Partido acordó una nueva etapa y una nueva meta. La
segunda lucha fue contra una nueva línea derechista que consideraba que
iniciar la lucha armada era imposible, que era un sueño, que no había
necesidad de tomar ese acuerdo era una cuestión de principios. La
tercera lucha fue con las divergencia en la izquierda, en la que se
vieron los matices sobre cómo desarrollar la guerra popular
estableciéndose que el matiz proletario era el del Presidente Gonzalo y
por lo tanto era el que debía imponerse: todo el Partido hizo un
compromiso de guiarse por la dirección del Presidente Gonzalo. En
cuanto a la construcción de las fuerzas armadas se tomó la medida de
formar cuadros militares, grupos propios para acción y minar las
fuerzas reaccionarias apuntando a soldados. En estrategia y táctica se
replanteo el sistema orgánico.
(Texto incompleto)
II.- EL ESTADO PERUANO SE HA GUIADO
POR UNA POLÍTICA GENOCIDA A LO LARGO DE SU GUERRA CONTRASUBVERSIVA.
El Partido Comunista del Perú había previsto que, al iniciarse la
guerra popular, al Estado peruano no le convenía que la Fuerza Armada
ingresara de inmediato, pues había estado doce años gobernando como una
dictadura militar y salía desprestigiadísima, además de las propias
contradicciones del campo reaccionario, por el temor que el Presidente
Belaúnde tenía de que los militares utilizarán su intervención para dar
un golpe de Estado e irlo tomando parte por parte. Y así fue. El
gobierno de Belaúnde decidió combatir a la guerra popular como
terrorismo, siguiendo el patrón establecido por el amo imperialista
Ronald Reagan, lanzando sus fuerzas policiales, para ahogar en sangre
la revolución armada, principalmente en el ámbito ayacuchano desde el
inicio mismo, y atropellando los más elementales derechos, desencadenó
la acción contrarrevolucionaria brutal y sanguinaria sobre militantes,
combatientes revolucionarios y masas principalmente campesinas,
allanando y saqueando domicilios, han asesinado, robado, incendiado
domicilios, pretendiendo así amedrentar y apartar a las masas de la
lucha armada, pero en contra de ese deseo la acción
contrarrevolucionaria atizó la guerra popular, y ésta se expandió
vigorosa no sólo en Ayacucho sino en todo el país.
Primero utilizó sus fuerzas policiales: GC, GR, PIP, y sus
correspondientes cuerpos antisubversivos: Sinchis, Llapan atiq,
Dircote, etc., con la asesoría, planificación, dirección y apoyo
logístico de las Fuerzas Armadas las que en medio de sus crímenes y
violaciones de los derechos fundamentales, aplicando la política
reaccionaria de robar todo, quemar todo y robar a todos, fueron
derrotados y abandonaron el campo.
Toda esa acción brutal, desenfrenada, de las fuerzas policiales
antisubversivas, obedece a la línea y política genocida que aplicó el
Estado peruano y ha guiado su guerra contrasubversiva, y se refleja
desde su propia formación.
Estas siniestras fuerzas policiales antisubversivas, ante todo en el
departamento de Ayacucho actuaron peor que en los tiempos de la guerra
con Chile, como denunciara el Partido Comunista en sus documentos, se
comportaron como una verdadera fuerza de ocupación. El pueblo
ayacuchano, en campo y ciudades, los detestaba y, a la vez, los temía,
pues a sus detenciones arbitrarias, atroces torturas, asesinatos y
desapariciones cotidianas, se sumaban la prepotencia desenfrenada en
sus borracheras, riñas y escándalos, en todas partes. Todo aquello era
práctica generalizada, particularmente de los denominados sinchis,
quienes eran vistos por el pueblo como torturadores, violadores,
asesinos; durante los operativos que realizaban en zonas rurales las
masas evitaban encontrarse con ellos, se retiraban para evitar se los
asesinara, que violaran salvajemente a las jovencitas, incluso a niñas,
como medio infame y abyecto para someterlas, y a quienes desde
helicópteros las balanceaban en el aire, amarradas de los pies, para
obligarles a dar falsas confesiones; con esos helicópteros
transportaban los cuerpos encostalados de los detenidos, que luego de
ser torturados y muertos eran arrojados desde lo alto a los ríos.
Cometieron horrendas matanzas como en Chalcos, provincia de Sucre,
Ayacucho, donde ebrios capturaron a un grupo de profesores acusándolos
de terroristas y luego de presionarlos, diciéndoles "corran, escápense
por donde puedan" los asesinaron a tiros en setiembre del 82; y en
Socos, Huamanga, masacraron a 34 campesinos entre hombres, mujeres y
niños, en noviembre de 1983. Esos son sólo algunos de los innumerables
crímenes perpetrados por esas fuerzas represivas.
Más las fuerzas policiales que estaban militarizadas, así como la
doctrina contrasubversiva provino de las Fuerzas Armadas, pese a contar
con la dirección y apoyo de aquellas, terminaron en estruendosos
fracasos, sufriendo derrotas; en dos años y siete meses ya no pudieron
con las fuerzas armadas revolucionarias y se replegaron del campo a
capitales provinciales o departamentales de las zonas de emergencia.
Ante la derrota de las fuerzas policiales y principalmente ante el
surgimiento de Nuevo Poder, se quebró la reticencia de Belaúnde a la
intervención de las Fuerzas Armadas; se impuso la necesidad de clase de
los explotadores y opresores y les encomendaron a las tres juntas:
Ejército, Marina y Aviación, la primera como fuerza principal, el
restablecimiento del orden público con el apoyo de las fuerzas
policiales, poniendo en estado de emergencia y bajo control
político-militar a la región de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac,
desde diciembre de 1982. Las operaciones se dan bajo dirección del
Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que actúan según lo dispuesto
por el Consejo de Defensa Nacional encabezado por el Presidente de la
República, de ahí la directa e ineludible responsabilidad del Estado
peruano y sus gobernantes de turno en todo lo ejecutado durante su
gestión.
Cuando ingresó la Fuerza Armada hacía casi tres años que estudiaba la
guerra revolucionaria en el país, más aún, como ya vimos, asesoró y
planificó las acciones de las fuerzas policiales, así entró con ventaja
y, obviamente, contando con mayores y mejores medios humanos y
materiales.
El Manual del Ejército sobre Guerra no Convencional Contrasubversión ME
41-7, editado por el Ministerio de Defensa en 1989, prueba
fehacientemente la política contrasubversiva que aplicaron de oponer
masas a masas, mediante la formación de mesnadas, guiada por la
política genocida del Estado peruano, en todo el proceso de su guerra
contrarrevolucionaria, dice: "Al nivel nacional corresponde al
Ejecutivo la dirección general de todas las acciones de la guerra
contrasubversiva en los diferentes campos", que "el apoyo de la
población es necesario para la contrasubversión", para ello, el
problema consiste en encontrar una minoría activa favorable y
"organizarla para movilizar a la mayoría neutral contra la minoría
contraria"; "identificar a los miembros y la organización del Partido…
así también a las bases e apoyo y la fuerza local", para eso "optimizar
la infiltración", "formar redes de colaboradores e informantes",
"combatir… empleando procedimientos similares a los de los
subversivos", "realizar operaciones sicológicas", etc. Lo que sigue es
la "destrucción de la Organización Política Administrativa Local (OPA)
siendo "por definición, (que) los miembros de la OPA no son elementos
armados… debe primar el objetivo de la eliminación total". Sobre éstas
bases proceden al "establecimiento de Comités de Autodefensa "CADS"
(páginas 58 al 106).
De inmediato puso en marcha su plan de mesnadas, en el que ya había
venido avanzando la policía, de utilizar masas contra masas, siguiendo
la vieja norma imperialista de contraponer nativos contra nativos.
Primero utilizó contingentes previamente escogidos, preparados entre
licenciados y el pequeño grupo de campesinos conservadores ligados al
gamonalismo y abigeato, a los que manejó como agentes e infiltrados
dentro de las masas campesinas, unidos a la red de espionaje que desde
la década del 70, recomenzaron a montar. Sobre esta base de agentes,
infiltrado, espías y soplones, más las viejas autoridades derrocadas,
gamonalillos y lacayos, conformaron las mesnadas tal como han escrito
en su Manual; "El problema consiste en encontrar una minoría activa
favorable" a la contrarrevolución, la que bajo el plan y mando militar,
en acciones coordinadas con los operativos policiales y militares
(cuyos miembros también actuaron disfrazados de campesinos o policías),
desataron el terror blanco en el campo, presionando y sometiendo a las
masas, desarrollando crueles matanzas, torturas, violaciones, robos,
saqueos e incendios, comportándose como una verdadera fuerza de
ocupación, contra militantes, combatientes, dirigentes del Nuevo Poder
y masas avanzadas, miembros o ligados al PCP, aplicando la siniestra
política de matar a todos, robar todo y quemar todo.
El PCP en la Sesión Ampliada del Comité Central de noviembre de 1985,
hace la evaluación del ingreso de las Fuerzas Armadas, su intervención
genocida y sobre política contrasubversiva de oponer masas contra masas
mediante la formación de mesnadas, concluyendo:
Con ingreso de las Fuerzas Armadas, cambia la situación y su objetivo es acabarnos. Al ingresar las Fuerzas Armadas no han montado un cerco, toma puntos fuertes, ciudades como Ayacucho y monta operativos buscando utilizar a parte de las masas presionándolas, así surgen las mesnadas. Luego, paralelamente, comenzó a formar civiles en el Ejército, como Gavilán por ejemplo; amplían en número de oficiales; el Ejército y la Marina disfrazados de campesinos y con mesnadas nos golpean en la parte norte y sur del CRP (Comité Regional Principal). El primer golpe fue en Huambo, Huaychao, Iquicha, Uchuraqay, ante éstos hechos Belaúnde saludó a los campesinos que habían actuado contra nosotros, por tanto, responde de las matanzas. Aplicaron un plan elaborado por la Marina, asesorada por el imperialismo yanqui y aplicado por el Ejército, pensaron que usando masas podrían separarnos de las masas y tomar posiciones" (página 22) (25)
El plan de un pueblo contra otro fue la política estatal seguida desde
comienzo de la guerra contrasubversiva. Ese plan de mesnadas ya lo
comenzaron a aplicar con los Sinchis y los "Llapan atiq" a modo de
ensayo en la provincia de La Mar, en la zona de Chungui y "Oreja de
Perro", a fines de 1982; perpetran abusos y atropellos en los pueblos
donde el PCP comenzó a organizar el Nuevo Poder, en los que detienen,
torturan cruelmente, realizan correrías usurpando el nombre del Partido
Comunista y cometen masacres; así presionan a las masas obligándolas a
organizarse en "rondas" en Mollebamba y Oronqoy, Pallqas, Ninabamba y
Santa Carmen. Con los "ronderos" de Mollebamba los "Llapan atiq" de
Andahuaylas incursionan en Oronqoy donde detienen a un campesino, le
torturan quitándole las uñas y cortándole la lengua en presencia de la
población, colgando su cadáver en un poste del Colegio, lo hicieron
para escarmentar y así presionaron a organizarse en "rondas". En enero
de 1983 masacraron a 40 campesinos en el templo de Pallqas e imputan al
PCP de éste hecho, luego fuerzan a organizarse en "rondas". En lo
sucesivo, en base a las mesnadas, los Sinchis y después el Ejército,
desatan el terror blanco y genocidio, literalmente arrasando los
pueblos de toda la zona, dejándolos pampa, desapareciéndolos; los
cientos de miles de desplazados son resultado directo de estos hechos
de la guerra contrarrevolucionaria genocida, que en los años
posteriores los generalizaron en todo el país, aplicaron el método de
"secar el estanque para matar el pez", esto es, aislar la guerrilla de
sus base de masas.
El problema de fondo, el hecho político y militar que el Estado peruano
y la llamada Comisión de la Verdad ocultan, tuercen y falsean de manera
premeditada por interés y posición de clase contrarrevolucionaria, es
el proceso de restablecimiento del viejo poder que la fuerza armada ha
preparado y desenvuelto a través de esos supuestos "levantamientos
campesinos" que nos son sino la acción contrarrevolucionaria genocida
de mesnadas encabezadas por la ralea de viejas autoridades, lacayos y
otros ligados al gamonalismo derribados del poder, ya que la lucha de
clases y fuerza de resistencia de los explotadores derrocados, ante el
surgimiento del Nuevo Poder se hizo encarnizada en grado sumo, pues se
sirven de las ventajas de la fuerza de la costumbre y las tradiciones
de la vieja sociedad, de la larga experiencia del Estado en el manejo
militar, de la economía, el Poder. Y como contraparte, el PCP ha
desenvuelto una respuesta para sofrenarlo, un contrarrestablecimiento
del Nuevo Poder perdido, a través de una heroica guerra popular del
campesinado principalmente pobre, defendiendo, desarrollando y
construyendo los Comités Populares y Bases de Apoyo, proceso en el que
como un aspecto negativo, se han presentado limitaciones, errores y
excesos como hechos aislados, pero jamás como política del Partido.
Sólo viendo dentro de este marco histórico de la guerra se puede
entender correctamente los hechos. Reducirlo a un conjunto de hechos de
una supuesta "rebelión" campesina contra la guerra popular es encubrir
la verdad histórica para exculpar la política genocida del Estado y las
Fuerzas Armadas.
Pues bien. El 28 de enero de 1983, conformaron mesnadas en Acobamba, el
14 de febrero en la Comunidad de Colcabamba, provincia de Tayacaja,
ambas en Huancavelica, colindantes con Huanta. Sin embargo, centran en
le parte norte y centro-oeste del departamento de Ayacucho, en Huanta y
Huancasancos respectivamente.
En las comunidades ubicadas en las punas de Huanta, a casi 4000
m.s.n.m, puntos estratégicos por su ubicación entre los valles y la
ceja de selva ayacuchana, desde donde la guerra popular se expandía
incontenible, la infantería de Marina que asumió el control de la
provincia, impulsó la organización de mesnadas clandestinamente en
todos los pueblos donde habían surgido y marchaban los Comités
Populares y eran Bases de Apoyo de la Guerra Popular. Diversos hechos
prueban la existencia de una permanente coordinación de elementos del
poder local derrocado y especialmente de licenciados con el Comando
Político-Militar de Huanta y Ayacucho, y con los Sinchis de Tambo,
además de la presencia de marinos y Sinchis que actuaron disfrazados de
campesinos organizando y dirigiendo a la ralea de
contrarrevolucionarios.
En Uchuraqay las viejas autoridades ya empiezan a maquinar en forma
clandestina, desde octubre del 82, promovidos por personas como
Fortunato Gavilán, teniente-gobernador, preparados con anticipación por
la Fuerza Armada, para oponerse y actuar contra la guerrilla. En ese
mismo mes esos elementos contrarrevolucionarios del poder local deciden
detener a 6 guerrilleros para asesinarlos pero la mayoría de las masas
en Asamblea se opone y los dejan ir. Igual actividad
contrarrevolucionaria de complot, coordinaciones y aglutinación de
cabezas negras de elementos reaccionarios contra la Guerra Popular
también desenvuelven en las demás comunidades de la zona, maquinaciones
que fueron denunciadas por las masa ante el PCP, y sus cabezas mas
recalcitrantes y mas activas en Uchuraqay y Huaychao, fueron juzgados y
sentenciados a muerte en juicios populares en diciembre del 82. Con el
ingreso de las Fuerzas Armadas, a fines de diciembre, y de la Marina en
la provincia de Huanta, centran en la organización de Mesnadas con el
objetivo de golpear y acabar con las guerrillas. Intensifican
operativos militares y la patrulla de infantes de marina y Sinchis que
incursionan a todas las comunidades, entre ellas Uchuraqay y Huaychao,
presionan con amenazas de matar a toda la población si no asesinaban a
todo extraño que llegase a pie. Las declaraciones de comuneros en
Uchuraqay en reiteradas de ocasiones ante el periodista Luis Morales,
publicados por el Diario de Marca ante la llamada comisión Vargas Llosa
y testimonios ante el juzgado y durante el juicio del proceso
Uchuraqay, revelan el plan genocida puesto en marcha por la Marina y
los Sinchis desde los primeros días de enero: "han venido en
helicópteros… y nos han dicho: sáquenle los ojos, la lengua, a la gente
que no conocen, que son enemigos", "nosotros no vendremos por tierra,
sólo en helicóptero. Y si algún desconocido viene por tierra, lo
matan". Es la orden que dieron públicamente en todas las comunidades
simultáneamente avanzaron en organizar y coordinar la acción de las
mesnadas, siendo las viejas autoridades de Uchuraqay quienes coordinan
y encabezan, así desenvuelven varias reuniones clandestinas
intercomunales de viejas autoridades de Uchuraqay, Huaychao, Cunya,
Paria, Qarhuaurán, Pampalca, y otras comunidades en los primeros días
de enero, en las que acuerdan poner en marcha el plan genocida de la
Fuerza Armada de perpetrar en todas partes una matanza despiadada de
militantes de PCP, de combatientes de la guerrilla y milicias, y de
comisarios del Nuevo Poder.
Las horrendas masacres cobardes y arteras se inician en Huaychao. El 15
de enero de 1983 las mesnadas de Huaychao y Macabamba, siguiendo el
plan trazado por la Marina, "salieron a saludar a los guerrilleros y
los guiaron a su sala de asambleas… escucharon sus discursos… luego,
calmadamente se acercaron a los senderistas, sacaron las hachas,
cuchillos y piedras que habían escondido bajos sus ponchos y los
aporrearon hasta matar a 7 de los 8 subversivos" (26). En los días
siguientes, con igual crueldad, las mesnadas de Uchuraqay asesinan a 5
guerrilleros; en total, sólo en la tercera semana de enero, en las
distintas comunidades altoandinas de Huanta, son atrozmente masacrados
24 combatientes del PCP, al mismo tiempo, "las autoridades de las
comunidades coordinan el patrullaje de la zona, estableciendo sistemas
de vigilancia desde las cumbres de los cerros, utilizando cornetillas
como señal de alarma y pernoctando en las laderas de las montañas",
como ha registrado hasta la propia autodenominada CVR (27), buscando
exaltar toda esa acción bárbara de las mesnadas, a la que llama
"rebelión multicomunal" contra el PCP, falseando los hechos para
encubrir el plan y responsabilidad del Estado peruano y las Fuerzas
Armadas, cuando todos esos hechos lo que muestran claramente es
precisamente que las masa presionadas bajo control de las mesnadas,
dentro del plan de la Marina fueron sometidas a militarización.
El 23 de enero las atroces matanzas son cínicamente saludadas
justificadas y apoyadas públicamente por el general Noel y el propio
presidente Belaúnde, quien no solo avalaba sino llamaba al genocidio
elogiándolo como "ejemplo de patriotismo". El mismo día Noel envía
patrullas militares terrestres y helitransportadas llevando alimentos
para esas comunidades "como reconocimiento del presidente Belaúnde por
las acciones emprendidas" contra el Partido Comunista del Perú (28),
pero parte de las masas de esos pueblos rechazaron esa insolencia como
correspondía; a las mesnadas les reiteraron la orden de continuar con
ese tipo de acciones, "Matando a todo extraño que llegara a la
comunidad a pie". Como declararon los comuneros de Uchuraqay al
periodista Luis Morales, noticia publicada en el Diario de Marka.
El 26 de enero 8 periodistas que iban hacia Huaychao buscando descubrir
la verdad sobre las bárbaras matanzas, ya que la opinión publica dudaba
de las informaciones oficiales dadas por el general Noel (periodistas
extranjeros decían: "Aquí estamos viendo cosas que solo hemos visto en
Vietnam", igualmente Virgilio Roel declaró: "sendero se ha ganado para
su causa muchas comunidades indígenas… por eso se ha adoptado la lucha
antisubversiva aplicada en Vietnam y perfeccionada por ellos. Método
que consiste en utilizar a las propias poblaciones contra la
insurgencia guerrillera" (29), son artera y cobardemente asesinados en
Uchuraqay, junto al guía Juan Argumedo y Severino Huascar Morales,
comunero del lugar, reventándole en la cara del Estado peruano un grave
escándalo político y rebelando ante el mundo el plan genocida de la
Fuerzas Armadas de usar mesnadas y enfrentar masas contra masas en la
guerra contrarrevolucionaria.
Por esos días la revista Equis publicó que los Sinchis estaban siendo
aleccionados en un Fuerte de los Estados Unidos en lucha
antiguerrillera y que es un plan de "psicotización" y que ese plan lo
están aplicando los Sinchis directamente asesorados por la CIA, la que
ha capturado el servicio Nacional de Inteligencia, que depende
directamente de Belaúnde, (por eso Huaychao y Uchuraqay fue un plan
salido desde la propia presidencia de la República). Además plantea que
la GC y todos sabían que los periodistas iban a esa zona, estos han
pasado 3 puestos en los que han sido registrados media hora después
salio un grupo de Sinchis al mando de un teniente hacia Huaychao donde
maquinaron con Gavilán y otros para matar a los periodistas. A esto se
debe sumar que la hermana del guía argumento, denunció que vieron a un
moreno que daba ordenes, además fotos tomadas por los propios
periodistas prueban que actuaron Sinchis disfrazados de comuneros.
Al respecto, la "Comisión Investigadora" presidida por el Señor Vargas
Llosa, responsabilizó a los comuneros de Uchuraqay de la masacre de los
periodistas, encubriendo y exculpando escandalosamente la
responsabilidad del gobierno y de las Fuerzas Armadas; sin embargo, en
el juicio oral sobre el caso Uchuraqay, el Tribunal Especial a cargo
del proceso en la sentencia declaró comprobada
la presencia de personal militar y policial en Uchuraqay el día de la
masacre, después de 4 años en base a hechos y testimonios
contundentes e inocultables.
El PCP en 1983, dijo: "En Uchuraqay han usado infiltrar un grupo y
mover un grupo contra otro, pero el plan les han reventado en la cara
con el asesinato de los ocho periodistas" (30).
El 27 de enero las mesnadas de Uchuraqay tienen una reunión con sus
pares de Huaychao, Cunya, Paria, Qarhuarán, Pampalca y otras
comunidades donde asistieron unos trescientos amarillos, abigeos y
Sinchis disfrazados, no es pues la masa que concurre; una parte va
hacia Iquicha donde detienen a 14 campesinos, consideraos simpatizantes
del PCP, cruelmente golpeados son conducidos a Uchuraqay, a quienes
Fortunato Gavilán los amenaza con matarlos "haciéndoles chicharrones".
Son juzgados y surgen divergencias entre los cabezas negras: una parte
opina que no deben matar a todos, que no pueden matar a compoblanos y
terminan condenando a muerte a dos. Las mesnadas presionan a otras
comunidades bajo amenaza a actuar de la misma manera contra el PCP.
Sobre éstos hechos, en la II Sesión Plenaria del Comité Central
Ampliado del PCP definió:
"Nosotros
vamos a responder medida por medida y va a pesar el interés de la masa"
(página 35)
"Si nosotros desenvolvemos a fondo la
política agraria, si el pelotón golpea a esas mesnadas recibiremos el
apoyo de las masas. El pelotón debe unir a la masa, denunciar a los
Sinchis, el Ejército que lo dirige y aniquilar a los infiltrados parte
por parte" (Página 67).
Inmediatamente después de la muerte de los periodistas, el Comando
Político Militar de Ayacucho prohibió todo acceso del periodismo a las
zonas rurales con el claro objetivo de ocultar el desenfreno genocida y
baño de sangre en el campo ayacuchano, por las mesnadas y las Fuerzas
Armadas que continuaron desenvolviendo con carta blanca y total
impunidad. ¿Cuántos bárbaramente asesinados fueron ocultados y
permanecen el olvido hasta hoy? La reacción inmediata de varias
comunidades en esa zona ha sido de rechazo a la acción genocida de las
mesnadas, por ejemplo comunidades como Acco, Balcón, etc., les han
impedido el paso a los de Uchuraqay hacia Tambo, lo que expresaba la
reacción popular probando que las mesnadas no eran sino grupos de
amarillos y abigeos, el sector de campesinos conservadores o
reaccionarios.
En la parte sur de Ayacucho la primera matanza usando mesnadas fue en
Huambo. Pero es en la actual provincia de Huancasancos, en Sacsamarca,
Sancos y Lucanamarca donde se va a expresar el mayor desenfreno y
encarnizamiento de la lucha de clases, el enfrentamiento cruento del
viejo poder del gamonalismo derrocado contra el naciente Nuevo Poder.
En el mismo plan contrarrevolucionario: un grupo de viejas autoridades
derribadas, licenciados, gamonalillos y secuaces, en un proceso de
constante relación y coordinación con las Fuerzas Armadas fueron
agrupados y organizados clandestinamente en mesnadas, en esos pueblos.
Y, una vez cumplida esta fase, inician las crueles matanzas contra
militantes del Partido, Comisarios, milicianos, masas avanzadas y sus
familiares, con el expreso objetivo de destruir los Comités Populares,
escarmentar, amedrentar, presionar y someter a las masas, descabezando
la base social de la guerra revolucionaria campesina, en arteras
acciones simultáneas y coordinadas con las fuerzas militares-policiales
y mesnadas. Lo dicho queda demostrado de manera irrefutable con las
declaraciones dadas por las ex-autoridades de Lucanamarca en el
Megaproceso. No han podido ocultar hechos que fueron totalmente
evidentes, como que desde el ingreso de la Fuerza Armada tuvieron
contacto, reuniones, y permanente coordinación con el mismo General
Noel, las bases antisubversivas en Huancapi y Huancasancos y con
patrullas militares y policiales en operativos contra la Base de Apoyo,
y presionaron y forzaron a las masas a organizarse en rodas y
participar en el genocidio:
"Antes habían llevado a Huamanga memoriales… la decisión que tomamos (de agruparse en mesnadas) fue por
la explicación verbal del General Noel".
"… los militares que venían nos dijeron organícense como puedan… nos
organizamos por la indicación verbal de los militares… los que no eran
parte del sendero hicimos una asamblea cumbre entre Huancasancos,
Sacsamarca y Lucanamarca".
"… no íbamos a esperar a que nos maten como cualquier animal por el
Ejército, porque ya estábamos indicados como subversivos, todos rojos,
hasta quemaban casa, ese era el objetivo del Ejército y de las fuerzas
combinadas, entonces nosotros teníamos que organizarnos…"
"(autoridades y licenciados (Nosotros teníamos que contradecir la
política de Sendero, y teníamos que organizarnos en forma clandestina
para enfrentarlos… (si no) el Ejército a nosotros nos barría". (31)
De manera coordinada desatan las matanzas en los tres distritos de
Huancasancos. En Sacsamarca, la mesnada luego de completar un "plan de
resistencia clandestina", el 15 de febrero, asesina a Walter Huaccachi
y Eladio Laccsa, Comisarios del Comité Popular, los incrustan una
barreta en el estómago, luego los apedrean hasta matarlos; además
detienen a otra cantidad de milicianos a quienes los desaparecen; en
los periódicos de la fecha se habla de ocho masacrados. Simultáneamente
las mesnadas envían una Comisión a Huancapi para dar cuenta al Ejército.
El 16 de febrero, el Ejército incursiona en Sancos a bordo de 3
helicópteros con mesnadas de Sacsamarca como guías; dejan fuerzas en
distintos puntos y entran al pueblo disparando indiscriminadamente
contra las masas que estaban reunidas en Asamblea Popular. Los
periódicos de entonces informaron de cuarenta muertos y un poblador
dijo: "mataron sin ninguna explicación a cualquier persona". Fue una
matanza para escarmentarlos, luego proceden a restablecer el viejo
poder nombrando a las viejas autoridades entre las cabezas negras y
amenaza a la población con un ultimátum, ordenando matar a las nuevas
autoridades del Comité Popular y a los mandos de la milicia, de lo
contrario, debían atenerse a la respuesta del Ejército.
El 20 de febrero, fuerzas mixtas del Ejército, Sinchis y mesnadas
entran en dos camiones a Lucanamarca cuando las masas estaban reunidas
en Asamblea Popular con un contingente de combatientes del PCP. Se
produce un enfrentamiento y matan a diecisiete, según testimonios del
ex -secretario de esa Municipalidad, quien además dice: "ya sabíamos
que alguien iba a morir por lo que nos tardamos en ir a la plaza" (32),
quedando demostrado, una vez más, la coordinación del Ejército con las
mesnadas. Hasta la llamada CVR ha registrado que el Ejército ingresó
con el "apoyo de algún sector de la población", además de registrar la
muerte de veinticinco de los guerrilleros, se habla de enfrentamientos
pero no reportan ningún herido ni prisionero. El Ejército restablece el
viejo poder con las cabezas negras y ordena matar a Olegario Curitomay,
Comisario del Comité Popular, de lo contrario el Ejército arrasaría a
la población.
A partir del 20 de febrero las mesnadas de Sancos y Sacsamarca desatan
el terror blanco y la persecución de milicianos, Comisarios y masas
estancia por estancia, realizando matanzas y quemando chozas. En Sancos
se produce enfrentamiento de las mesnadas con los combatientes
milicianos del lugar que resisten y luchan contra la ofensiva
contrarrevolucionaria. La denominada Comisión de la Verdad narra la
ferocidad con que actúan las mesnadas en ese enfrentamiento buscando
ensalzarlas; ya mueven a una parte de masas presionadas entre ellas a
mujeres, que son "las que dan la iniciativa arrojando piedras". Es
importante reparar que las mesnadas estaban armadas, se prueba con un
testimonio recogido por dicha "Comisión": "... a uno de ellos lo
mataron, después a una chica también, y ahí es justo donde aprovechan
dispararle a J. L. L… ya estaba herido entonces lo han seguido y ahí lo
han destrozado" (33). Los cuerpos de los asesinados son arrojados en
una quebrada, pero al día siguiente llega el Ejército y les ordena
enterrarlos en una fosa común, sin conocerse cuántos fueron los
muertos. La llamada CVR celebrando esos hechos, dice, desde ese momento
"eligen nuevas autoridades, comenzando una nueva etapa en la historia
de Huancasancos, en la cual resalta la formalización de la alianza
entre el Ejército y la comunidad", es decir, el restablecimiento del
viejo poder, avala que hayan sometido y obligado a las masas a
participar como carne de cañón en la guerra contrarrevolucionaria.
En los días posteriores, fuerzas combinadas del Ejército y los Sinchis,
juntamente con las mesnadas, desarrollan una verdadera cacería,
perpetrando desapariciones y matanzas de familiares, milicianos y
autoridades del Nuevo Poder en la zona, de éstas algunos son de
conocimiento público: el 21 de febrero desaparecen a cuatro personas;
el 24 de febrero fuerzas militares conjuntas en operativo terrestre y
helitransportas asesinan a cinco campesinos y los entierran en el
puente Marita, Sancos. El mismo día desaparecen a Gilver Curitimay, de
16 años, hermano de Olegario; el 26, el Ejército asesina a Hugo
Calderón y otra cantidad no precisada de comuneros en Pallqa. El 28 de
febrero fuerzas combinadas conjuntamente con un grupo de mesnadas
realizan una matanza de diecinueve milicianos en Lucanamarca; sobre
éste execrable hecho, el ex -gobernador Timoteo Huaripaucar en el
Megaproceso dijo: "Los que hemos estado en contra de Sendero hemos
estado ahí participando en el enfrentamiento", "ése 27 de febrero ya
tenía conocimiento que el Ejército estaba en Huancasancos y los
subversivos estaban en Lucanamarca, entonces mandamos un mensajero para
que les avisen y vengan, con ese aviso llegaron". (34)
El 22 de marzo, las mesnadas, luego de capturar en su estancia a
Oligario Curitumay, obligan a participar a las masas presionadas y lo
asesinan de la forma más horrorosa, haciendo presenciar a toda su
familia: "maniatado y vendado los ojos… lo arremeten con palos, tiran
de los cabellos hasta dejarlo inconsciente, 'semimuerto'. Luego ponen
su cuerpo sobre una ruma de ichu, lo echan kerosene y le prenden fuego"
(35); salvaje forma de quemar, práctica generalizada en las Fuerzas
Armadas y mesnadas, imputan a los revolucionarios lo que ellos sí
hacían. A todo lo señalado, debemos sumar y reparar en la Carta
dirigida a Belaúnde por Amnistía Internacional en relación a la guerra
contrasubversiva del Estado en Huancasancos por esos días. En ella se
dice: "Amnistía Internacional ha recibido información sobre gran
cantidad de muertos que parecían haber sido ejecuciones extrajudiciales
llevada a cabo por fuerzas conjuntas militares… en los distritos
adyacentes de Lucanamarca, Sacsamarca, Huancasancos…", "… comuneros de
los distritos ayudaron a los servicios de seguridad en la captura y
muerte de guerrilleros…", "No se tiene noticias de que hubiese
prisioneros…", "La información disponible sugiere que la mayoría de los
presuntos miembros o colaboradores de 'Sendero Luminoso' detenidos en
esa fecha fueron interrogados y luego ejecutados extrajudicialmente…",
"Noticias de prensa de fecha 26 de marzo informaron sobre la matanza de
18 militantes de 'Sendero Luminoso' en los tres distritos a manos de
comuneros…".
III.-LOS ENFRENTAMIENTOS ARMADOS DE
LUCANAMARCA Y OTROS SOFRENARON EL PLAN CONTRARREVOLUCIONARIO DE USA
MESNADAS.
Como muchos intelectuales que están bastante lejos de ser comunistas o
revolucionarios registran, Eduardo Toche por ejemplo, la matanza masiva
empieza con el ingreso de las Fuerzas Armadas en diciembre del 82. en
una "Información General" de Amnistía Internacional, del 1 de noviembre
de 1994, se dice: "Desde enero de 1993, Amnistía Internacional viene
recibiendo información, incluidos informes pormenorizados y testimonios
de tortura, "desapariciones" y ejecuciones extrajudiciales
generalizadas a manos de miembros de las fuerzas de seguridad. La
organización ha documentado los casos de 4,200 personas al menos, que
"desaparecieron" tras haber sido detenidos por las fuerzas de
seguridad. Otros varios millares de personas que han muerto a manos de
las fuerzas estatales en ejecuciones extrajudiciales, medio millar al
menos en 19 matanzas distintas documentadas por la organización".
Efectivamente, la mayor política genocida del Estado peruano a través
de sus fuerzas armadas la aplicaron en los años 83 y 84 con el objetivo
político de restablecer su autoridad, su poder gamonal completamente
cuestionado en el campo, un serio problema de pérdida de poder político
indudablemente, al surgir 200 Comité Populares, que fue lo que les
desesperó. Sus planes militares tenían por objetivo exterminar al PCP y
la guerrilla aplicando el genocidio, barrerlos organizando mesnadas en
torno al caduco poder enfrentando falsamente pueblos contra pueblos.
"Pero ¿para qué se aplicó el genocidio?, para contener la Guerra
Popular que iniciada el 80 logró establecer a fines del 82, el Nuevo
Poder y conjurar su desenvolvimiento, para impedir el desarrollo de la
Guerra Popular; para lograr éstos objetivos políticos reaccionarios las
Fuerzas Armadas, el Ejército, la Marina de Guerra, Fuerza Aérea, las
tres solidariamente y con planificada distribución de planes genocida,
las tres instituciones mataron en 1983 a 1767 hijos de las masas y
desaparecieron a 730, hasta ese año sólo hubo 14 bajas en las masas y
ningún desaparecido; en total 2497 asesinados del seno de las masas el
83. ¿Y el año 84? Ascendió el espiral de la política genocida contra
las masas: 2522 muertos y 2881 desaparecidos, total 5403 hijos de las
masas asesinados, es, pues, el año 84 la cumbre más alta del genocidio
perpetrado por las Fuerzas Armadas" (36)
Así, pues, ante ese bárbaro ingreso de las Fuerzas Armadas, ante todas
esas atrocidades e innúmeras matanzas de las Fuerzas Armadas y usando
mesnadas, esos golpes contrarrevolucionarios de restablecimiento del
viejo poder sometiendo y obligando a masas presionadas a apoyarlos,
montando vigilancia e integrando operativos de arrasamiento contra
comunidades o pueblos, asesinando guerrilleros o masas, es en esas
circunstancias que la Dirección del Partido Comunista preparó la
respuesta, teniendo como objetivo político sofrenar y quebrar todo es
plan genocida contrarrevolucionario del que formaba parte la siniestra
política de enfrentar masas a masas moviendo mesnadas, que la
propagandizaba cínicamente como la "rebelión" campesina contra la
Guerra Popular. En el caso específico de Lucanamarca la llamada CVR se
ve obligada a registrar que "decide acatar las órdenes del Ejército,
pero además acuerda enfrentar decididamente al PCP-SL y una de las
primera acciones es retomar el sistema de vigías" (37). Además, hay que
sumar que las mesnadas, como declaró el ex -gobernador en el
Megaproceso, sabíamos quienes tenían armamentos viejos, dónde estaban y
teníamos que pedir uno por uno", es decir, estaban armados igual que en
Sancos, esto a fines de febrero. Primero, en diciembre de 1982 se baja
la Circular de 9 puntos redactad por el Comité Permanente a las base
del Partido, fue previo al ingreso de la Fuerza Armada, cuyo contenido
transcribimos a continuación:
"1. El
Plan se está aplicando bien; en general el remate es muy exitoso, por
eso la reacción se ve obligada a replantear su lucha contra nosotros
apuntando a una mayor o directa participación de las fuerzas armadas.
Así lo que demuestra es el fracaso de todos sus operativos anteriores.
2. Hay que aplicar con firmeza y decisión la consigna "Quien no teme
morir cortado en mil pedazos se atreve a desmontar al emperador" y
rematar el Plan teniendo muy en cuenta las nuevas circunstancias".
3. Deben estudiar más y guiarse por los "Dos artículos importantes".
4. Cuidar más la clandestinidad, el secreto y la vigilancia partidaria
y militar…
5. Se debe pasar a aplicar de
inmediato lo acordado en la V Sesión; esto es hostigar y dar vueltas con el enemigo,
buscando golpear las fuerzas por los puntos más débiles. Nuestro
principio es despreciar estratégicamente al enemigo y tenerlo
tácticamente muy en cuenta; sujetarnos firmemente al principio básico
de la guerra; aplicar más y mejor la
movilidad y la sorpresa, aplicar cuidadosamente la dispersión relativa para movilizar a
las masas y la concentración para
golpear, prestando muchísima atención a que las fuerzas puedan
fácilmente concentrarse."
6. Esforcémonos más no solamente por
mantener vínculo con las masas sino que debemos desarrollarlos,
principalmente con el campesinado pobre.
7. Clave del Plan en marcha son las
siembras; ahora nuestro problema es movilizar, politizar y organizar y
armar a las masas en función de futuras cosechas y nuevas invasiones,
especialmente de las que hemos ya sembrado. En general, preocupémonos
de los diferentes problemas concretos que benefician directamente a las
masas, especialmente las cuestiones de la tierra a través de beneficios
concretos que la lucha armada les da, es cómo podemos unir bajo nuestra
dirección al pueblo, recordando que la conquista del poder es la
reivindicación básica y decisiva.
8. Ahora es cuando más debemos
adoctrinar a las masas sobre la Guerra Popular y su aplicación; los
campesinos mismos son los que tiene que asumir la lucha armada para
desarrollarla.
9. Desarrollar una campaña de
propaganda y agitación sobre:
1) Unir al pueblo para aplastar el
nuevo operativo militar reaccionario.
2) Incorporarse a las Fuerzas Armadas
Populares.
3) Apoyar la Lucha Armada.
En ésta Campaña debemos desenmascarar más al reaccionario gobierno de
Belaúnde, señalar a las fuerzas policiales que no deben seguir
sirviendo como carne de cañón, a los soldados que no pueden combatir al
pueblo del cual son sus propios hijos; y lo que es principal debemos
plantear nuestras consignas sobre
¡Lucha Armada!, ¡Gobierno de obreros y Campesinos!, ¡Tierra para quien
la trabaja!, ¡No a los campos de concentración!, ¡No a las torturas y
violaciones!, etc. Al denunciar al gobierno debemos destacar que
están poniendo enmarca un mayor plan
de "matar a todos, quemar todo y robar todo". Por eso la clave es unir
al pueblo, fortalecer las fuerzas armadas populares y apoyar la lucha
armada aplicando la defensa activa, pues nada es conquista ni defiende
sin lucha.
Todo esto debe estudiarse y aplicarse de inmediato y tenerlo en cuenta
para el Plan Complementario. Recordamos lo ya visto: una fuerza armada
tiene sólo la fortaleza de la sociedad que sustenta; a la fuerza armada
hay que despreciarla estratégicamente y tenerla tácticamente muy en
cuenta; recordemos que sólo las guerras justas triunfan, que la guerra
popular es invencible, y tengamos muy presente lo que el Presidente Mao
dijo: "Bajo la dirección del Partido Comunista mientras existan los
hombre se podrá hacer toda clase de milagros.
¡Aplastemos el nuevo operativo militar reaccionario!
¡Rematando el gran hito y derrotando al enemigo marchemos a conquistar
Bases!
¡Viva la Guerra de Guerrillas!". (38)
El ingreso de la Fuerza Armada y su directa participación implicaba un
cambio cualitativo en la situación de la guerra, así previsto por el
Partido con anticipación de más de un año en el V Pleno, por ello la
Dirección central convocó a un Comité Central Ampliado (CCA) para enero
del 83 y en setenta días se debatió y acordó cómo responder al ingreso
de la Fuerza Armada, siendo parte de aquella respuesta la acción de
Lucanamarca, estratégica zona de altura para las líneas militares
tendidas por el Ejército en la zona. En pleno desarrollo del CCA el
Comité Permanente se reunió con el Secretario del Comité Zonal
Cangallo-Fajardo, luego se reunió con él todo el Buró Político y en
tercer instancia todo lo acordado bajó al Ampliado, y todo el CCA
aprobó la respuesta. Ningún dirigente del CCA estuvo en la ejecución de
la respuesta inmediata; pero acordada se comunicó a los mandos
intermedios y la aplicaron. La manera de dirigir de la Dirección
Central del PCP, ubicada a cientos de kilómetros de distancia, era
estableciendo la política, los planes estratégicos-operativos, es lo
que se hizo en el CCA del 83, cómo se plasme escapaba a la Dirección,
porque atañía a la responsabilidad específica de quienes aplicaron.
El 8 de enero se decretó el primer paro en Ayacucho, desde la
clandestinidad, por disposición armada del Partido, en apoyo a la
Guerra Popular y en contra del ingreso de la Fuerza Armada; se paralizó
totalmente una ciudad de 80,000 habitantes, ya con presencia de las
tres Fuerzas Armadas.
Cuando la Fuerza Armada desata la desenfrenada masacre con las mesnadas
y la acción militar reaccionaria, como en los periódicos de entonces se
informaba de "matanzas de senderistas" en Huancaylla, Pariabamba,
Huambo, Andarapa (Andahuaylas), Aguayro, Chuschi, Pomabamba (donde a un
campesino le pusieron dinamita en el vientre y lo volaron), Paccha,
Vinchos y Pomacocha, varias decenas incluidos niños, vilmente
masacrados, a los que se sumaron las atroces matanzas en las
comunidades de la parte alta de Huanta; así como se habló de violentos
enfrentamientos en Huambalpa, Umaru, Huancarucma, Sacsamarca,
Huancasancos y Lucanamarca, en los que realizaron operativos conjuntos
del Ejército, Sinchis y mesnadas, asesinando vilmente a campesinos,
milicianos, combatientes de los pelotones y Comisarios del Nuevo Poder,
sin que se reporte ningún prisionero. "La República" del 20 de febrero
informó: "mueren 50 terroristas en Fajardo", "El Observador" el mismo
día: "En Ayacucho matan a 40 guerrilleros", y en "Caretas" de abril 83:
"En febrero, una sucesión de feroces enfrentamientos, en los que la
intervención de la fuerza pública fue decisiva, significó un duro revés
para el Senderismo. No sólo perdió en combate alrededor de 60
guerrilleros, sino que fue erradicado de Huancasancos y Sacsamarca."
La Dirección del Partido al disponer la respuesta especificó una
correcta política de diferenciar, ya que en el plan genocida de oponer
masas contra masas habían masas presionadas, que eran usadas como carne
de cañón y parapetos protectores por mesnadas y fuerzas represivas. Ahí
se planteó:
"Escoger los puntos más importantes…
golpear a los cabecillas principales, reducir el golpe, no es correcto
ir y matar a todos, eso es actuar en forma desesperada y darle en la
yema del gusto a la reacción" (39)
Bueno es precisar que nunca se dijo tocaran a mujeres, menos a menores
de edad, al contrario, la Dirección partidaria planteó reiteradas
directivas y orientaciones para su correcta aplicación:
"Reducir la punta de ataque y ampliar
el radio de acción. A los malvados aniquilarlos en la forma más
sencilla, expeditiva y menos cruel posible". (40)
"Los elementos políticamente ajenos. No ver tras todo discrepante o
capa intermedia a un traidor, podríamos ampliar el radio de ataque
demasiado" (41)
"… a los enemigos odiados del pueblo que tiene deudas de sangre con
quienes claman justicia liquidarlos; reducir radio de ataque sino
generarás acciones contraproducentes, esto es automático. Ver en las
ejecuciones si han cometido errores y analizar por qué" (42)
La política partidaria en los aniquilamientos selectivos que, dicho sea
de paso, ha sido un porcentaje largamente inferior dentro de las cuatro
formas de lucha, siempre fue coherente, clara y la Dirección del
Partido especificó según las circunstancias de desarrollo de la guerra
popular, ajustándose a una correcta política proletaria, tal es así que
los aniquilamientos anteriores al 3 de abril fueron rigurosamente
selectivos, un número muy reducido y ejecutado en Juicios Populares,
donde los campesinos movilizados políticamente y respaldados por la
guerrilla, ellos mismos agarraban a sus explotadores y sometían a un
juicio, en los que a menudo, debido al odio de clase centenariamente
contenido en éstas masas, menudeaban patadas, golpes, etc., sobre
aquellos, la Dirección Central incluso especificó: "Hacer una barrera
para que sean juzgados y a que el pueblo exprese sus agravios (si una
campesina lo escupe o cachetea es el exceso pero no permitir que lo
apuñalen), hacer el juicio y definida la sanción ejecutarla en la forma
más expeditiva, sin crueldad, porque eso es reaccionario, la sevicia es
reaccionaria" (43)
La situación varía al ingresar las Fuerzas Armadas y ante las bárbaras
matanzas que desatan usando mesnadas más masas presionadas organizadas
militarmente, para restablecer y defender el repudiado poder del
gamonalismo, ahí se da la polarización, donde el sector de los
campesinos conservadores o reaccionarios dirigidos por la Fuerza Armada
y el campesinado revolucionario bajo la dirección del Partido se han
enfrentado cruentamente, con las armas y medios con que disponían, en
éstas circunstancias el costo en ambas partes obviamente se ha
incrementado con una clara diferencia en la guía política que cada cual
aplicó: el Estado peruano, el Ejército y las mesnadas se guiaron por
una política genocida, y el PCP se ha defendido representando los
intereses de las masas, aplicando golpes selectivos a los
contrarrevolucionarios recalcitrantes, en los que hubo expresiones
aisladas de extremismo militarista burgués como excesos, absolutamente
al margen de la línea política del PCP, como el ocurrido en Lucanamarca
el 3 de abril del 83, como veremos más adelante. En síntesis, el PCP ha
aplicado abiertamente su política de golpes selectivos, no
indiscriminados, contra comprobados enemigos del pueblo y la
revolución, afirmando explícitamente que "en nuestra guerra
revolucionaria aplicamos y aplicaremos una política de prisioneros
lucha cual corresponde a las leyes de la guerra". (44) Asimismo en la
Sesión Ampliada del Comité Central del año 1985, se precisó que: "Debe reducirse el radio de ataque,
dividirlos y eliminarlos parte por parte, siempre aislar a los más
recalcitrantes". En febrero de 1991, en el II Pleno del Comité
Central se establece: "Apuntar a aniquilamiento
selectivo contra sus aplicadores del más alto nivel posible". En el mismo
año en Directivas de Mayo para Lima Metropolitana dispuso:
"Insistimos
en que no se debe golpear a los policías de calle, sino a los
especializados en acciones contrasubversivas. Aplicar la norma en el aniquilamiento
selectivo: primero a las Fuerzas Armadas (Marina, Ejército y Aviación),
Fuerzas policiales especializadas en acción contrasubversiva, a los genocidas, a todos los que tengan
deudas de sangre y a los torturadores, luego a las rondas, ahora
apuntan a organizarlas también en las ciudades. Aplicar diferenciación, apuntar a los más
recalcitrantes, volantear explicando por qué o dejar cartelones, hacer
pintas. Diferenciar cabezas negras de masas presionadas; aplicar doble
política, penetrarlas, socavarlas hasta insurrecionarlas; a las masas presionadas hacerles comprender
que las usan contra sus propios intereses, que trafican con su
desocupación, su hambre, sus necesidades para que actúen como
carne de cañón ante la carencia de soldados y policías" (Página 13)
Y en lo avanzado del III Pleno del Comité Central de 1992 se acordó la
supresión del aniquilamiento selectivo y ajustarse explícitamente al
artículo 3ero. de los Convenios de Ginebra.
Así, pues, la acción de respuesta en Lucanamarca, el 3 de abril de 1983
fue una acción defensiva luego del salvaje ataque de las Fuerzas
Armadas y sus fuerzas complementarias, las mesnadas, para restablecer
su caduco y odiado poder gamonal con horrorosas masacres y fue parte de
la respuesta a ese atroz ingreso y baño de sangre que desató en la
región de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac.
El 3 de abril se producen un conjunto de enfrentamientos de la
guerrilla con las mesnadas en Yanacollpa, Atacara, Cachua, Muylacruz y
Lucanamarca; siguiendo un plan operativo táctico que elaboraron los
mandos intermedios responsables de la zona, en aplicación de la
respuesta dispuesta por la Dirección partidaria, y dirigieron dicha
acción dentro del Plan Complementario del Batir II que aplicaba el
Partido y cuando el CCA se hallaba reunido. Los tres primeros lugares
son estancias donde los gamonalillos y campesinos ricos, principalmente
las cabezas de las mesnadas tenían una ganadería numerosa, como dijeron
los distintos "testigos" de ese distrito en el "Megaproceso": tenían
700, 800 y hasta más de 1000 cabezas de ovinos, además de vacunos,
llamas, y algunos poseían varias estancias, utilizaban pastores y
obviamente estaba defendida por grupos organizados, por que esperaban
la respuesta y ataque de la guerrilla después del restablecimiento del
viejo poder. ¿Sino para qué organizaron el sistema de vigilancia?;
entonces allí se produce los primeros enfrentamientos en las primeras
horas de la mañana. Los combatientes de la guerrilla eran esencialmente
campesinos pobres, constituían las fuerzas organizadas del Comité
Cangallo-Fajardo que el Partido dispuso convergieran para dar un golpe
contundente a las mesnadas de Lucanamarca, las más activas y agresivas
de la zona que servían al plan genocida que las Fuerzas Armadas y
mesnadas perpetraban impunemente y con total carta blanca, actuando con
una crueldad inaudita y entre cuyas víctimas figuraban los propios
familiares de algunos combatientes, que fueron quemados vivos, otros
destrozados, molidos a hachazos, pedradas, etc., entonces se puede
entender el profundo odio que sentían hacia las mesnadas y sería la
causa objetiva de por qué se presentó como un hecho aislado y exceso al
extremismo militarista. Los guerrillero no poseían muchas armas
moderna, sino armas elementales, "algunos tenían armas, algunos tenían
hacha, machete, palo, todos venía así con sus armas hasta con
cuchillo". "ellos andaban con carabina, con escopeta…" como han
declarado las autoridades del poder local en ese entonces, en el
Megaproceso. Esto explica que la lucha con las mesnadas, que movieron
masas presionadas, se ha dado con ese tipo de armas de ambas partes, en
la que han participado también mujeres.
Las mesnadas de la población de Lucanamarca se encontraban haciendo
trabajar la reparación de la carretera en el lugar conocido como
Muylacruz, por orden del general Noel, para el desplazamiento y
operativos del ejercito que era la real y verdadera finalidad, cubierta
por los denigrantes repartijas de alimentos, que era más simbólica, no
alcanzaba para todos, como dijeron las viejas autoridades en el
Megaproceso; la acción cívica la desenvolvieron para vender la imagen
de un ejercito bondadoso. Al ser informadas las cabezas negras que
ejercían de viejas autoridades. Organizaban el enfrentamiento contra la
guerrilla: envían un grupo de 15 integrantes de la mesnada para
enfrentarlos, se produce el choque en Ranracruz donde una parte es
aniquilada y la otra en el mismo Muylacruz. Otro grupo es enviado como
Comisión a Huancasancos para que informen y quien a las Fuerzas
Armadas. La mayor parte se desplaza a Lucanamarca donde se concentra
mientras envían mensajeros a los anexos para que acudan mesnadas en su
ayuda. Ponen en practica un plan de enfrentamiento hecho por el
Ejercito, como manifestaron las mencionadas ex-autoridades en el
Megaproceso: "Siempre nos decían, si viene cualquier cosa, suban (al
cerro Calvario) y de ahí se defienden, preparen piedras o cualquier
cosita y nos hemos juntado ahí", "dijimos allí vienen mas paisanos por
lo que todos íbamos a tener mas fuerza", "algunos valientes esperaron y
se enfrentaron", "en la parte de arriba esperábamos enfrentarnos con
palo y teníamos cuchillas y navajas", "de los anexos con huaraquitas
vinieron para defendernos". Lo que pretenden encubrir es que estaban
organizados y dirigidos por licenciados y contaban con las armas que
ellos mismos señalaron antes que la recogieron de las casas.
Cuando los combatientes guerrilleros ingresaron a Lucanamarca en las
últimas horas de la tarde se produce un violento enfrentamiento con las
mesnadas que usan a las masas presionadas para protegerse. Pensaron
rebasarlos y revertir el ataque de las guerrillas como sucedió en
Sancos con los milicianos el 16 y 20 de febrero: "Yo organice a la
gente, con honda nomás. Creíamos que solo 3 o 4 tenían balas, les
íbamos hacer gastar las balas para después atacar", "solo 4 o 5 tenían
metralletas" (declaraciones de Gualberto Tacas ex-alcalde a Revista
Caretas, abril 1983). Ni las cabezas negras, ni las Fuerzas Armadas se
imaginaron la magnitud del ataque, mas por el contrario, las mesnadas
estaban esperanzadas en que el Ejército llegaría en su auxilio. Las
mesnadas una vez vencidas y reducidas, y toda la gente reunida en la
plaza, son juzgadas, se aplica la política de diferenciarlos: "a las
mujeres las separan a un lado y a los hombres que estaban en la lista
negra nos llaman nombres por nombre" (Teófanes Allcahuamán,
Megaproceso); "¿habían hombres, mujeres y niños? Dijo: eran puros
hombres los que estaban de posición de cubito dorsal o boca abajo":
"¿Dónde estaban las mujeres y los niños del pueblo? dijo: estaban a un
lado" (Marcelino Casavilca, Megaproceso), que entre los que quedaron
"habían ancianos, niños yo misma estaba con mi hijo a la espalda, había
mucha gente del pueblo" (Edda Huaripaucar, Megaproceso). Las dos
personas citadas coincidieron en precisar que en la plaza de
Lucanamarca fueron muertos no más de 10 personas, solo hombres, al
resto se les dejó vivos, versión que confirma la declaración de la
ultima: que esperaron como dos días al general Noel con los 10 muertos
y en vista que no llegaba los enterraron. Así, en la plaza fueron
reunidas muchas personas, hombres y mujeres y los hechos prueban de
manera fehaciente que se aniquilo selectivamente, no a todos, ningún
menor ni mujer ha sido muerto en el mismo pueblo; el mismo Gualberto
Tacas dijo: que fueron separados "un humilde muchacho, otro humilde
muchacho, otro hombrecito", "de nosotros, a muy pocos han masacrado"
(Caretas, Ibíd.). Ante la población reunida la guerrilla explico las
razones de las respuestas contra las mesnadas y concluyó la acción,
procediendo a la retirada, en forma ordenada, como confirman las
versiones de Marcelino Casavilcas y Edda Huaripaucar en el Megaproceso,
coincidente con el reportaje ya aludido de Caretas, Abril 83: los
guerrilleros "se reunieron, vocearon sus números (del 1 al 32) y
abandonaron al pueblo", además dijeron que se fueron agitando sus
consignas. Todo lo demás son un conjunto de absurdas imputaciones, como
la temeraria afirmación sin pruebas, falsedad inmensa de que: "en los
instantes que las mujeres habían sido rociadas con kerosene para ser
quemadas" un niño grito "vienen los guardias" y eso les salvo a la
población de ser completamente masacrada. Imputan a la guerrilla, lo
que las Fuerzas Armadas y mesnadas si hacían, para desprestigiarla. Hay
evidencia de que las Fuerzas Armadas y mesnadas maquinaron las
versiones que debían darse torciendo los hechos en los llamados
testimonios, patraña desbaratada incluso porque en el reportaje de
Caretas hecho inmediatamente después de los hechos del 3 de abril, no
se mencionan para nada.
El Partido Comunista del Perú hizo un inmediato análisis de los hechos
en la II Sesión Plenaria del CCA, señalándose:
"Nos
hemos enfrentado a siniestra masacres: Huaychao, Uchuraqay, Huambo.
Lucanamarca y las hemos superado, hoy los combatientes están
ajustándoles las clavijas… Les están ajustando las cuentas a algunos
verdugos y si ha habido exceso ha sido eso, exceso". (pagina 322)
Y en julio de 1983, analizando la misma acción se dijo:
"…ayudar a comprender a las masa que
representamos sus intereses, los
extremos de matanza militarista no sirven a esto, sacar lección de
casos como Lucanamarca, en primer lugar no podemos dar razón a
la reacción, quienes actuaron deben
autocriticarse, nosotros apuntamos al 90% unido para defender al
pueblo".
Posteriormente, en noviembre de 1985, en la Sesión Ampliada del Comité
Central, nuevamente se evalúa esta acción armada en sus dos aspectos y
se plantea:
"El
Partido respondió golpeando contundentemente a la mesnada en
Lucanamarca, esto sofrenó a las mesnadas: este es el principal aspecto
de esta acción pero tiene también otro aspecto que es negativo: el
extremismo militarista. Hay otros casos de estos, por ejemplo
Soras, pero son casos aislados y productos de la desesperación. Lenin dice que uno en la acción armada
puede tener un margen de exceso pero el problema consiste en no
sobrepasar el limite, esto quiere decir no convertirlo en política
general" (pagina 22)
Así, se destaca su importancia política: el haber sofrenado y quebrado
el uso de menadas y formación de rondas, planes que tuvieron que
posponer. Se precisa su aspecto negativo: el exceso, el extremismo
militarista que nunca ha sido política general del Partido Comunista
del Perú.
Efectivamente, en los pueblos de la provincia de Huancasancos fue
derrotado el plan reaccionario de mesnada con los golpes dados a los
gamonalillos, cabezas negras, déspotas y mercenarios, la base social
del Ejército para lanzar al pueblo contra la guerrilla; esta situación
obligó a la Fuerza Armada de poner Bases Antisubversivas es Sancos y
Lucanamarca para mantener los restablecimientos y controlar
directamente a la población en los meses y los largos años siguientes;
pero si bien sometieron a las masas, procediendo con ferocidad como
fuerza de ocupación deteniendo, torturando, violando a las mujeres,
desapareciendo y asesinándolas, mediante ese terror blanco obligaron a
masas presionadas a hacer vigilancia día y noche, a participar en
operativos de pillaje y matanzas en los pueblos vecinos, usándolos como
escudos protectores y carne de cañón, así mismo obligaron a toda la
población a entregarles leña, carne, alimentos, etc. Sin embargo no
pudieron organizar los denominados "Comités de Autodefensa" (CADS),
sino recién en 1994 cuando les entregan armas, pero ese mismo año
apenas retiran las Bases antisubversivas se desintegraron y quedaron en
nada, lo que demuestra que las masas siempre estuvieron en contra de
ser usadas como mesnadas.
En síntesis, la contundente respuesta del Partido Comunista del Perú al
ingreso de las Fuerzas Armadas en la región de Ayacucho, Huancavelica y
Apurímac, llevando adelante el Gran Plan de Conquistar Bases en ésta
región y en todo el país, que implicó golpear los restablecimientos,
desarrollar cosechas y aplicar la defensa, desarrollo y construcción de
los Comités Populares, como expresión de las Bases de Apoyo, desbarató
sus protervos planes de barrer del mapa al Partido Comunista y destruir
la Guerra Popular y el Nuevo Poder, sofrenando su plan
contrarrevolucionario genocida de uso de mesnadas, de oponer masas
contra masas y la acción militar reaccionaria, siendo el golpe en
Lucanamarca el 3 de abril parte de ésta respuesta. Las imputaciones de
que éstas acciones era "represalias", "venganzas" o que "la finalidad
de dicha masacre fue dar escarmiento", demuestran una posición
estrecha, pues las sacan del contexto de la guerra que se estaba
desarrollando, y específicamente del hecho político y militar de fondo
que se estaba produciendo: restablecimiento y contrarrestablecimiento.
El hecho histórico real es que la guerra popular enfrentó y prevaleció
derrotando el plan de aniquilamiento que la Fuerza Armada elaboró en
defensa del viejo Estado de explotación y opresión. El Partido
Comunista del Perú respondió pasando a construir un Ejército
Guerrillero Popular de 3000 combatientes en tres fuerzas: Principal,
Local y de Base, incorporando milicianos y no obstante la matanza feroz
e inmisericorde que perpetró, la Fuerza Armada fracasó ruidosamente en
sus objetivos, la heroica guerra popular quebró su plan de uso de
mesnadas y formación de "rondas" a nivel nacional con que pensaban el
año 83 barrer cabal y completamente al PCP y acabar con la guerra
revolucionaria; las cabezas negras contrarrevolucionarias fueron
duramente golpeadas y aisladas y las masas expresaron resistencia y
rechazo al siniestro plan de mesnadas, por lo que tuvieron que
posponerlo hasta 1989 cuando las reimpulsan en un ámbito más amplio.
Es ante esa derrota política y militar, y desprestigio del Estado
peruano y sus Fuerzas Armadas, comprendiendo que no era tan fácil
derrotar a la guerra popular, prosiguieron su guerra
contrarrevolucionaria recurriendo al más negro, protervo e infame
genocidio, una de las más grandes infamias de la historia republicana
del Perú, con el apoyo de la ralea de cabezas negras y obligando a
participar a masas presionadas bajo el control, se lanzaron al más
inmisericorde aniquilamiento del campesinado y la destrucción de
comunidades y pequeños poblados.
El 4 de abril del 83, un grupo de cabezas negras en Lucanamarca se
ensañan y asesinan cruelmente a los padres de Olegario Curitumay, con
odio ciego y rabioso continúan, ellos sí con la venganza; según la ya
citada Carta de Amnistía Internacional al Presidente Belaúnde, del 4 al
10 de abril masacraron a 69, el 6 de abril las fuerzas represivas y
mesnadas de Lucanamarca se ceban con la Comunidad de Espite, "a raíz
del cual se produce una considerable pérdida de vidas", "además de los
305 guerrilleros que se informa fueron muertos en el mes de mayo por el
Comando de Ayacucho, se dice que 70 fueron muertos en Sacsamarca en un
mismo día (21 de mayo)", "que entre el 6 de mayo y 8 de junio de 1983
murieron 374 terroristas".
Algunos de esos hechos del irrefrenable baño de sangre de ese periodo.
Recién hoy se están dando a conocer a la opinión pública, en "Qué
hacer" de marzo-abril 2006, se informa: "En 1983 se produjo en Umasi
una masacre de comuneros, profesores y alumnos, provenientes de las
comunidades aledañas (entre ellas Arcaya) a manos de patrullas del
Ejército", "… fueron sorprendidos por una patrulla militar. Ninguno
sobrevivió al ataque. Según testigos hasta ahora se encuentra una fosa
común con 41 cadáveres detrás de la escuela del pueblo". Esta y otra
innumerables masacres hasta hoy impunes, demuestran cómo la guerra
contrasubversiva se guió por una política genocida de exterminio.
Y el genocidio continuó insaciable no sólo en Ayacucho, en sus
frustrados afanes de aislar a las guerrillas de las masas campesinas,
pobre en especial, se extendió en todo el país, y la reacción armada se
cebó hasta el hartazgo con la carne y sangre del pueblo desarmado,
expresando características macabras.
Los siguientes ejemplos que señalamos, ilustran muy expresivamente cómo
procedieron las Fuerzas Armadas en su guerra contrasubversiva: El
General Luis Cisneros Vizquerra declaró "tendrían que comenzar a matar
senderistas y no senderistas porque esa es la única forma cómo podrían
asegurarse el éxito. Matan sesenta personas y a lo mejor ahí hay tres
senderistas". Lo dijo durante el año 82, antes de que ingresaran
directamente. Cuando lo hace, dentro de la larga lista de innúmeras
masacres figura el genocidio de Accomarca, donde asesinaron 90
campesinos incluidos ancianos, niños y mujeres, a ellas las violaron
salvajemente, a todas, y luego de encerrarlas en casas diferentes a
cada grupo mataron a todos con disparos, después quemaron las casas con
los muertos adentro y a los bebés los arrojaron en medio del fuego. Al
final celebraron haciendo fiesta. El perpetrado directo del abominable
y horrendo hecho: Telmo Hurtado, declaró con total desparpajo ante la
llamada "Comisión Investigadora del Senado": "Yo la considero
correcta", "uno no puede confiar en una mujer, un anciano o un niño…
los (terruños) comienzan a adoctrinar desde los dos años, tres años,
llevando cosas, poco a poco, a fuerza engaños, de castigos, van
ganándolos a su causa". Años después, su "valentía" y "heroísmo" fue
premiado con la impunidad, el ascenso y la protección del Estado.
Igualmente fueron premiados muchos otros mandos genocidas, lo que
prueba claramente que se esmeraron en cumplir muy bien las órdenes y
los planes genocidas del Estado y por ello el reconocimiento.
El Estado peruano se ha opuesto reiteradamente a que la auténtica
verdad histórica de los hechos sea conocida, para encubrir su política
genocida aplicada por las Fuerzas Armadas, Fuerzas Policiales y Fuerzas
Complementarias, y para imputar al Partido Comunista del Perú de
"terroristas", "principal perpetrador de crímenes y violaciones de los
derechos humanos", etc. Con ese propósito creó por decreto la llamada
"Comisión de la Verdad y Reconciliación", la que se convirtió en el
cerebro de la manipulación y tergiversación de los hechos acontecidos.
En el caso específico de Lucanamarca recogió sólo los testimonios de la
parte de la mesnada y los familiares de los fallecidos el 3 de abril,
los editó de acuerdo a cómo le convenía, e ignoró los de la parte
contraria, silenciando todo el genocidio que las Fuerzas Armadas y
mesnadas hacían desde comienzos del año 83 en la zona y luego
continuaron.
Parte de esta confabulación y manipulación de hechos es el show montado
con los desentierros en noviembre del 2002, traficando con el burdo
argumento de que: "El proceso de búsqueda, recuperación, identificación
y restitución a sus familiares de restos de víctimas exhumados de fosas
clandestinas, está comprendido dentro del mandato de la Comisión de la
Verdad y Reconciliación", que "es conveniente entender el significado
religioso y social que ésta tarea reviste para los familiares de las
víctimas que durante años han vivido un largo y distorsionado duelo,
cubierto de una cruel incertidumbre creada por las ansias de saber si
esos restos son de sus seres queridos, para así poder darles sepultura
y procesar su muerte", como ha escrito en su folleto "LUCANAMARCA: una
terca esperanza" y bajo el fatuo título "Desenterrando la Verdad".
No hubo ninguna fosa clandestina de quienes murieron ese 3 de abril,
todos fueron enterrados por sus propios familiares conforme a sus
tradiciones y costumbres, por tanto, sabían exactamente de la ubicación
de los restos de cada fallecido, lo que ha sido confirmado en el
Megaproceso, con las declaraciones de la Señora Heráclides Misaico,
ella dijo que enterró en Llachua a sus muertos, y la Señora Adda
Huaripaucar declaró: Después de esperar dos días al General Noel, en
vista que no llegó enterraron a los 10 muertos en el cementerio de
Lucanamarca. La propia denominada CVR, contradiciéndose, ha registrado
en el mismo folleto: "Las autoridades locales junto con los
sobrevivientes y los familiares de las víctimas procedieron a enterrar
los restos en los lugares donde ocurrieron los hechos", así mismo, el
perito Estrada Moreno en el Megapoceso dijo: "ese enterramiento no fue
realizado por los que realizaron éstas acciones sino por los
familiares… hubo allí un enterramiento cuidadoso". Sí existen en
Lucanamarca y en los demás pueblos de la provincia de Huancasancos
multitud de fosas clandestinas de los asesinados y desaparecidos por el
Ejército y las mesnadas, cuya ubicación hoy se conoce por las denuncias
de las propias masas, pero a la llamada CVR no le interesó investigar,
identificar y restituir esos restos a sus familiares.
Por todo ello, el espectáculo montado con la exhumación, filmaciones,
misa, entierro, incluido el hipócrita perdón de Toledo, cuando en enero
del 2003 viajó expresamente para el entierro de esos restos, y prometió
construir aulas de la escuela que nunca cumplió, no ha sido sino un
artero uso político, con gran cobertura de los medios de información,
maquinado para generar opinión pública en contra del PCP, imputándole
haber realizado "matanzas indiscriminadas" de la población "por
venganza" y "para dar escarmiento".
¿Pero qué han podido demostrar con todo el despliegue pomposo que
hicieron con ese equipo denominado "Plataforma Conjunta de Trabajo en
la Investigación de Fosas Comunes" que realizaron todo su trabajo en
cinco días, del 9 al 14 de noviembre del 2002, no en dos semanas como
dijo el perito Estrada en el "Megaproceso"? nada que pruebe las
imputaciones. Han desenterrado los restos de sesenta y dos personas, de
los que, el tiempo que habría transcurrido, desde que murieron, "es
relativamente difícil de establecer", según el mismo perito, por
ejemplo, no es posible diferenciar la temporalidad de si esos restos
son de los hechos del 3 de abril o pueden ser de las matanzas
perpetradas por el Ejército o las mesnadas ocurridas en fechas
inmediatamente anteriores o posteriores, teniendo en cuenta además,
según el propio perito, debido al ritual del tullo pallay que practican
los comuneros, los huesos hallados están mezclados con huesos de
entierros realizados en diversas etapas de la historia de Lucanamarca.
Todo lo que han hecho es describir dónde fueron recogidos y las
circunstancias y condiciones en que se encontraron un conjunto de
restos y osamentas, a los que les han dado una identificación
esencialmente tomando la información del recuerdo de los familiares
respecto a al ropa con que fueron enterrados. Así, no hay nada con base
científica que lleve a confirmar y probar que los restos encontrados de
niños, mujeres y ancianos corresponden a los que murieron ese 3 de
abril; la farsa de los desentierros bajo el tráfico de que es "un
primer paso en la búsqueda de verdad, justicia y reconciliación" ha
sido arteramente manipulada por la llamada CVR para presentar como
pruebas de la imputación contra el Presidente Gonzalo, y el Comité
Central del PCP, el haber "decidido y planificado" el aniquilamiento de
toda la población de Lucanamarca, por tanto, recomendaron que "al abrir
juicio a los responsables de ese delito, allí donde fuera posible,
sería un segundo paso", salta el verdadero interés de fondo, pues,
basándose en ese informe, después de más de 21 años de ocurridos los
hechos, recién hicieron la denuncia penal, el autoapertorio de
instrucción y luego la acusación fiscal, cuando ya la acción penal ha
prescrito por el tiempo transcurrido.
IV.- HOMENAJE A LOS HÉROES DEL PUEBLO
Desde 1980, la lucha popular se elevó a un nivel nunca antes visto, la
Guerra Popular, en esencia una guerra campesina bajo dirección
proletaria, movilizó e incorporó a miles de mujeres, hombres, jóvenes,
transformándose en el más grande movimiento social revolucionario de la
historia peruana. Asumiendo "La rebelión se justifica", el pueblo,
principalmente el campesinado pobre, si irguió como un gigante con
fuerza colosal, rompiendo cadenas, conquistando la tierra, barriendo la
servidumbre e ideas de sumisión y servilismo, mostrando la caducidad y
fragilidad del Estado y sus fuerzas represivas, y privándolas de
iniciativa durante más de una década, empezando a construir en los
Comités Populares la nueva sociedad, cuyo miel empezó a saborear y sus
frutos a cosechar. Guerra Popular que ha aportado e inspirado a los
revolucionarios del mundo.
En el curso de este proceso, nuestro pueblo ha dado muestras de inmenso
coraje, sabiduría e iniciativa para enfrentar los fracasos y dolorosas
pérdidas, y secándose las lágrimas, limpiándose las manchas de sangre
ha enterrado a los caídos, volviendo a luchar con redoblado vigor,
confiando en sus propias fuerzas para recuperar lo perdido, una y otra
vez.
Esa incansable brega y sangre derramada no ha sido ni será estéril, ha
hecho avanzar el Camino Democrático y nos ha aproximado más aún a la
verdadera e inevitable emancipación. Su ejemplo, experiencias y
lecciones son la base, el cimiento del futuro.
La pléyade inmarcesible de comunistas, combatientes e hijos del
pueblo, sin temer prisión, torturas, destierro y la propia muerte, ha
desplegado su heroísmo y lo ha transformado en una llameante y roja
bandera que flamea, convocando, enseñando el camino. Destacamos el
glorioso ejemplo de la camarada Norah, la más grande heroína del
Partido y la Revolución, y el de miles de héroes, principalmente
campesinos pobres que han entregado sus vidas en aras del interés del
pueblo.
Al rendirles nuestro solemne homenaje les agradecemos haber podido
combatir junto a ellos, aprendiendo de su desinterés absoluto y su
entrega sin límites, de su optimismo y firme convicción en el futuro,
sirviendo de todo corazón al pueblo. Debemos seguir siempre el camino
luminoso por ellos abierto. Lamentamos hondamente la pérdida inevitable
de vidas que la guerra popular ha significado para las dos partes en
contienda, con el consiguiente sufrimiento y dolor para familiares y
amigos.
Causa dolor que sin embargo la emancipación del pueblo se haya
postergado una vez más, no obstante, esas dos décadas de guerra popular
han avanzado en la destrucción de la semifeudalidad, que ya no será
como lo fue en el siglo XX, aunque subsista el carácter semicolonial
que se ha acentuado, pero el desarrollo general de la conciencia
política del pueblo potencia su espíritu antiimperialista, rechazando
principalmente a la superpotencia hegemónica única como enemigo
principal de los pueblos del mundo; y en cuanto al capitalismo
burocrático que se desenvuelve agrilletado a la semifeudalidad y
sometido a la semicolonialidad está avanzando aunque las masas rechazan
el neoliberalismo, causante de creciente desocupación y exigen sus
derechos y demandas sociales. La lucha de clases de las masas contra
las tres montañas y el camino burocrático continúa en las nuevas
condiciones, es que éste camino evolutivo, antipopular, por su carácter
de clase, jamás resolverá los problemas y demandas del pueblo, en tanto
el camino democrático no logra concluir la tarea del cambio del modo de
producción y transformación de la sociedad, si no ¿qué ha hecho, pues,
el Estado peruano por la reconstrucción post-guerra de los pueblos en
las zonas donde se desarrolló el conflicto bélico? ¿Y qué por la
reconciliación?
En julio de 1993, en el marco de la Ronda de Conversaciones para un
Acuerdo de Paz, el Presidente Gonzalo y camarada Míriam en el
documento: Lineamientos para "Documento de Bases para un Acuerdo de
Paz" que presentó al Estado, plantearon entre otros puntos.
"10. Conforme la paz vaya
restableciéndose la legislación debe ajustarse al más estricto respeto
de los derechos fundamentales, tanto de la persona como los económicos
y sociales; así mismo atender las demandas del pueblo por democracia y
desarrollo, fundamentalmente sus demandas básicas. Plan Especial de
Desarrollo para las zonas afectadas por la guerra que beneficie
principalmente al campesinado, a las masas pobres de las barriadas y a
los trabajadores, prestando atención sustantiva a los inválidos,
huérfanos y viudas de guerra".
Pero no se llegó a ningún Acuerdo de Paz, principalmente por
responsabilidad del Estado peruano, no obstante que era una necesidad
insoslayable para el pueblo, la nación y la sociedad peruana en su
conjunto. Y desde entonces, no obstante los largos años transcurridos,
nada importante se ha hecho por esos pueblos, y la dura realidad de
esas zonas es registrada actualmente incluso por los medios de prensa
que están lejos de ser revolucionarios. En "Qué hacer", número 159,
marzo-abril 2006, hay reportajes sobre la situación actual de diversos
pueblos del centro-oeste de Ayacucho, como Umasi, Arcaya, Canaria y
Cayara en Víctor Fajardo, y del Norte, en Huanta: Uchuraqay, Huaychao,
Macabamba, Tupín, Cunya, Huaynacancha, etc., que como fueron siempre
"siguen abandonados a su suerte". De los distritos de Canaria y Cayara,
donde el Ejército perpetró masivas y bárbaras matanzas como ya
señalamos, dice: "A pesar de todos los hechos de violación de derechos
humanos (por las FF.AA.), los casos de desaparecidos y la destrucción
de casas y bienes de esos pobladores están plenamente comprobados, a la
fecha los deudos y habitantes… no han obtenido la justicia que esperan
ni dinero para reparar los daños ocasionados", sino que ellos mismos
por iniciativa y acción comunal mediante faenas colectivas,
reconstruyen servicios, levantan colegios y hasta es la Municipalidad
la que paga los sueldos de los profesores para que puedan estudiar los
hijos de los comuneros. En toda la zona alta de Huanta, esos pueblos
que fueron usados como carne de cañón, enfrentándolos pueblos contra
pueblos en la guerra contrarrevolucionaria, "se sienten abandonados por
el Estado, a pesar de que sus padres habían sacrificado sus vidas
defendiéndole" (Ibíd.). Igual que antes del inicio de la guerra
popular, hoy en la post-guerra, continúan subsistiendo al margen del
Estado, bajo el poder local, practicando incluso sus propias manera de
"justicia comunal" de contenido feudal. Asimismo en "El Comercio" del 4
de octubre del 2003, hay un reportaje sobre Lucanamarca: "Viaje a la
tierra del olvido", donde registran la pobreza extrema y abandono en
que vive la población de éste distrito y sus ocho anexos.
En la actualidad, la situación general de las masas en los pueblos del
campo ayacuchano no es distinta a la realidad de los pueblos
mencionados. Pero hay otro aspecto que registramos y destacamos: Con el
proceso de la Guerra Popular se ha producido un logro principal y
trascendental, se ha desarrollado su conciencia política,
principalmente de las masas pobres del campo, y ellas hoy vienen
desenvolviendo un conjunto de luchas demandando al Estado peruano
atención a sus derechos fundamentales, en que también las mujeres
campesinas son parte activa e importante como registra la citada
revista "Quehacer": "Desde la época de la violencia las mujeres han ido
asumiendo otros roles", pasando a desenvolverse incluso como dirigentes
comunales. Es que si bien la epopeya de la guerra revolucionaria
campesina avanzó en destruir las bases semifeudales, ésta sigue siendo
el problema básico de la lucha de clases en el campo, subsistiendo el
problema de la tierra, las formas serviles evolucionando a nuevas
modalidades y el gamonalismo crecientemente cuestionado; con una mayor
penetración del capitalismo burocrático y del imperialismo en el agro.
Así, contra el sistema de explotación y opresión, las masas exigen
Democracia y Desarrollo, atención a sus necesidades básicas: vivienda,
trabajo, alimentación, salud, educación, agua potable, luz eléctrica,
carreteras, apoyo a la producción agrícola, mejores precios, promoción
y transporte de sus productos a los mercados, etc.
Es cierto que el Estado y diversas ONGs se han visto obligados a
desenvolver acción cívica y planes en esas zonas que, al fin y al cabo,
son el subproducto de la revolución. El Partido y la Guerra Popular han
obligado a que los gobernantes y las clases explotadoras para
combatirlo tengan que preocuparse y hablar del campo, haciendo promesas
y ofrecimientos que generalmente han quedado en palabras; asimismo, en
función de votos, se hacen planteamientos y propuestas por los
distintos partidos políticos de la gran burguesía en cada proceso
electoral, como sucedió en las últimas elecciones y como también ahora
se viene haciendo, desde su posición e interés de clase, y todo eso
sólo demuestra la existencia invariable de la explotación y opresión en
que viven las grandes mayorías y el secular abandono, hambre, miseria,
ignorancia y atraso en que son hundidas, las causas objetivas
planteadas por el PCP para el inicio de la Guerra Popular, problemas y
demandas fundamentales hasta hoy insatisfechas, más aún con mayor
agravamiento en medio de una grave crisis social e incremento de la
pobreza y pobreza extrema. En el proceso de revertir los logros y
avances de la guerra popular, restableciendo el viejo poder
desprestigiado y rechazado por las masas, pasaron a aplicar algunos
planes como el Programa de Apoyo al Redoblamiento (PAR) promoviendo el
retorno de algunos grupos desplazados, como los de Uchuraqay y otros,
construyendo casas de adobe sólo para un sector de los pobladores,
servicios higiénicos y posta médica, o como recientemente habilitaron
luz eléctrica y teléfono en Huaychao; pero como informa la referida
revista, no tienen cómo pagar el consumo, a más que la mayoría de las
casas y hasta los locales comunales "no tiene luz porque a pesar de que
hay energía eléctrica, no hay enchufes ni focos". En Lucanamarca, el
2003 el gobierno ofreció ventanas y techos solamente para 30 familiares
directos de los muertos del 3 de abril, pero a condición de que
construyan la casa previamente cada quien con sus medios, incluso
viudas y ancianos, sin tener recursos ni apoyo de ningún tipo; allí
últimamente, según Caretas del 6 de julio del 2006, con ayuda alemana
inauguraron una panadería y se ha dicho que "Es una manera de asegurar
los ingresos económicos de las familias de Lucanamarca". Solo llevan
migajas a todos esos pueblos que en absoluto son solución a sus
necesidades y demandas fundamentales, constatándose igual que antes y
siempre, que el sistema imperante es una falsa democracia, de falsos
derechos y libertades, de falsa preocupación por las necesidades
elementales del pueblo, y de real opresión y explotación al servicio de
las clases explotadoras, y del amo imperialista principalmente yanqui.
Pero además ha registrado un hecho político de importancia y palpitante
actualidad, que no es solo de Lucanamarca sino un problema general de
todas las zonas donde se ha desarrollado la guerra, y por tanto un
problema de la sociedad peruana en su conjunto: "La estructura social
del pueblo esta resquebrajada, enfrentada desde aquel mes de abril por
resentimiento y sospechas entre las familias - quiénes estaban con los
terrucos, quiénes no, quiénes motivaron la tragedia - y una noción de
autoridad debilitada en medio de la pobreza". Así, esta a la orden del
día la necesidad de solución política, amnistía general y
reconciliación nacional.
Setiembre del 2006.
NOTAS:
(1) Desarrollar la Guerra Popular sirviendo a la Revolución Mundial.
PCP, Agosto 1986.
(2) II Carta del presidente Gonzalo y camarada Miriam al presidente
Fujimori. Julio 1993.
(3) Desarrollemos la creciente protesta popular. PCP Setiembre 1979.
(4) Contra las ilusiones constitucionales y por el Estado de Nueva
Democracia. PCP, Abril 1978.
(5) Bases de discusión. PCP. Revolución Democrática.
(6) Ibíd.
(7) Ibíd.
(8) Ibíd.
(9) Ibíd.
(10) Desarrollemos la creciente protesta popular. PCP, Setiembre 1979.
(11) Somos los iniciadores. I Escuela Militar, 19 de abril de 1980.
(12) Bases de discusión. PCP. Línea Militar
(13) Bases de discusión. PCP. Revolución Democrática.
(14) Bases de discusión. PCP. Línea militar.
(15) Ibíd.
(16) Ibíd.
(17) Ibíd..
(18) No votar: sino generalizar la guerra de guerrillas para Conquistar
el Poder para el pueblo. PCP, Febrero de 1985.
(19) Desarrollar la Guerra Popular sirviendo a la Revolución Mundial.
PCP, agosto 1986.
(20) Bases de discusión. PCP. Línea militar
(21) II Sesión Plenaria del CCA ( II SP del CCA), PCP, Enero - 1983
(22) Ibíd.
(23) Ibíd.
(24) CVR, Tomo I, Páginas 259.
Sesión Ampliada del CC. PCP, Noviembre de 1985.
(26) Quehacer 159, Marzo - Abril 2006, páginas 43 - 44.
(27) CVR, Tomo V, pagina 131.
(28) El Comercio, 24 de Enero de 1983.
(29) El observador, 7 de Febrero de 1983 (entrevista Virgilio Roel).
(30) II SP del CCA.
(31) Acta 38º del Megaproceso, de 3 de Abril del 2006.
(32) Acta 38º Ibíd..
(33) CVR, Tomo V, página 71.
(34) Acta 38º del Megaproceso.
(35) CVR, tomo V, página 73
(36) Desarrollar la Guerra Popular sirviendo a la Revolución Mundial.
(37) CVR, Tomo V, pagina 72.
(38) II SP del CCA
(39) Ibíd.
(40) Ibíd.
(41) Ibíd.
(42) Ibíd.
(43) Ibíd.
(44) Desarrollamos la Guerra de Guerrillas.
Fuente: www.megaproceso.com