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POEMAS DE LAS PRISIONERAS DE GUERRA DE CHORRILLOS (Agosto de 2005):
A LA ORILLA
POR JENNY
A la orilla de la vida los pasos pesan como piedras. andar de espaldas a la puerta de partida, un corazón se niega. Andar de frente a la vida colectiva, un corazón palpita; cubriéndose de esperanzas de humanas entregas. Podría cantar a capella combatiente con el buen compañero que levanta banderas en el alma, o podría ser martillo en la mano que trabaja. A la orilla de la vida un camino nos espera. Andar podría con la multitud entera, con la sonrisa a cuestas hasta encontrar el alba donde crecen los trigales como columnas vertebrales de una nueva tierra, para los niños que vengan.....
ERES UNA IMAGEN INDELEBLE
Mujer la vivacidad de tus ojos profundos forjados en espíritu de lucha bajo las cejas timidonas de tu hermosa frente limpia despiertan la sonrisa exigente de tu tierna boca de uno plena de amor y despliegan el fructuoso pasado de un brillante porvenir en tu presente de combate. Ya el agitado mar de tu cabellera castaña nacida trenza constelación dorada, onduló la luz en los pasos de tus hijas abrigó los labios de papá y es hoy plateado curso de imborrable ejemplo de batallar sin fin. Sola te empinaste sobre el gris de desventuras arrollando avatares con permanente optimismo hasta conquistar la grandeza de la madre ejemplar la esposa y la mujer del pueblo. ¡Qué hermosa eres pequeña mujer hermosa!
LA CANASTA DE JUANA
Alborozada, preocupada sus huellas estampaba en su camino Juana sujeta a su antebrazo forjado estaba el símbolo de su supervivencia el símbolo del alimento y vida de sus hijos:
Vieja hecha de paja de caña de cereal y como reto del cotidiano vivir llenarla era su meta pero como dé sueños ella no vive conformarse era contar con un pan sumergido en su inseparable canasta, traerla vacía era el mayor de sus temores por eso cuando sus ojos veían rayar la luz del día, lo primero que hacia era aferrarse a ella, contar los pocos centavos que le quedaban en el bolsillo de su mandil y pensar en sus hijos cómo llenar sus barriguitas. Sonaba irónico para Juana cuando por ahí, todavía repicaban el dicho: "que cada niño viene al mundo con un pan bajo el brazo"; eso ya pasó a la historia, migajas es lo que nos dan, decía. Y así transcurrieron todos sus años de vida, desde muy púber aún aferrada a su canasta. Entonces yo me pregunto ¿Cuántas Juanas habrá en el mundo? con certeza digo que un inmenso mar de Juanas llenar no pueden sus canastas y como si poco fuera muchas ni canastas han conocido, y en abismal diferencia a vista y paciencia de todos los ojos pocas, pero muy pocas canastas rebalsan, y llenas están de los mejores manjares del planeta. Pero como todo no es duradero en esta vida, llegará el día en que muchas canastas vacías no habrán pocas llenas de manjares, tampoco sólo una habrá justa, equitativa, según necesidad y que impresa llevará en su corazón: "La canasta de Juana".
LLEVAMOS A MARCELA
Llevamos a Marcela y su fusil. era un sol de día ocultando su dolor. Ella era nuestra de donde tres surcos son amor tierra alimento trigo y tormento. De los de choza y tapial de aquí donde se empuña la pena sin tregua y sólo se ríe de esperanza. De ahí a donde por el voto llegan a traficar con el musculoso sudor que carga y carga y no descansa. De donde cae el sol apagando a los hombres acallado sustento puesto al margen los del sara al agua del suelo y pellejo comedero sin mesa y puro fogón de champas aporte de las punas Donde silbó el viento rojo Llamándote levantándote rebelándote brincaba ella de contento yendo al bienestar de sus combates colmada convicción de su frescura. Hermosa grana de los cerros proletarios cantaba ¿Y quién dice que no es un canto el zapato en el pecho del que oprime explota y manda a los de abajo? Partida fue su juventud por el río negro: ciega constante afanosa en arrollar combatientes no quebrantó su ejemplo y sus carnes ¡Tierra! y sus huesos ¡Nación! y su sangre ¡Meta!
SEGUIR EL EJEMPLO
Hermana, madre, compañera de lucha mujer de combativa casta, almas de fuego tus mejores hijas ya irrumpieron en la historia pléyade inmarcesible, luz de tu marcha desbrozó el camino, abatió las sombras izaron decididas estandarte triunfal arrancaron victorias atizaron la hoguera. La terneza de su entrega acaricie tu resuelto despertar, vital tu vigoroso renacer, levanta la mirada yergue el pecho eleva tu voz impulsa las olas agita la espuma agita las olas una tras otra.... y otra nosotras, vosotras por la emancipación verdadera ¡A conquistar tus derechos mitad del mundo! ¡No a la doble opresión! funde tus bregas a tu clase sigue su rumbo construye su vanguardia ¡Plasma el mañana!
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