CORREPI – BOLETÍN INFORMATIVO
Número 453 – 11
de noviembre de 2007
SUMARIO
1. El estado sigue matando pobres:
35 muertos en el penal de Santiago del Estero.
2. Más facultades represivas
con el nuevo código de faltas de San Juan.
3. Los amigos de Somohano.
4. Policías de la 1ª de Ensenada golpearon a cuatro
jóvenes.
5. Pasaron las elecciones, liberaron a
Varizat.
6. Se viene en Lomas otro juicio a la
tortura.
7. Próximas actividades.
EL ESTADO SIGUE MATANDO
POBRES: 35 MUERTOS EN EL PENAL DE SANTIAGO DEL ESTERO
Como hace
dos años en la unidad 28 de Magdalena, 33 presos murieron como consecuencia de
un incendio en el pabellón 2 de la Unidad Penitenciaria Nº 1 de Santiago del
Estero. El fuego se originó pasadas las 18:00 cuando los presos, hartos de la
violencia con que el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) lleva a cabo las
requisas a los familiares durante las visitas, comenzaron a quemar colchones a
modo de protesta. El reclamo también tenía también como objetivo exigir la
aceleración de las causas de los internos procesados, mejoras en la alimentación
y de las condiciones de detención en un penal con capacidad para 200 personas y
donde se encontraban alojadas más de 450.
Con la complicidad de los medios de comunicación, desde
el gobierno se instaló en la opinión pública que la “tragedia” fue consecuencia
de un intento de fuga frustrado por el servicio penitenciario y que los presos
amotinados fueron los responsables de sus propias muertes. A pesar de que las
imágenes de los noticieros mostraron al pabellón completamente quemado y con los
candados cerrados en las puertas, ningún periodista puso en cuestión el rol del
SPP en las muertes, avalando la hipótesis de que los presos se mataron entre
ellos y que, como en Magdalena, los penitenciarios no pudieron hacer nada
para evitarlo. La represión continuó dentro del penal hasta la tarde del
día siguiente. Los presos denunciaron que el SPP disparó balas de goma y de
plomo a los internos que seguían amotinados.
En las inmediaciones del
penal, los familiares de las víctimas comenzaron a reunirse para exigir
información sobre la nómina de muertos y heridos. La respuesta del gobierno fue
la represión: 300 policías del Grupo Especial para Tareas y Operaciones de Alto
Riesgo (GETOAR), de Infantería, de la División Canes y de distintas comisarías
rodearon el penal y dispararon balas de goma y gases sobre los familiares.
Pasaban las horas, e incluso antes de que se informaran oficialmente los nombres
y el número de muertos, el gobernador Zamora –que mantiene una excelente
relación con el gobierno nacional- dijo textualmente estar “a disposición de lo
que soliciten en el penal. Tenemos un stock de 100 cajones (en referencia a los
féretros) pero no creo que hagan falta tantos”. Toda una muestra ejemplar de
“sensibilidad” del jefe de gobierno provincial, que no garantiza la vida de las
personas bajo custodia del estado, pero sí una cristiana sepultura.
Funcionarios del gobierno provincial aparecieron en los
medios balbuceando la hipótesis del intento de fuga. “Se trató de un motín con
intento de fuga que se originó en el pabellón 2 donde hay 42 internos
procesados”, explicó el director del penal Rodolfo Camaño, quien conociendo ya
la magnitud de la masacre, optó por decir que todavía no se atrevía a hablar de
personas muertas. De lo que sí estaba seguro Camaño es que “ninguno pudo
fugarse”. La efectividad ante todo: que estén vivos o muertos es un detalle
menor para este funcionario; lo importante es que no se fuguen. Cuarenta y
ocho horas después de la masacre, Camaño era destituido por decreto de su cargo
y los medios no dudaron en hablar de “víctima política” al referirse al ahora ex
director.
La justicia santiagueña, en sintonía con la versión oficial y
en otra clara muestra de su “independencia” del poder político, adhiere a la
hipótesis de que los presos se mataron entre ellos. “Entendemos que hubo un
claro intento de fuga que terminó en motín, que a su vez encontró a los presos
prendiendo fuego todo a su paso, lo que les ocasionó la muerte, cayendo ellos
mismos en una trampa mortal”, dijo el juez Ramón Tarchini negando, de esta
forma, cualquier tipo de responsabilidad del SPP.
La secretaría de
derechos humanos envió dos psicólogos que se dedicarán a la contención y
asistencia de los familiares de las víctimas… y a desarticular o encausar, en
beneficio del mismo estado asesino, cualquier tipo de organización o
confrontación de los familiares de las víctimas.
Las masacres en penales se
suceden una tras otra (Córdoba, 5 muertos; Coronda, 14; Magdalena, 33
y 35, por ahora, en Santiago del Estero, por citar las más recientes y
numerosas- y la comisión interamericana de derechos humanos instó, una vez más,
al gobierno a que “investigue el incendio y tome recaudos para evitar que tales
hechos de violencia y pérdidas de vidas humanas se repitan en el futuro”. Pedido
que no pasa de ser una mera formalidad y no revierte las condiciones inhumanas
de reclusión en las cárceles de todo el país, como lo demuestran los hechos, con
cárceles superpobladas, nichos hidrantes que no funcionan, penitenciarios que
matan o dejan morir a los internos.
Ni tragedia, ni deuda de la democracia, ni defectos del
sistema que aún no se han podido corregir: el encierro, el hacinamiento, las
torturas y el asesinato de pobres es la política de derechos humanos que
implementa el gobierno de turno y que sus policías ejecutan
cotidianamente en las cárceles, en los barrios, en las comisarías.
MÁS FACULTADES REPRESIVAS CON
EL NUEVO CÓDIGO DE FALTAS DE SAN JUAN
Desde hace más de cuatro años que,
cada vez que la Corte Interamericana de DDHH nos pregunta cómo avanza el
cumplimiento d ela sentencia en el Caso Bulacio, tenemos que contestar lo mismo:
NO AVANZA, RETROCEDE. Porque, además del incumplimiento obvio que surge de que
el comisario Espósito sigue tranquilo en su casa sin sentencia, y que la policía
nos mata pibes todos los días, en forma permanente se incrementan también
en todo el país las facultades policiales para detener personas arbitrariamente.
Con la mentirosa excusa del
"combate al delito", como si se desbarataran bandas de narcos levantando
adolescentes por docenas en las esquinas, la leyes dan a las fuerzas de
seguridad herramientas como la averiguación de antecedentes o los códigos
de faltas y contravenciones, que les permiten detener a cualquiera en cualquier
lugar, sin expresar siquiera un motivo. Total, una vez en la comisaría, y
generalmente un buen rato después de la detención, cuando dejaron de pegarles o
mientras les pegan otros, llenan un par de planillas asentando que el
"individuo tuvo una actitud esquiva al divisar a los efectivos" o que
"aceleró el paso", o simplemente la infalible afirmación de
que "incurrió en una actitud sospechosa".
Total, si el "demorado" tiene la
peregrina idea de denunciar la privación ilegal de libertad, la extorsión que le
hubieran hecho para sacrale plata bajo amenaza de armarle una causa o las
torturas, siempre hay un juez a mano que dictamine que fue todo bien legal
porque se aplicó la ley 23.950, la 12.155 o la que sea según la provincia, o
porque se cometió alguna de las faltas del código disponible. Y si por esas
contradicciones del sistema algún policía fuera procesado, ahí está la
"transparente" corte suprema para defender el "olfato policial" o para afirmar
que en democracia podrá haber algún chirlo, pero nunca llega a
tortura...
Ahora les tocó el turno de
aggiornarse a los sanjuaninos, cuya cámara de diputados acaba de sancionar
por unanimidad un nuevo código contravencional (ley 7819) que entrará en
vigencia el próximo 14 de noviembre. Como antes la Ciudad de Buenos Aires,
Corrientes y tantas otras provincias, la nueva norma profundiza la función
represiva de estos códigos fulminados de ilegalidad por la Corte IDH en el Caso
Bulacio, castigando como delitos conductas que no lo son, o directamente
castigando circunstancias personales o condiciones de vida. De paso, levantan
también la puntería contra los sectores organizados de la población,
restringiendo los derechos de reunión y de petición a las autoridades, lo que en
criollo significa criminalizar la protesta. Así se aumentan las penas de prisión
y multas para el "merodeo", la "vagancia" o la organización de actos públicos
sin autorización oficial.
Como decimos cada vez que nos
preguntan porqué el estado argentino no cumple la sentencia del Caso Bulacio, la
respuesta es una sola: no es que no quiera o que no sepa cómo hacerlo.
Simplemente no puede, mientras sea un estado de clase. Ningún gobierno de ningún
estado va a autolimitar las facultades de su aparato represivo cuando las
necesita para garantizar la opresión y la explotación.
LOS AMIGOS DE
SOMOHANO
Don Felipe Solá tuvo varias recetas a la hora represiva.
Argumentando lo de "acercar la justicia y la policía a la gente", creó al estilo
yanqui las fiscalías de distrito y la policía comunal. Así se
juntaban, bajo la cabeza del intendente, fiscales, policías y delincuentes
que se mueven en el égido municipal, todo debidamente controlado por el
P.J. local.
Uno de los lugares donde
funciona la policía local es en Baradero, donde hay un intendente llamado
Aldo Carossi. De ese municipio también es vecino el ex jefe de la policía
bonaerense en épocas del folckórico Cafiero, el comisario Somohano. A pesar de
su pasado procesista y de su amistad con Patti, este represor se hizo más
conocido cuando su hijo mayor dirigió la partida federal que torturó
a Ezequiel Demonty tirándolo a las aguas del Riachuelo.
Pues bien, el comisario Somohano estafó a un vecino de
Baradero. Le vendió una propiedad rural que resultó más chica en la
realidad que las hectáreas descriptas en la escritura. Hay varios juicios
entrecruzados entre el comprador y el ex jefe bonaerense. En los últimos
días del mes de octubre, la justicia de San Nicolás ordenó una diligencia de
constatación en la chacra en cuestión. Ello es, que un oficial de justicia llame
a la puerta de la vivienda y pregunte quién vive allí, y a qué título. Nada más
sencillo. El día en cuestión el funcionario público se llegó al umbral (o a la
tranquera), pero no fue solo. Lo acompañaba Somohano. Irregularidad al fin,
aunque siendo una de las partes del juicio el policía podía justificar que
participara de la medida. Pero los que no estaba invitados a intervenir en
la diligencia, e igual estaban allí, eran una docena de policías comunales
que, sin autorización judicial, se hicieron presentes para "hacerle el aguante"
a Somohano.
Los efectivos de la policía de Baradero,
con evidente autorización del intendente Carossi, custodiaron a
Somohano, armados como corresponde. Los muchachos de la municipalidad y
del comisario fueron a amedrentar al vecino que tuvo el atrevimiento de
iniciarle un juicio. Apriete mediante, una vez más, "pertenecer tiene sus
privilegios" y el Frente para la Victoria los prefiere con
uniforme.
POLICÍAS DE LA 1ª DE ENSENADA GOLPEARON A
CUATRO JÓVENES
El domingo 4 por la tarde, en el cruce de
las calles 25 de Mayo y Estados Unidos de la ciudad de Ensenada, fueron
interceptados por dos patrulleros Sofía Fernández (18), Nadia Garbariño (19),
Javier Agostinelli (22), y Luciano Andrada (26). Los jóvenes se negaron a
ser trasladados a la Comisaría 1ª, porque no había motivo alguno para la
detención. Los policías ni siquiera les pidieron sus documentos y
tampoco había personal femenino para requisar a las jóvenes. Al
manifestar esto, recibieron como respuesta agresiones verbales y varios
golpes.
Los policías que participaron del hecho son Mariano
Azarchuk, Pedro Gómez, Pablo Palermo y Diego Segovia. Sofía Fernández fue tomada
de los brazos por personal masculino para forzarla a entrar a un móvil. Ante su
resistencia la golpearon con el bastón policial en la cabeza y en uno de sus
brazos. Ella pudo escapar, igual que Nadia Garbariño, quien recibió un golpe en
una de sus piernas. Luciano Andrada subió al patrullero sin oponer resistencia
pero Javier Agostinelli se rehusó y los agentes lo golpearon con el mismo
instrumento en los brazos y la espalda hasta que lograron derribarlo,
inmovilizarlo y esposarlo.
Javier relató que al llegar al hall de la Comisaría 1ª
uno de los agentes le dijo “así que vos sos el duro” y lo golpeó en la espalda,
el rostro y el pecho mientras apretaba su cuello. Luciano, el otro demorado, le
dijo al policía que no podía hacer eso y este le respondió pegándole en el
rostro.
Más tarde se presentaron en el lugar Nora Danielle, Beatriz Sánchez y
Osvaldo Garbariño, padres de Sofía y de Nadia respectivamente, con la intención
de radicar una denuncia por los golpes que sus hijas recibieron. Luego de
reiteradas negativas y burlas y de mucho esperar, la denuncia fue tomada
pero hasta hoy desconocen su destino.
Los jóvenes detenidos fueron acusados -cuando no- del
delito de “resistencia a la autoridad”, causa que recayó en la Fiscalía Nº
6 a cargo del fiscal Marcelo Romero, quien consideró que no había pruebas
suficientes para la acusación y ordenó que fuera archivada. Javier y Luciano
fueron liberados el lunes al mediodía.
Fue notable que, una vez
descartada la imputación contra los chicos por su inconsistencia, aun para un
fiscal como el célebre Romero, los empleados de la UFI se negaran a recibir la
denuncia contra los policías. Reiteradamente hicieron la “sugerencia”
de que la hicieran en Asuntos Internos de la policía. Las víctimas y sus
familiares, acompañados por CORREPI, insistieron en asentarla en la fiscalía
donde finalmente fue tomada.
PASARON LAS ELECCIONES,
LIBERARON A VARIZAT
Liberaron bajo fianza a Varizat. La
noticia no sorprende tanto como lo hizo que estuviera preso desde que
deliberadamente atropelló a un grupo de docentes que protestaban en las
inmediaciones del estadio donde el actual presidente y la entonces candidata,
hoy presidenta electa, iban a hacer un acto proselitista. Pero ya pasaron las
elecciones, Cristina es presidenta y el hombre de confianza del santacruceño
volvió a su casa en Buenos Aires, mientras a unos cuantos kilómetros, en Río
Gallegos, sigue en trámite formal la causa en su contra.
El ex funcionario nacional y ex
ministro de gobierno provincial está procesado por "lesiones múltiples
graves y muy graves en concurso real", calificación que aunque sea más leve
que la que correspondería (tentativa de homicidio reiterada en tantos casos como
heridos hubo) no habilitaría la libertad para cualquier ciudadano raso sometido
a similar causa penal. La defensora de Daniel Varizat lo dijo con
todas las letras: "El juez de recursos, Rubén Lobos, resolvió la liberación
de Daniel Varizat basado sólo en las condiciones personales del
detenido, no hubo pronunciamiento sobre la cuestión de fondo". O sea, lo
liberó por ser quien es, no porque fuera menos grave lo que hizo. A confesión de
parte, relevo de prueba, dicen los abogados. Una más para la lista de
excarcelaciones fáciles que benefician siempre a ricos y famosos, a
funcionarios de gobierno y a los integrantes del aparato represivo del
estado.
SE VIENE EN LOMAS OTRO JUICIO
A LA TORTURA
El 14 de diciembre del 2002, dos sargentos de la
comisaría 5 de Lomas de Zamora, Isidoro Segundo Concha y Ramón Quevedo,
detuvieron y golpearon a Jorge “Chaco” González (31). La detención fue, como
tantas, deliberadamente hecha para extorsionar a su familia. Ramona, al mamá de
"Chaco" recibió un llamado del oficial de servicio convocándola urgente a la
comisaría. Ahí le explicaron bien clarito: o traía $2.000 o "lo pasaban a
juzgado con una causa por robo". Para demostrar que eran gente de
palabra, hasta le mostraron la bicicleta amarilla cuyo robo le
imputarían.
Ramona recurrió a toda su familia y
con esfuerzo juntó la mitad del dinero. En una muestra de buena voluntad, los
policías liberaron a Jorge contra el pago de $1.000 y la promesa de volver en la
semana con el resto, y un cachorro de perro maltés, que Ramona cría, como
"interés moratorio".
Doblado de dolor, "Chaco" salió de la
comisaría, y contó que al detenerlo lo esposaron a la espalda, y lo tiraron al
piso boca abajo. Mientras uno de los policías lo levantaba de las esposas
forzándole los brazos, el otro lo pateaba y le daba golpes de bastón
en la cabeza y sobre todo en el tórax. También, contó, le pegaron en la
comisaría y le dieron bolsita (submarino seco). Durante días se sintió mal,
vomitando cualquier cosa que tomaba o comía. Cuando comenzó a orinar sangre
su madre lo llevó al hospital. Después de varias derivaciones, murió en el
hospital Ramos Mejía el 7 de enero. La autopsia reveló los hematomas y
coágulos debajo y detrás de los pulmones que le causaron al
muerte.
El 22 de noviembre, los asesinos de “Chaco” serán
juzgados por el tribunal oral nº 7 de Lomas de Zamora. La fiscalía los acusa
de haberle causado la muerte “más allá de su intención” (homicidio
preterintencional), y “severidades”. Ramona, patrocinada por abogados
de CORREPI, reclama que sean condenados por torturas seguidas de muerte. Desde
luego que ambos policías están en libertad, y dedicándose a la seguridad
privada, uno de ellos en una fábrica de soda a pocas cuadras de la casa de
Ramona. Hace un año difundimos una foto del sargento Concha en su trabajo, con
un bulto en la cintura que no creemos que sea un prolapso ni una hernia
umbilical, sino una 9mm.
Como cada vez que logramos sentar un
represor en el banquillo de los acusados, iremos informando el desarrollo del
juicio día a día, a través de gacetillas de prensa. También como siempre,
militantes de CORREPI estarán dentro y fuera de la sala de audiencias,
denunciando la política represiva del estado, que incluye al aparato judicial
que sistemáticamente busca absolver a sus
ejecutores o, cuando no pueden, minimizar la gravedad de los hechos
con figuras penales mentirosas, y sobre todo, evitando reconocer la
existencia de la tortura, que es reconocer la responsabilidad del
Estado.
Convocamos a todos los que repudian las políticas
represivas del Estado, a concentrarse frente a los tribunales durante el juicio,
para exigir castigo a los asesinos y denunciar que la tortura es una práctica
sistemática en cárceles y comisarías hoy, en "democracia".
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
Jueves 22 de noviembre, desde las 9:00, y durante todo el
juicio por la muerte en la tortura de Jorge "Chaco" González, concentración
frente a los tribunales de Lomas de Zamora, Camino Negro y
Larroque.
En La
Plata, escuchá Atando Cabos, el programa de CORREPI,
los lunes a las 20:00 por Radio Futura, FM
90.5.
Los sábados, a las 18:00, columna de opinión de María del Carmen
Verdú en el programa Leña al Fuego, del periodista H. Schiller, por Radio
Porteña, ex Radio Ciudad, AM 1110, www.radiodelaciudad.gov.ar, tel. 5371-4600, Sarmiento 1551, 9° piso.
Entrada libre y gratuita.