CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD... CUANDO LES
CONVIENE
Ya hemos comentado en Boletines anteriores que la
"renovada" Corte Suprema, en una causa por torturas aplicadas a un detenido en
1988, benefició al comisario René Jesús Derecho con la prescripción de la acción
argumentando que el hecho fue un delito común y no un crimen de lesa humanidad.
El fundamento del fallo fue decir que, como todos sabemos, para que se configure
un crimen de lesa humanidad se debe tratar de un delito cometido por y desde el
estado en el marco de una política sistemática y generalizada contra la
población o parte de ella. Y, razonaron los cortesanos, que bajo gobiernos
democráticos la tortura no es nunca usada en forma sistemática...
Dijimos entonces que con ese fallo quedaba bien
claro que la justicia argentina está plenamente dispuesta a reconocer el
carácter de crimen de estado a los hechos del pasado, cuyo castigo legal no
afecta la capacidad represiva actual de los gobiernos de turno, pero nunca a los
hechos, igual de sistemáticos y generalizados, que sirven para ejercer el
control social hoy, como el gatillo fácil y la tortura.
Esta semana conocimos otro ejemplo de cómo funciona
la lógica de jueces y fiscales, y cómo adaptan los supuestos "debates jurídicos"
a las necesidades represivas del momento. El fiscal general de cámara de
Rosario, Claudio Palacín, promovió la apertura de una causa contra quienes
hubieran participado en los hechos que concluyeron en 1974 con la muerte
del coronel Argentino del Valle Larrabure, y rechazó que esa acción penal
estuviera prescripta porque la consideró crimen de lesa humanidad. El fiscal,
que actuó luego que planteara el asunto el juez Sutter Schneider, hijo de quien
fuera ministro de gobierno de la dictadura en Santa Fe, usó los mismos precedentes legales que la Corte en el caso
Derecho, al que incluso cita entre los fallos más recientes, para terminar
diciendo que aunque el pretenso delito no fue cometido por integrantes del
estado, no fue parte de una agresión masiva a la población civil ni parte de un
plan de exterminio sistemático... es un crimen de lesa humanidad, porque el ERP
tenía como objetivo la toma del poder en Argentina.
Para resumir lo
mucho que podríamos abundar en este tema, hay que dejar claro que el aparente
"debate" jurídico no es tal. La “posiciones doctrinarias” sobre si el crimen de
lesa humanidad puede extenderse o no a organizaciones o individuos que no forman
parte del estado, no es un debate entre jurisconsultos químicamente puros, sino
que es parte del enfrentamiento de las clases. El diario La Nación ha sido el
vocero de la posición del fiscal rosarino desde que se logró el fallo
liberatorio del compañero Josu Lariz Iriondo hace ya varios años. Hubo intentos
judiciales anteriores, como cuando los ex montoneros Perdía y Vaca Narvaja
fueron imputados por las muertes de sus propios compañeros en el marco de la
contraofensiva.
Nos interesa señalar el riesgo de aportar consciente o
inconscientemente a la legitimación del estado si pensamos que éste es un debate
de definiciones o conceptos jurídicos. Lo que estamos discutiendo, es otra
cosa. Lo que quieren el fiscal rosarino o La Nación, es que el aparato
judicial del estado sea usado solamente para lo que fue creado, es decir, para
garantizar su existencia, y no para buscar justicia para los que quieren
destruirlo.
Y nosotros, lo que queremos, es una sociedad
diferente. Mientras esa deuda pendiente de la humanidad consigo misma no se
salde, tendremos que seguir usando, para defendernos de nuestros verdugos,
las mismas armas que ellos inventaron para dominarnos, como el estado de
derecho.
CUATRO POLICÍAS TORTURADORES
CONDENADOS, OTRA VEZ, POR APREMIOS
El 4 de julio de 2004 Juan
Eduardo Riquel vio cuando personal policial chaqueño, en su pueblo de
Castelli, maltrataba a dos hombres aborígenes en un baile del club del cual él
era presidente. Al intervenir para defenderlos fue detenido, esposado
y duramente golpeado. Lo subieron al móvil policial, donde le siguieron pegando
hasta llegar a la comisaría, lugar donde tampoco se detuvo el castigo. Como de
costumbre, Riquel fue acusado de atentado y resistencia a la autoridad.
Seguramente la versión policial fue que con las costillas (tenía dos rotas)
agredió al personal policial, golpeándoles los puños y
borceguíes.
La circunstancia de que Riquel era un ciudadano
conocido y dirigente de la CTA local, permitió que pudiera acceder a una defensa
penal adecuada, y finalmente, hace poco más de un mes, seis policías
intervinientes fueron juzgados por lo sucedido aquella madrugada.
También como siempre ocurre, tanto la fiscal como
el juez eligieron para calificar los hechos sufridos por Riquel el tipo levísimo
de los apremios ilegales, descartando el de torturas, y despegaron de toda
responsabilidad a casi la mitad de los imputados. Sólo cuatro de los
policías,Juan Carlos Samaniego, Daniel Aguirre, Yamil René Cáceres y
Ricardo Tomás Duarte, fueron condenados. Y también como es habitual, la pena fue
de dos años y 6 meses de prisión en suspenso, así que nadie fue
preso.
ABSOLUCIÓN FÁCIL PARA GATILLO
También en la provincia de Chaco, pero en
Resistencia, hace escasos días otra sentencia puso en negro sobre blanco la
forma en que jueces y fiscales amparan el gatillo fácil. Hace cinco años, el 11
de julio de 2002, Mercedes Sotelo (23) iba en bicicleta con su hermano. Estaban
detenidos en un semáforo cuando vieron venir dos motos a gran velocidad y oyeron
disparos. Eran policías persiguiendo unos ladrones, que venían a tiro limpio por
las calles a las siete y media de la tarde. Algunos disparos impactaron en un
camión, y otro pegó de lleno en la cabeza de Mercedes, que agonizó nueve días.
Ahora se llevó a cabo el juicio oral, que terminó
con la escandalosa absolución de los policías Marcelo Núñez y Francisco Daniel
Sánchez. La jueza argumentó que no podía descartarse que hubieran sido los
delincuentes los autores de los disparos, a pesar de que no tenía ningún sentido
que lo hicieran para adelante, donde estaban os hermanos Sotelo, y no hacia
atrás, en dirección a los policías.
Al término del debate, sin embargo, hubo un
detenido: Ramón, el hermano de Mercedes, arrestado por provocar "disturbios"
frente a los tribunales después de escuchar la sentencia que consagraba la
impunidad para los asesinos de uniforme.
TRABAJADOR PESQUERO A JUICIO EN MAR DEL PLATA
En el marco del conflicto laboral de los trabajadores pesqueros de Mar del
Plata, además de las represiones a cargo de la policía provincial y la
prefectura naval argentina, especialmente el grupo Albatros, y de las amenazas,
patoteadas y agresiones que ya ocasionaron varios heridos de bala, está a la
orden del día el uso del aparato judicial como herramienta para quebrar a los
trabajadores.
Son alrededor de una docena las causas judiciales que ya se han iniciado
contra distintos trabajadores por hechos directamente vinculados al reclamo de
estabilidad laboral, salario mínimo, cobertura social y posibilidad de
agremiación, es decir, todo lo que el actual sistema de precarización disfrazado
bajo la pantalla de las cooperativas no les permite.
Este lunes 5 de noviembre a las 8:30 de la mañana se estará decidiendo
el primer juicio y condena a un trabajador portuario desde que comenzaron los
reclamos por registración laboral de los compañeros fileteros en la ciudad de
Mar del Plata hace 4 meses. La fiscalía de flagrancia a cargo de Juan Pablo
Lódola acusará de "atentado contra la libertad de trabajo" a Claudio Daniel
Cisneros. El hecho que se le imputa ocurrió el 11 de octubre, cuando
Cisneros fue hasta la planta donde trabaja a informar a sus compañeros de las
medidas votadas en asamblea por los trabajadores en lucha luego de la violenta
represión de esa jornada.
El fiscal ya anticipó que pedirá pena de
prisión de cumplimiento efectivo, detalle que da una idea de la decisión
política que tiene el gobierno de ir a fondo en la represión a los que no se
disciplinan. Cisneros es defendido por los compañeros Eugenia Romero y Juan
Pablo Gelemur del Frente Antirrepresivo, quienes están convocando a todos
los trabajadores, movimientos secundarios y universitarios, organizaciones
sociales y políticas, a concentrarse en la puerta de los tribunales
marplatenses en solidaridad con el compañero procesado.
El comunicado del Frente Antirrepresivo describe así la situación en Mar
del Plata:
- Más de 500 trabajadores y trabajadoras han sido despedidos.
Muchos, según consta en el telegrama enviado por la empresa, por ser
considerados "PELIGROSOS para las fuentes laborales". El detalle en mayúscula es
textual de la notificación enviada.
- El puerto ha sido
militarizado por el gobierno nacional y provincial. Mil quinientos efectivos
permanecen en la ciudad solo para custodiar y perseguir trabajadores en
conflicto. Cincuenta compañeros –laburantes- han sido detenidos. Diez de ellos,
ya tienen causas penales.
-Represión de toda manifestación publica de los
obreros.
- La persecución incluye aprietes en la vía publica, amenazas y
en dos casos trabajadores heridos por balas de plomo: el trabajador Diego
Argarañaz de 21 años, herido fuera de la planta "El Dorado" por matones de
la patronal y Franco Juárez, de 28, herido en el Sindicato de Obreros de la
Industria del Pescado cuando desde un Gol blanco dispararon contra la sede
gremial mientras se disponía a compartir una olla popular con sus
compañeros.
GATILLO FÁCIL EN HURLINGHAM
El
jueves 1º de noviembre el sargento de la policía bonaerense Carlos Madrid, de 44
años, que trabaja la División Traslado de Detenidos, vio que un joven que
pasó por la calle "miró mal" a su hijo. Como en la familia policial esas cosas
no se aguantan, alentó al pibe a trenzarse en una pelea con el transeúnte, que
se defendió. Todo indicaba que el hijo del sargento sería vencido, de manera que
Madrid desenfundó su arma, aprestándose a intervenir.
En ese momento Daniel Céspedes, de 18 años, que se
había detenido junto a otros curiosos al ver la pelea, le dijo "¿Por qué
sacás eso, si es un mano a mano?". El sargento dejó de apuntar al
que le estaba dando una paliza a su retoño, y le pegó un tiro en la nuca al
entrometido...
El suboficial quedó detenido, acusado de homicidio
simple, y el ministerio de seguridad bonaerense decidió "desafectarlo" de
la policía, lo que significa que no podrá usar uniforme y cobrará sólo la mitad
de su sueldo.
LLEGÓ DANIEL...
Y aunque el "ingeniero" Blumberg no arrimó ni un
voto para De Narvaez, y tampoco le fue tan bien al eléctrico Luis A. Patti,
pueden estar tranquilos los bonaerenses, que ya tienen comisario... perdón,
gobernador. Un día después de ganar las
elecciones, el gobernador electo Daniel Scioli, en su primeras declaraciones,
anunció que la seguridad será su prioridad, para lo cual "desde el primer
día vamos a desarrollar acciones fuertes para revertir esta
situación".
Dijo también el actual vicepresidente que su
principal objetivo es "reconstruir la confianza" entre la gente y la
policía, y que encarará con esmero "la lucha contra la droga, los desarmaderos, los piratas del
asfalto". No se entiende bien cómo va a hacerlo, teniendo en cuenta que es
la policía quien gerencia y dirige esos delitos en el territorio bonaerense,
igual que sucede en todo el país con el resto de las fuerzas de
seguridad.
Contó en el reportaje que "cuando llegué a este
barrio hace veinte años, mi familia y mis amigos no me querían venir a ver. Se
robaban estéreos, arrebatos, era oscuro. Había miedo en denunciar. Yo llamé al
comisario. Y empezaron a aparecer las soluciones". En esa línea,
afirmó, "a los buenos policías hay que motivarlos". Vayan
preparándose para los aumentos de sueldo, de más presupuesto para reprimir y de
premios especiales al estilo de aquél que creó su antecesor Ruckauf, con
sobresueldos para los policías que cumplían "actos heroicos" como fusilar pibes
por la espalda o darles bolsita en las comisarías.
GATILLO FÁCIL EN
CÓRDOBA
Como a principios de año en La Plata, ahora fue en
Córdoba que un policía fusiló a un chico que ya estaba detenido y esposado
dentro del patrullero. Igual que en el caso Barzábal, primero quisieron hablar
de armas escondidas, forcejeos, y hasta intentaron simular que el pibe se
había suicidado.
Ocurrió el 1º de noviembre, cuando Raúl Mola, de 18
años, recibió un disparo en la sien izquierda y otro en la nuca. Cuando la
versión del suicidio se cayó, porque cualquiera de ambos disparos hubiera
impedido que disparara de nuevo, la historia cambió a que el pibe
quiso fugarse, por lo que el sargento
Héctor León intentó calmarlo, forcejearon y el arma se disparó dos veces en
forma accidental.
Tampoco esta tesis fue muy exitosa, y el policía quedó
detenido por homicidio calificado. Desde el novísimo Tribunal de Conducta Policial, que hace poco reemplaza a
Asuntos Internos, se tomaron fuertes medidas: "el policía fue separado
de la fuerza y cobrará el 30% de su sueldo", dijo su directora. Con
castigos así...
En La
Plata, escuchá Atando Cabos, el programa de CORREPI,
los lunes a las 20:00 por Radio Futura, FM
90.5.
Los sábados, a las 18:00, columna de opinión de María del Carmen
Verdú en el programa Leña al Fuego, del periodista H. Schiller, por Radio
Porteña, ex Radio Ciudad, AM 1110, www.radiodelaciudad.gov.ar, tel. 5371-4600, Sarmiento 1551, 9° piso.
Entrada libre y gratuita.