Una persona fue secuestrada y
estuvo privada ilegalmente de su libertad durante dos días por
razones políticas. No hace falta abundar en adjetivos ni usar
frases rebuscadas para expresar la gravedad del hecho, que
trasciende todo tipo de especulaciones o conjeturas, y
repudiarlo.
Sea porque el gobierno advirtió
la gravedad de la desaparición, o porque como dijo Felipe Solá
al diario Clarín "Es de los nuestros; milita con
nosotros" en referencia a que Luis Gerez es peronista y
pertenece al Movimiento Evita, a diferencia de lo ocurrido
cuando desapareció Jorge Julio López, hubo una rápida reacción
oficial. El presidente Kirchner y el gobernador Solá,
junto con el jefe de gabinete y el ministro del interior,
suspendieron toda su agenda y se abocaron, otra vez en sus
propias palabras, a coordinar el operativo de búsqueda con la
intervención de todas las fuerzas de seguridad federales y
provinciales.
Lo que no pudo ocultar la fuerte
presencia de funcionarios de toda jerarquía en las
movilizaciones en Escobar es que el método usado contra el
señor Gerez no es nuevo en Argentina. Lo ocurrido con Gerez
ratifica lo que venimos denunciando desde hace tiempo: La
amenaza, la intimidación, el ataque físico, llegando al grado
extremo del secuestro y la tortura, es una metodología
habitual del aparato represivo del estado usado contra los
pobres no organizados y contra los militantes de
izquierda, que viene en franco y sostenido avance, de la mano
de definiciones gubernamentales como "terroristas sanitarios"
o "izquierda siniestra" para referirse a trabajadores en
huelga o a los que no compartimos los palcos oficiales. La
bolsa que le pusieron a Gerez en la cabeza no es
diferente de la "bolsita" que padece diariamente cualquier
detenido en cualquier comisaría. Ninguna de las
muchísimas ocasiones en que ese método fue aplicado a los
trabajadores y el pueblo -el secuestro del compañero Ramiro de
HIJOS, la patota mandada por el jefe de gabinete al Hospital
Francés, los ataques al delegado de Coca Cola Omar Rombolá y
al dirigente ferroviario Sobrero, por mencionar sólo algunos
casos recientes- motivó una alocución presidencial por
cadena nacional, como tampoco lo motivan el accionar de los
escuadrones policiales de la muerte en los barrios ni los
centenares de masacrados por los servicios penitenciarios en
cárceles como Magdalena. Por el contrario, el "gobierno de los
DDHH" es el autor y ejecutor de esa política de estado. No es
entonces "la metodología del terrorismo de estado que quiere
volver" sino la metodología actual, cotidiana y creciente
de un estado represor.
El secuestro -felizmente
resuelto en este caso con la aparición de la víctima- también
ratifica el rotundo fracaso, se lo mire por donde se quiera,
de la línea argumental sostenida por ideólogos oficiales en un
arco que va desde Horacio Verbitsky hasta Hebe Pastor de
Bonafini, de que sería posible cambiar el perfil del aparato
represivo del estado "depurando" o "transparentando" las
fuerzas de seguridad, "limpiando la cloaca", echando las
"mafias enquistadas" o los "resabios de la dictadura". Con más
de 4.000 exonerados y prescindibles en los pasados dos
años, y un sinfín de “cursos de DDHH” a las fuerzas de
seguridad, las desapariciones, los secuestros, las torturas y
demás vejámenes son un método cada vez más frecuente para el
estado kirchnerista. El mismo Verbitsky, actuando como
consejero presidencial, tuvo que llamar la atención sobre
la “ceguera” de las fuerzas represivas estatales (entiéndase
participación y/o colaboración) que fue imprescindible para
que el secuestro de Gerez se pudiera realizar.
Sin embargo, en su discurso por
cadena nacional del viernes, Kirchner insistió en esta
mentirosa tesis, hablando de "mano de obra desocupada", de
"accionar mafioso", y llamando a sus fuerzas armadas y de
seguridad a "recomponerse", (...) evolucionar y
comprometerse en el respeto a los DDHH". Notable. Quien así
exhorta a policías, gendarmes, prefectos, servicios de
inteligencia, militares y servicios penitenciarios, como si
hablara de perfectos extraños, es su jefe. Quien reclama
celeridad a la justicia, como si los jueces fueran un poder
independiente, y no parte del aparato represivo del
estado, es su jefe. Quien pide cárcel común para los
genocidas, es el que firmó el pliego de ascenso del comisario
Ernesto Weber, asesino del 20 de diciembre. Quien dice hoy que
apoya los juicios a los genocidas, es el mismo que eligió como
jefe de la policía federal al comisario Vallecca, que nos
reprimió el 9 de septiembre de 1998 durante el escrache a
Etchecolatz. Quien dice hoy que el respeto a los derechos
humanos y el estado de derecho son la misma cosa, es el que en
plena dictadura publicó una solicitada junto a su esposa,
agradeciendo al gobierno militar que garantizara el estado de
derecho.
Esa es la dirección política del aparato
represivo del estado que nos mata un pibe día por medio con el
gatillo fácil o la tortura, que ocupa militarmente Las Heras,
que persigue, secuestra y tortura militantes, que los mete
presos. Usted, presidente Kirchner, es la dirección política
de los represores, secuestradores y torturadores. No se quiera
hacer la víctima de su propia tropa.
SECUESTRADO Y TORTURADO EN
VENADO TUERTO
Este caso, a diferencia del
anterior, no concitó la atención del presidente. Héctor
Dario Bustos estuvo 14 días que desaparecido, reapareció el 28
de diciembre, picaneado y sometido a otros tormentos. Le
quemaron una cruz svástica en el pecho mientras le
gritaban 'zurdito de mierda te vamos a cambiar el corazón', y
le hicieron un tajo en la cara para que se acuerde cada
vez que se mire al espejo que 'de los desaparecidos no se
habla'. También es un militante peronista, pero
parece que la interna del PJ de Venado Tuerto no llegó a la
Rosada.
La madre del muchacho culpabilizó -como
no puede ser de otra manera- al poder político de Venado
Tuerto. Hay que recordar que el intendente de esa ciudad
santafecina es el facho-kirchnerista Scott, que había
amenazado con llenar de plomo a las organizaciones de derechos
humanos cuando anunciaron que lo iban a escrachar.
Casualmente, por si al gobierno se le escapa, Scott, en el
ejemplar de La Capital de Rosario del 26 de diciembre de 2005,
además de defender el gatillo fácil, hizo una acérrima defensa
de nada más ni nada menos que Luis A. Patti.
La mujer también denunció que su hijo
fue "víctima de un operativo de inteligencia por parte de
policías de la comisaría 2ª de Venado sobre su domicilio
durante siete días, que terminó el mismo día en que
desapareció". Según reveló, Héctor le confió que cuando
salió de su domicilio, el 13 de diciembre a las 10.30, lo
subieron a un auto en el que escuchó que decían 'operativo
cumplido, resultado positivo, lo chupamos'. Actualmente,
Bustos se encuentra internado en terapia intensiva.
Es interesante destacar que Bustos
integra la Red por la Identidad y la Memoria, que brega por
investigar el rol que le tocó al secretario de gobierno
comunal Juan Alberto Vidal durante el tiempo que fue
intendente de la dictadura militar. Este personaje, junto a su
jefe Scott, inauguró una fase local represiva que bautizaron
con el nombre de "mano dura controlada".
MÁS DINERO PARA REPRIMIR
Mientras restringen partidas presupuestarias para
acción social o educación, los gobiernos hacen "inversiones"
en áreas productivas como las policías. No es ajeno a la
política general el gobierno radical-kirchnerista de
Catamarca. Para el 2007 se prevén dos millones de pesos en
equipamiento policial, así como la construcción de dos nuevas
comisarías y el ingreso de nuevo personal policial. Todo ello,
para "premiar" a la segunda policía más represiva, en
proporción a la cantidad de población de la provincia.
En efecto, de acuerdo al Archivo de Casos
que registra CORREPI, la catamarqueña se ubica en el segundo
lugar después de la santafesina en casos de víctimas
institucionales en comparación con la demografía provincial.
La seguridad, como dijo el funcionario Brizuela del
Moral, es una política de estado. Como la represión, bah.
En lo que va del gobierno del Frente Cívico ya gastaron 20
millones para la policía provincial.
Y en Córdoba, que no se queda muy atrás en
las estadísticas de gatillo fácil y torturas, el Ministerio de
Seguridad retiró un millón de pesos de la cuenta
de gastos reservados, lo que sumado a retiros anteriores
ha duplicado la suma presupuestada para 2006. Dale que
va.
LIBERTAD A CANTEROS
El
miércoles 27 de diciembre, frente a los tribunales federales
de San Martín, se congregaron un centenar de compañeras y
compañeros reclamando por la libertad del único imputado que
sigue preso por los hechos de TBA- Haedo en noviembre de 2005,
Roberto Canteros.
Como sostuvieron los compañeros que se
entrevistaron con la presidenta de la Cámara de Apelaciones,
"esta es una causa política y dependerá de la voluntad
política de estos gobernantes que se dicen "defensores de los
derechos humanos". Está por demás claro que su causa formó
parte de la típica criminalización de la protesta y es un buen
ejemplo para aquellos que pretendan quejarse de la
privilegiada empresa concesionaria.
En estos días, se sumó la novedad de
que el servicio penitenciario suspendió las visitas de los
organismos. Por supuesto, la única explicación posible es que
"el gobierno K no puede aceptar a Canteros como preso
político. El 'gobierno de los DDHH' no puede tener presos
políticos. Entonces, es un preso común que no requiere de la
asistencia de los organismos de derechos humanos.
Mientras que Roberto Canteros está
preso por protestar contra las condiciones indignas en que
deben viajar los trabajadores en los trenes de TBA, el
gobierno le amplía los subsidios a la empresa, incluidos los
honorarios de sus gerentes.
NUEVAS VICTIMAS
La
violencia del aparato represivo se cobra nuevas víctimas para
este 2006 que se va. Son ya varios los casos que hemos
consignado para el que será el Archivo 2007, porque como
decimos siempre, gobierne quien gobierne, mientras lo haga en
defensa de los intereses de los poderosos, habrá
represión.
El 6 de diciembre, en Misiones, desapareció David Gómez,
de 18 años. Se había despedido de su madre antes de
salir a la escuela. A la noche, festejaban un cumpleaños con
sus amigos, que aseguran que estuvieron con él hasta las 4 o 5
de la mañana del jueves, cuando de pronto desapareció. Poco
antes la policía había pasado dos veces frente a los
adolescentes. El 8 de diciembre el adolescente apareció
colgado en un pinar. El cuerpo tenía sangre y signos de
haber recibido una golpiza. Su familia culpa a la policía de
la muerte y exigió una segunda autopsia, aunque la cámara
de frío de la morgue (inaugurada hace un mes y medio) no anda,
dicen que el cuerpo se descompuso.
Calixto Gómez, el padre de David, denunció que el
cuerpo de su hijo tenía hematomas, golpes en los
testículos y restos de sangre, además de otras heridas
sangrantes, lo que le dio la pauta que el joven fue castigado
antes de su muerte. Todo indica que David fue confundido con
un vecino, de su edad y su mismo nombre, al que la policía
había amenazado de muerte hace poco.
El 19 de diciembre, en Córdoba, el sargento
primero José Nicolás Arce baleó a un chico que esperaba
el colectivo en una plaza. Aparentemente hubo una pelea entre
dos grupos de jóvenes, y cuando el menor corrió hacia el
policía buscando ayuda, éste desenfundó y disparó tres veces.
Una de las balas dio en la frente de Lucas García, de 16 años,
quien permanece en coma y conectado a un respirador artificial
en la terapia intensiva del Hospital de Urgencias, sin mayor
esperanza de recuperarse. El policía está detenido.
El 21 de diciembre un policía neuquino de 22 años,
integrante del "nuevo cuadro", es decir, de la purgada y
seleccionada "nueva policía", mató de un tiro a su mujer
Verónica Mayor, de 19 años, delante del hijo de ambos, de 3
años.
La excusa del policía, cuya identidad fue reservada por
el gobierno provincial, fue que estaba practicando cómo
desenfundar el arma ya que se había fabricado una nueva
cartuchera "muslera" para sacar el arma más rápido. De acuerdo
con la autopsia, la bala calibre 9 milímetros disparada por la
pistola reglamentaria del agente ingresó por la comisura
labial derecha y salió por debajo de la oreja izquierda,
seccionando una arteria. Está detenido por homicidio
simple.
En la madrugada del 25 de diciembre, en Corrientes,
se produjo la muerte por ahorcamiento de Carlos
Duarte, de 25 años, alojado en una celda de aislamiento de la
Alcaldía de San Cayetano. El interno estaba procesado, y por
razones que se ignoran lo llevaron al "solitario", pieza de 2
por 3 sin mueble alguno.
El sábado 23 de diciembre Rosa Yamila Gauna, de apenas 15
años, fue detenida y alojada en la Comisaría de la Mujer, por
infracción al Código de Faltas de la provincia. O sea, no se
le imputaba delito alguno, sino alguna contravención de esas
que sólo existen para que la policía pueda detener personas
arbitrariamente.
Minutos después de la detención, según el personal
policial, un fuerte olor a humo comenzó a emanar desde la
"sala de alojamiento" donde fue encerrada. La nena sufrió
quemaduras en el 90 % del cuerpo, y está internada en estado
desesperante. La detención no había sido comunicada
al juez de menores de turno, y hay indicios de que la
quemaron viva para ocultar algún tipo de abuso al que fue
sometida en la comisaría. Va de suyo que el código de faltas
no es aplicable a menores de edad. Pero para eso existen esas
normas, para "justificar" detenciones ilegales, aun respecto
de los que no deberían siquiera ser alcanzados por
ellas.
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
Martes 12 de enero, 18:00, marcha en Talar de Pacheco, a
10 años del asesinato impune de Maxi Maidana por la
bonaerense. Concentramos en Panamericana y ruta 197.
CORREPI
Coordinadora contra
la Represión Policial e Institucional
Ciudad de Buenos
Aires • Argentina