Los trabajadores del Hospital Materno-Infantil Garrahan organizaron un escrache al Ministro de Salud, Gines González García, que iría al nosocomio a celebrar el 19º aniversario del hospital. El acto, programado para el mediodìa, preveía también la puesta en marcha de un resonador magnético que no funcionaba desde su adquisición en el año 2000.Obivamente el objetivo era la foto cortando la cinta inaugural.

 

Los trabajadores del Garrahan, protagonistas de una intensa lucha por sus condiciones laborales y salariales, habían resuelto manifestarse en ese acto denunciando a Ginés, el ministro de este gobierno de los “derechos humanos” que los denunció como "terroristas" por el atrevimiento de reclamar sus derechos, y que ahora venía a "sacarse la foto" frente a esos mismos trabajadores.

 

Minutos antes de comenzar el acto, y después de una serie de movimientos del personal de seguridad privada del hospital intentando aislar a los trabajadores del hospital, en su mayoría enfermeras, llegaron unos colectivos de los que bajaron varias decenas de matones con banderas del sindicato UPCN, externo al hospital, que rodearon y agredieron a los trabajadores de la junta interna de ATE. Un trabajador tuvo que ser llevado a otro hospital con un hematoma en un ojo y varias enfermeras fueron golpeadas.

 

CORREPI estuvo presente y fue testigo de los hechos. Debemos hacer público nuestro repudio no sólo hacia el cobarde accionar de estos esbirros, mano de obra barata de la burocracia, que se dedicaron a golpear mujeres, sino hacia el miserable recurso al que recurrieron las autoridades del hospital y del ministerio para garantizar su puesta en escena. Este atentado se inscribe en la "tercerización" de la represión que el gobierno K viene llevando a cabo y que reiteradamente hemos denunciado como modalidad creciente. En diferentes lugares del paìs, patoteros de sindicatos K o del partido de gobierno han agredido sucesivamente trabajadores, estudiantes, organizaciones sociales y de DDHH que resisten la política entreguista del gobierno.

 

Pese a la represión, Ginés González finalmente no concurrió al acto. Un grupo de trabajadores decididos, mayoritariamente mujeres, bastó para que el ministro desistiera de su foto.

 

Una vez más los jueces vienen a completar el trabajo del gatillo fácil garantizando la impunidad del efectivo involucrado. Esta vez fue la Cámara de Casación Penal Penal, que revocó la condena a prisión perpetua dictada contra Matìas Tarditti, el policìa federal que mató de un tiro por la espalda al joven Lisandro Barrau, que circulaba en su moto en pleno Palermo Hollywood, en la madrugada del 13 de junio de 2004.

 

Los camaristas, entre los que se destaca el inefable Bisordi, redujeron la pena a cuatro años de cárcel al modificar la calificación penal que pesaba sobre el cana y considerar que, en vez de ser un homicidio intencional y agravado, se trató de un homicidio "culposo".

 

Los hacedores de impunidad le creyeron al policía Tarditti que se le escapó un tiro y, ya que estaban, le reprocharon a la víctima que manejara habiendo consumido cocaína o no que no se hubiese detenido ante la aparición del policía porque tenía miedo por estar cumpliendo una condena condicional en un juicio abreviado.  

Con la nueva pena, el policía podría pedir salir en libertad condicional dentro de unos ocho meses, aproximadamente. Un último dato. Los camaristas se entrevistaron con el policía antes de dictar el fallo. ¿Con cuántos acusados que no llevan uniforme se entrevistan los "casadores"?

 

CORREPI repudia la conducta represora de parte de los sionistas de la AMIA y la DAIA que han anunciado su decisión de denunciar penalmente a los integrantes de Quebracho por haber impedido a una llamada "juventud judía" manifestarse ante la embajada de Irán. Las mismas organizaciones que acompañaron y defendieron al juez Galeano y que fueron cómplices de la impunidad menemista del atentado a la Mutual Judía en 1994, ahora se rasgan las vestiduras porque Quebracho no "los dejó pasar".

 

Los Sres. Jorge Kirszenbaum y Luis Grynwald son unos hipócritas. Apenas a días de iniciado el ataque contra el Líbano, viajaban a Tel Aviv para apoyar los crímenes de guerra cometidos por Israel. Ahora corrieron a pedirle "garantías" al ministro del interior contra los "encapuchados" de Quebracho. El ministro, por su parte, feliz de que sean entidades privadas las que pongan en funcionamiento el aparato judicial contra una organización popular que no se subió al carro kirchnerista.

 

Seguramente por defender a Quebracho, alguno acusará a CORREPI de antisemitismo... y como son tan institucionales, probablemente ante el INADI. Para CORREPI, la defensa de los represaliados por razones políticas es una cuestión de principios. Acompañamos a Quebracho en la denuncia pública de esta persecución y lo haremos en su defensa técnica, junto a las organizaciones que comparten los mismos principios.