CORREPI - BOLETIN
INFORMATIVO
Número 359 - Enero 22/28 de 2006 SUMARIO
1- Vaya novedad: Fernández es un mentiroso 2-
Burguesía nacional
3- "Trabajadores" para la represión 4- Dos muertes más en Corrientes 5- Yanquis:
tortura tercerizada y pena de muerte en prisiones
militares
6- Represión en Ecuador, donde el Congreso sirve de calabozo 7- Próximas
Actividades
VAYA NOVEDAD: FERNÁNDEZ ES UN
MENTIROSO
No vamos a decir
algo novedoso: el ministro del interior Aníbal Fernández es un
mentiroso. Bajo el título "Entregaron 354 nuevos vehículos a
la Policía Federal", los diarios del 16 de enero informaron
que, en el acto de entrega a la Policía Federal
esos patrulleros y autombombas, Fetrnández dijo que fue
la renovación de parque automotor para la PFA más importante
en los últimos treinta años, y que "la última compra más
importante fue de 22 vehículos y se hizo en 1973". También
sostuvo que "el Estado tiene que estar haciendo todos los
años" estas adquisiciones, lo que permite anticipar aumentos
importantes en el presupuesto para las fuerzas de
seguridad.
Sin embargo, es
absolutamente falso que la última compra para la PFA haya sido
de 22 vehículos en 1973, salvo que se refiriera sólo a las
autobombas, de las que efectivamente se incorporó una
docena en la última década. En 1994 se compraron más de 400
patrulleros Chrysler Spirit, a los que siguieron las compras
de camionetas Ford Ranger y en mucho mayor número (varios
cientos) patrulleros Ford Escort por los sucesivos gobiernos a
partir de Menem, seguidos de Ford Siena y Peugeot
Partner.
A esos
vehículos hay que sumar los Peugeot 504 no
identificables, 405 y 206 (tanto patrulleros y como no
identificables), más un Renault 18 por Comisaría de
hace no más de 8 años, y, por supuesto, los centenares de Ford
Falcon comprados hasta alrededor de 1981. Todo ello sin tener
en cuenta la treintena de Renault Megane, los Toyota Corona u
otros automóviles no identificables incorporados en cantidad,
así como las Renault Trafic, Iveco Turbo Daily, Mercedes Benz
Sprinter, Ford F.100 y tantos otros modelos usados por decenas
por la PFA. En nuestra página web (www.correpi.lahaine.org) está disponible el listado de carros
de asalto adquiridos en los últimos cinco o seis años, y en
los Boletines hemos ido informando de cada
compra.
BURGUESIA
NACIONAL
El lunes 2 de enero
la India inauguró el 2006 con represión. Seis personas fueron
fusiladas por la Policía del Estado de Orissa en el marco
de una multitudinaria manifestación contra la
construcción de una planta siderúrgica. Alrededor de 400
policías abrieron fuego contra los manifestantes, integrantes
de una tribu local, que habían comenzado a lanzar piedras
y flechas contra los agentes, que protegían los intereses de
la empresa nacional india Tata.
Casi un millar de manifestantes protestaban contra la decisión del Gobierno de permitir a una compañía privada la construcción de la planta siderúrgica, que les arrebatará sus ancestrales tierras. El enfrentamiento estalló cuando los manifestantes intentaron impedir que los trabajadores del grupo Tata erigieran un muro de separación en el lugar en que estará la fábrica. Las protestas se remontan al mes de noviembre pasado cuando los lugareños bloquearon un intento anterior de los trabajadores de Tata. Orissa es uno de
las regiones más pobres y atrasadas de la India. Ubicada en el
golfo de Bengala, al sur de Calcuta y al oeste de Bangla Desh,
año tras año es asolada por los monzones, las inundaciones y
la hambruna. En un país con mil millones de habitantes, Orissa
tiene la característica de estar habitada por numerosas
tribus milenarias que no se han asimilado ni siquiera al
asombroso mundo indio y mucho menos al pretendido occidental
importado.
Entre los diversos
grupos tribales se encuentran las víctimas de la represión
policial, los Konbh, que hasta étnicamente son diferentes de
los indios, pues no son de origen ario. Simplemente, los Konbh
pretenden que el megagrupo indio Tata no altere
su modo de vida pastoril.
Por su
parte, la empresa Tata es el monstruo capitalista de
la India. Nacido a principios del siglo pasado en el seno de
una familia de minoría racial y religiosa (de origen iraní y
adoradores de Zoroastro) el parsi Tata construyó un imperio
industrial que genera el 25 % del producto bruto
del país. Con sede en la occidental Mumbai
(Bombai) la burguesía nacional encarnada en Tata
aprovecha el enorme mercado interno de
manera monopólica, apoyada en sus fantásticos lazos
tanto con el actual oficialista Partido del Congreso
(de Indira Gandhi y del Pandit Nerú) como del
protofascista partido BJP.
Desde luego
nada puede oponerse al "progreso" encarnado por el poder
detrás de Shiva, la mega Tata. Y como en todos lados, mucho
menos unos "aborígenes que viven casi en la edad de piedra",
como descalifican los progresistas indios. Aunque los
Konbh estén allí desde antes de Alejandro Magno, desde antes
que los rajás, desde antes que Vasco da Gama, antes que Gandhi
y, por supuesto, antes que Tata.
"TRABAJADORES" PARA LA REPRESIÓN
Muchas veces hemos
expuesto nuestro punto de vista sobre las cada vez más
frecuentes iniciativas de conformación de sindicatos de
policías u otras fuerzas represivas. Esta semana las noticias
se vinculan, por una parte, con el anuncio en Córdoba de la
inminente creación de un sindicato de militares, gendarmes y
policías retirados; por la otra, con el reclamo del sindicato
policial santafesino Apropol por la cesantía de algunos
policías provinciales, decretada por el gobernador Obeid por
razones disciplinarias.
Algunos sectores del campo popular entienden que esas iniciativas no sólo deben ser saludadas con entusiasmo, porque son trabajadores que se agremian en defensa de sus derechos, sino que hasta se involucran directamente en su apoyo. El fondo de esta cuestión remite directamente a la caracterización de las fuerzas de seguridad del estado, y en definitiva, del estado mismo. CORREPI se ha pronunciado en reiteradas oportunidades sobre la sindicalización policial. Hemos afirmado que, más temprano que tarde, el reclamo de más impunidad se suma a los aparentementes gremiales. Hemos sostenido que no es el derecho a agremiarse lo que se discute en estos casos, sino las internas de la corporación policial y su disputa con los administradores de turno del poder (ver Antirrepresivo de marzo de 2004, o Boletín 338, por ejemplo). Los impulsores de la sindicalización policial no son "policías de izquierda", comprometidos con la idea de una sociedad sin clases. Ni siquiera son socialdemócratas. Nos parece oportuno repetir al respecto lo que dijéramos el pasado 9 de diciembre sobre el tema en el acto en Plaza de Mayo: "... existe la tesis, sostenida por algunos sectores del campo popular, de que esas fuerzas podrían cambiar de actitud y ponerse del lado del pueblo. Creen que eso es posible apelando a argumentos humanistas, o a la ilusión de que en un proceso de construcción de conciencia para sí descubran que mayoritariamente pertenecen a la misma clase a la que reprimen. Nuestra experiencia basada en lo concreto nos enseña que esta idea no sólo es errónea, sino peligrosa y dañina para el pueblo que sufre día a día la represión. En primer lugar, objetivamente, en la Argentina del año 2005 no hay analogía con otras situaciones históricas y geográficas. Las FFSS no están entre la espada y la pared, entre ir a morir a manos de un enemigo poderoso en la guerra o pasarse a las filas del pueblo que lucha por la paz como nos enseña la historia. Acá responden a un Estado, que quizás no les pague los sueldos que quieren, pero que les paga un sueldo en un país donde la desocupación ha sido la fuerza disciplinadora más poderosa de los últimos años, y donde ellos son los únicos empleados estatales con tres o cuatro aumentos sustanciales a lo largo de este año; un Estado empleador que les permite toda clase de negocios y changas particulares, simpre que no se zarpen mucho y pongan en riesgo la gobernabilidad, con la explotación del juego, la prostitución, los secuestros extorsivos, el tráfico de drogas, de autopartes, etc.; un Estado patronal que les garantiza herramientas para estos curros a través de la averiguación de antecedentes, el código contravencional y los códigos de faltas. Es entre ese estado que tienen que elegir, y un pueblo indefenso, que sólo cuenta con la fuerza del reclamo justo y que a lo sumo se defiende con palos y piedras. ¿De qué lado se pondrán las fuerzas de seguridad? En segundo lugar, el hecho de que las fuerzas de seguridad tengan una numerosa composición de clase, de la misma clase a la que reprimen, no los vuelve solidarios, sino todo lo contrario. El odio y el resentimiento que tienen de no ser rubios empresarios o prósperos comisarios, lo vuelcan sobre sus pares casi en venganza contra lo que son y no quieren ser. Eso les da la ilusión de no pertenecer a la misma clase que la sociedad desprecia, sino de ser los sacrificados guardianes de sus amos, de los que como perros esperan una mirada de respeto que no llegará jamás. En tercer lugar están los hechos, la constatación empírica. No se trata de un problema de educación, de falta de información, remediable con cursos de derechos humanos o con “control ciudadano”. (...) Tampoco se trata de un problema de purgas, reformas o reestructuración. (...) Finalmente, aún si imagináramos a estas fuerzas de seguridad como sujetas a la ley, la constitución y la democracia, ¿para qué propósito servirían? Para conservar el orden. El orden establecido, las famosas reglas de juego que permiten que mientras millones de argentinos viven en la miseria, otros pocos vivan como reyes y conversen sobre los destinos del país tomando tragos en Puerto Madero. (...) Fuerzas de seguridad para asegurar el orden establecido por un poder ejecutivo, un congreso y una justicia que ni son independientes entre sí ni lo son del poder económico nacional e internacional. “No es un policía, es toda la institución” no es una consigna abstracta, ni voluntarista, como sí lo es la idea de que las fuerzas de seguridad pueden cambiar su accionar sobre la base de palabras de convencimiento, del llamamiento a la conciencia basado en la piedad y la identificación. (...)". DOS MUERTES
MÁS EN CORRIENTES
El incendio en la
comisaría 7ª de Corrientes, del que diéramos cuenta en el
último Boletín, cobró esta semana dos nuevas víctimas.
El 22 de enero, falleció Matías Martinez, de 16 años.
Igual que la primera víctima, Daniel Romero (22), estaba
demorado en "averiguación de antecedentes" y esperando ser
entregado a su madre.
Dos días
después, el 24 de enero,
falleció Ricardo Pared, de 17 años. Según el relato de los familiares,
Ricardo fue quien ingirió una bombilla metálica antes del
inicio del incendio en protesta por la negativa -no queda
claro si judicial o simplemente policial- de
permitirle estar presente en el nacimiento de su
primer hijo ese viernes 13. Sus compañeros de
detención comenzaron
a reclamar que fuera atendido, pedido que
los policías respondieron con una golpiza para
que se callaran. A partir de esa represión se originó la
quema de colchones como protesta.
Hugo Escobar, de 25 años, es el único sobreviviente del
incendio, y se encuentra internado con pronóstico
reservado en el Instituto del Quemado de la Capital
Federal.
Los familiares de las víctimas, apoyados por organismos
de DDHH locales y nacionales, están promoviendo una acción
urgente reclamando juicio y castigo a todos los responsables
directos y políticos de la masacre.
YANQUIS:
TORTURA TERCERIZADA Y PENA DE MUERTE EN PRISIONES
MILITARES
El Consejo de Europa ordenó hace un par de meses una
investigación sobre las denuncias reflejadas en los medios de
comunicación acerca de la existencia de cárceles de la CIA
en terceros países, y de vuelos secretos que
trasladaban personas secuestradas por EEUU con destino a esos
centros clandestinos de detención. Esta semana el encargado de
la investigación, un senador suizo, emitió un informe en el
que considera probadoos ambos extremos.
Con el habitual lenguaje
diplomático (y más al estilo suizo), dice el informe
de Dick Marty "Hay numerosos indicios
coherentes y convergentes sobre la existencia de un sistema de
«deslocalización» o «subcontratación» de la tortura. (...) Se
realizan actos de tortura o violación grave de la dignidad de
los detenidos por medio de un tratamiento inhumano o
degradante fuera del territorio nacional y de la autoridad de
los servicios de inteligencia nacionales".
Y agrega que "hasta el momento no hay pruebas formales e irrefutables sobre la existencia de estos centros de detención en Rumania o Polonia", aunque, aclara, "no tengo los medios de investigación especiales y dispongo de una logística rudimentaria", señaló. ¿Será que el Consejo de Europa anda con problemas presupuestarios? ¿No le sobra a alguien una computadora para ayudarlos? A pesar de los eufemismos el
informe tiene que reconocer que "Esto abarca al continente
entero. Es bastante improbable que los gobiernos europeos, o
al menos sus servicios de inteligencia, no supieran de las
«entregas» de estas personas. ¿Es posible que 25 agentes de un
país extranjero lleguen a un país europeo, detengan a alguien
y lo trasladen sin que nadie sepa nada?."
Por otra
parte, un
documento del ejército norteamericano firmado por su jefe de
estado mayor, general Peter J. Schoomaker, con fecha del 17 de
enero, autoriza la ejecución de prisioneros en aplicación de
condenas a muerte impuestas por cortes marciales
o tribunales militares. Hasta ahora, el único sitio
militar donde se podían ejecutar condenados era Fort
Leavenworth (Kansas). Esta "revisión mayor", como se define el
documento, habilita toda prisión militar, incluso las ubicadas
fuera del territorio yanqui como Guantánamo, a aplicar la pena
de muerte.
Con su
proverbial corrección política, organizaciones yanquis de
oposición a la pena de muerte han denunciado esta iniciativa,
resaltando que su objetivo real es permitir la ejecución
"legal" de prisioneros en Guantánamo y otras cárceles
"extraterritoriales".
REPRESIÓN EN ECUADOR,
DONDE EL CONGRESO SIRVE DE
CALABOZO
El crecimiento de las luchas
sociales en Ecuador ha ubicado a los estudiantes secundarios y
universitarios en un lugar central de la escena política,
contando ya siete protestas populares consecutivas en el
centro de la ciudad de Quito en los últimos días. El reclamo
contra el aumento de los pasajes urbanos, en rechazo al
Tratado de Libre Comercio con los EEUU (TLC) y por la
anulación de los contratos con la petrolera norteamericana OXY
fue reprimido por la policía ecuatoriana quien intentó
infructuosamente evitar que los estudiantes llegaran a la casa
de gobierno.
Las protestas comenzaron el lunes y ya el día martes la represión que comenzó por la mañana se extendió durante el día mientras los manifestantes se reagrupaban y resistían con métodos populares y barricadas. A pesar de la arremetida policial, los estudiantes rompieron el cerco de las fuerzas de seguridad y avanzaron hasta las proximidades de la casa de Gobierno, donde fueron atacados con chorros de agua, gases lacrimógenos y balas de goma. Según el balance de la Cruz Roja, en las manifestaciones 123 personas fueron heridas y más de 20 arrestados (incluidos menores). El dato más curioso es que, ayudando a
clarificar la coherencia entre el poder político y la
represión policial, fueron el mismo Congreso Nacional y sus
sótanos los que se utilizaron para la detención, golpiza y
tortura de los activistas. Aún así, el Ministro de Gobierno
Alfredo Castillo, no se sonrojó siquiera al afirmar que la
represión consistió en "excesos" policiales, intentando
desvincular al decrépito gobierno nacional de sus órdenes
represivas.
El conjunto de los movimientos populares,
de derechos humanos, gremios de trabajadores y hasta bloques
parlamentarios condenaron la represión de las fuerzas
antimotines y los dirigentes estudiantiles anunciaron que
presentarán una demanda ante la Fiscalía en contra del
Ministro y el comandante de Policía, José Vinueza, por la
represión en las manifestaciones.
Mientras la crisis social se profundiza y ya están planteadas protestas de trabajadores para esta próxima semana, los estudiantes han decidido que participarán de esas luchas y analizarán este lunes la convocatoria a un paro nacional estudiantil. PROXIMAS ACTIVIDADES
Viernes 27, 16:00, marcha de
Congreso a Plaza de Mayo por la libertad de Chacho Berrozpe,
Cristian Ruiz y los compañeros de Haedo, presos políticos
del gobierno de Kirchner.
Martes 31 de enero, 18:00, convocamos a
todas las organizaciones que sostienen la bandera de la
LIBERTAD A LOS PRESOS POLÍTICOS a participar de la reunión en
la que haremos el balance de la marcha y continuaremos
planificando la campaña nacional e internacional por la
libertad de los compañeros, el cese de las persecuciones y la
criminalización de la protesta.
CORREPI Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional correpi@fibertel.com.ar correpi-prensa@fibertel.com.ar www.correpi.lahaine.org |